El acecho también está en la red
Ocultos en el anonimato que ofrece la web, los ciberacosadores provocan un daño físico y emocional a sus víctimas, mujeres que desde 2016 esperan que la Cámara de Senadores analice y ratifique un dictamen para reformar el Código Penal Federal y pueda sancionarse el acoso en internet
Rubén ZermeñoLa violencia en contra de las mujeres traspasa las fronteras de lo físico; según organizaciones y activistas, también habita en internet.
Cifras dadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que 9 millones de mujeres han sido víctimas de ciberacoso (Módulo sobre Ciberacoso 2015). Ocultos en el anonimato que ofrece la web, estos criminales no tienen castigo pero sí provocan un daño físico y emocional en contra de sus víctimas.
De estos casos ocurridos en México, el 86 por ciento de las mujeres fueron víctimas de desconocidos y el 11 por ciento de conocidos (compañeros, familiares, exparejas y amigos).
Para activistas y especialistas que se reunieron en el foro ‘La violencia en Línea contra las mujeres en México’, estas agresiones son un reflejo de lo que las mujeres viven día a día en las calles, escuelas, trabajas, hogares y en las camas.
“Como es virtual creen que no es real, como pasa en redes sociales creen que no existe”, denunció Lourdes V. Barrera, de la asociación Luchadoras MX.
La activista señaló que este tipo de violencia aunque sea virtual provoca afectaciones físicas como sudoración, nauseas, dolores, vacío en el estómago, falta de apetito y llanto; además de psicológicas y anímicas como estrés, angustia y depresión, lo cual las lleva incluso a la autocensura y abandono del internet.
El problema se agrava cuando las mujeres buscan justicia, ya que son revictimizadas, humilladas o ignoradas por las autoridades y el sistema de justicia penal.
“Me llegó a pasar una vez en secundaria (…), en algún momento compañeros llegaron a tomarme una foto por debajo de la falda y no recuerdo quién me dijo que esos chicos habían subido una foto mía en un sitio web en donde se ven fotos de chicas de la escuela con faldas y hasta pornográficas (…) yo vi esa foto de mí y no sé si era una web porno pero estaba junto contras chicas que alguien seguramente les estuvo tomando fotos (…) mis papás también se enteraron de eso y fuimos a denunciarlos (…) y en la secundaria me echaron la culpa porque no me sentaba con las piernas cerradas (…) sí los corrieron, pero todos mis compañeros me decían que yo tenía la culpa por no sentarme bien”, decía uno de los testimonios recabados por las activistas.
La joven fue víctima de distintas formas de violencia, las cuales traspasaron de lo físico a lo virtual pasando por la omisión de las autoridades escolares y al acoso posterior de sus compañeros.
Para identificar los distintos tipos de violencia, el informe las divide en 13 categorías: acceso no autorizado, control y manipulación de la información, suplantación y robo de la identidad, monitoreo y acecho, expresiones discriminatorias, acoso, amenazas, difusión de información personal o íntima sin consentimiento, extorsión, desprestigio, abuso y explotación sexual, afectaciones a canales de expresión y omisiones por parte de actores con poder regulatorio.
Si bien la violencia por internet contra las mujeres es un reflejo de las actitudes que ocurren en la calle, muchas veces estas se originan desde la web y terminan replicándose hasta convertirse en delitos reales.
Una mujer y blogger de mediana edad (a la que las activistas prefirieron no revelar su identidad), acudió a cubrir un festival de música hace tres años, el evento fue el escenario para que el acoso y la violencia en contra de ellas comenzaran. Un hombre le tomó una fotografía debajo de la falda y después huyó.
“La chica acudió a los policías del lugar, su respuesta fue hostil e inútil, le decían que lo debía de tomar como un halago y que mejor siguiera bailando. Lo denunció en su blog y la respuesta fue una oleada de violencia, insultos y amenazas de muerte”, recordó una de las activistas durante la presentación del informe.
A la joven después la hackearon y el personal que trabaja en las redes sociales no hizo nada; el acoso sobrepasó la barrera de internet, durante varios días afuera de su domicilio recibía paquetes, después fueron visitas de hombres que la espiaban y fotografiaban, las autoridades de seguridad pública tampoco le hicieron caso, por lo que no le quedó más que mudarse y abandonar la ciudad.
Según el informe, tres perfiles principales de mujeres viven esta forma de violencia, las que viven en una relación íntima de violencia, mujeres sobrevivientes de violencia física o sexual y mujeres profesionales con perfil público (periodistas, activistas, investigadoras y artistas).
“Yo soy una tuitera muy activa y cuando veía las 13 formas de acoso a las mujeres en línea pensé ‘las he vivido todas’ (…) todos los días no falta alguien que me diga que ‘lo que me hace falta es una buena cogida’, aquí en el teléfono tengo el tuit de hoy que incluye la fotografía de un pene en un pleito público que tuve hace dos años con Manlio Fabio Beltrones, él envió el expediente de mi divorcio a todos mis colegas del ITAM. Cada semana recibo amenazas de muerte, encuentro en las redes memes de mi y de Carmen Aristegui sugiriendo que somos lesbianas, me han acusado de ser agente de la CIA, informante de la embajada de Estados Unidos, todos los días llega un mensaje en el sentido de ‘estás bien buena te voy a violar’ ¿qué hacer ante esto?”, denunció la periodista Denise Dresser.
Tipos de violencia
Durante el foro ‘La violencia en Línea contra las mujeres en México’, activistas y especialistas reconocen 13 categorías:
>> Acceso no autorizado
>> Control y manipulación de la información
>> Suplantación y robo de la identidad
>> Monitoreo y acecho
>> Expresiones discriminatorias
>> Acoso
>> Amenazas
>> Difusión de información personal o íntima sin consentimiento
>> Extorsión
>> Desprestigio
>> Abuso y explotación sexual
>> Afectaciones a canales de expresión
>> Omisiones por parte de actores con poder regulatorio
Legislación y justicia
La mayoría de crímenes cometidos en la red en contra de las mujeres se mantienen impunes, solamente tres entidades: Estado de México, Chihuahua y Jalisco han modificado su Código Penal para incluir el “sexting” como parte de los delitos contra la libertad sexual.
A nivel federal, apenas en diciembre del 2016, la Cámara de Diputados aprobó en el pleno un dictamen para reformar el Código Penal Federal y sancionar el ciberacoso y la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento.
La iniciativa se turnó a la Cámara de Senadores para su análisis y ratificación, pero hasta el momento no se ha retomado la discusión, por lo que la reforma se encuentra en la congeladora.