El acoso dentro de la Universidad de Guadalajara se ha convertido en un tema latente. Este lunes se tuvo la primera reunión de jóvenes feministas autónomas que se organizaron a partir de los conversatorios del paro por los desaparecidos en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, para establecer acciones en contra de esta problemática.
Desde meses atrás, las estudiantes han venido discutiendo algunas propuestas de seguridad dentro de la universidad, como el tema de los torniquetes en el CUCSH, por los problemas de inseguridad que se han registrado, sonando como uno de los argumentos a favor de esta medida el que hay gente externa que entra a los espacios escolares para acosar a las jóvenes y profesoras.
Sin embargo las estudiantes de carreras como sociología y antropología han puesto sobre la mesa el que estos ataques también vienen desde el interior. En las primeras horas del paro y la toma de la carrera de sociología, el pasado dos de mayo, salió a la luz la acusación de acoso en contra del coordinador de esta carrera, Roberto Ochoa Macías, quien el mismo jueves presentó su renuncia ante la rectoría del centro.
Por otro lado, desde hace años se ha venido impulsando la demanda en contra del acoso y hostigamiento del coordinador de la carrera de antropología, Horacio Hernández Casillas, sin que esto tenga un efecto desde las altas autoridades de la universidad.
Las estudiantes, que han pedido omitir su nombre por seguridad, argumentan que este funcionario universitario ha permanecido en su puesto bajo el cobijo de la autoridad por su control sobre estudiantes y profesores, utilizando a algunos jóvenes como grupo de choque contra los estudiantes que se han organizado a partir del paro.
La autoridad ha sido insensible al tema, señalando a las jóvenes y profesoras que se atreven a denunciar, por lo que son nulos los registros sobre este tema, debido a que hay acciones de encubrimiento, como denuncian.
De igual forma, esta coyuntura permitió conocer que el mismo Hernández Casillas no sólo ha amedrentado a los estudiantes y hostigado a las jóvenes y profesoras de la comunidad universitaria, sino ejercido presiones contra profesores que se solidarizaron con el paro estudiantil bajo la amenaza de despido.
Esto a pesar de que el mismo rector del CUCSH, Héctor Raúl Solís Gadea, se pronunció a favor de las acciones de los estudiantes y expresó su solidaridad ante un tema como los desaparecidos.
A partir de este contexto, las jóvenes ya se han reunido para elaborar proyectos de protocolos de acción y denuncia para hacer evidente esta problemática que no ha atendido la autoridad universitaria ni del centro.