El gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá enfrentar diversos retos presupuestarios y no cometer las mismas malas prácticas que la administración anterior
El periodo de Enrique Peña Nieto se distinguió por el sobreejercicio de recursos en tareas no prioritarias y en disminuir la inversión pública, revela el último informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), titulado “Las cuentas del sexenio pasado”.
De acuerdo con este documento, la administración federal anterior gastó un billón 823 mil millones de pesos adicionales a lo programado del 2013 al 2018. Esta diferencia, corresponde a un 9 por ciento más de lo presupuestado.
El informe refiere que el gobierno peñanietista estimó un gasto durante el sexenio de 20.7 billones, pero ejerció 22.5 billones en total.
El IMCO considera que el último gobierno priista subestimó sus ingresos y gastó más de lo programado. Todos los presupuestos de egresos de la Federación son aprobados por la Cámara de Diputados y este ente no fungió como un contrapeso del Gobierno federal en el uso de los recursos durante ese sexenio.
“Son dos errores en materia de manejo de finanzas públicas que se cometieron año con año y siguen siendo un reto para las administraciones: uno, fue subestimar los ingresos, es decir, dar aviso de que recibirían menos ingresos a los que realmente perciben; y el segundo, no apegarse al presupuesto aprobado.
“Este billón de pesos que se gastó de más en la administración, realmente no hubiera sido posible gastarlo si no se hubieran tampoco recibido esos ingresos excedentes. En ese sentido, el reto de la actual administración es apegarse al presupuesto asignado y que no tengan estas variaciones injustificadas”, explica Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas del IMCO, en entrevista con Reporte Indigo.
No conforme con lo anterior, la administración priista incrementó la deuda pública en un 46 por ciento. Mientras al final del 2012 el recurso comprometido por adeudo era de 4.5 billones de pesos, para diciembre de 2018 ascendía a 8.3 billones.
En contraste con lo anterior, el IMCO destacó que en materia de inversión pública, el Gobierno federal no ejerció 149 mil millones de pesos, lo que correspondió a un 25 por ciento de lo avalado.
Además de estos datos, la administración tuvo un total de ingresos excedentes por 2 billones 338 mil millones de pesos, en promedio. Dicho excedente, asegura el informe, es el equivalente a la deuda que mantienen en conjunto Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
Los retos del Gobierno federal
Uno de los desafíos del gobierno encabezado por López Obrador será detectar los rubros en los que se registren falta y sobrante de recursos. Este análisis deberá verse reflejado en la elaboración del Presupuesto de Egresos para el 2020.
No obstante, es necesario que en el Congreso de la Unión se abra una discusión sobre cómo implementar mecanismos que eviten el mal uso de dinero público y el endeudamiento; y también en la vigilancia sobre la discrecionalidad en la que se asignan recursos mediante el Ramo 33 o fondos estatales y municipales, que no requieren el aval del Poder Legislativo.
El IMCO recomienda a la administración lopezobradorista que se incorporen medidas de control para los recursos recaudados no estimados en la Ley de Ingresos; que se limiten las variaciones de gasto a través de restricciones a las ampliaciones de dinero en partidas que no son prioritarias, como en materiales, salarios, renta de oficinas, entre otros.
Además, el Instituto también propone que la Cámara de Diputados cuente con facultades para identificar e intervenir cuando un ramo rebase los recursos que le fueron asignados.
En torno a las medidas de austeridad que el Gobierno federal ha implementado, los especialistas afirman que son útiles para disminuir los gastos suntuosos, pero que es necesario fomentar la eficiencia del dinero.
Por su parte, Sunny Arely Villa, especialista del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), expresa que las acciones para hacer un gobierno más austero son bienvenidas, pero no se debe dejar de lado la vigilancia en la utilización del dinero público.
“Cada medida de austeridad suma, en términos de poder gastar menos, sin embargo hay que ser muy cuidadosos porque no queremos un gobierno austero, sino queremos un gobierno que sea eficiente en lo que gasta”, afirma la especialista.
Para Villa, en este primer año del gobierno de López Obrador en cuestión presupuestaria está ocurriendo algo contrario comparado con el anterior.
“En años anteriores y en lo que nos hemos acostumbrado a ver en las cuentas públicas es que se tenía una subestimación de los ingresos, de modo que existía este margen de maniobra para poder gastar más, eso es a lo que se llama sobreejercicio. Creo que por un lado en el paquete que se aprobó el año pasado se tiene una subestimación, esto va a resultar en que haya medidas de ajuste presupuestal”, expone.
Un estudio del CIEP señala que el Gobierno federal actual está realizando una acción contraria a la del anterior. La administración morenista proyectó tener ingresos por 5.29 billones de pesos, de acuerdo con la Ley de Ingresos, el Centro de Investigación estima que lo real sea de 5.14 billones. Es decir, una sobreestimación en la disponibilidad del dinero, en vez de una subestimación.
Los que gastaron de más
En un análisis de la Cuenta Pública 2018, el IMCO identificó a las dependencias del Gobierno federal que más dinero ejercieron en comparación con lo presupuestado.
Para el 2018 se presupuestaron 3.96 billones de pesos y se ejercieron 4.28. Esto se vio reflejado en diversas secretarías que utilizaron muchos más recursos de los programados.
La Secretaría de Turismo es la que encabeza la lista con mayor presupuesto contra lo ejercido, pues superó en 150 por ciento el dinero que se le había programado. Le siguen la Secretaría de Energía con 131 por ciento de excedente y la Oficina de Presidencia con 105 por ciento.