La pandemia de COVID-19 provocó que cientos de museos en el país estén en la agonía.
La falta de visitantes, recortes presupuestales y altos pagos de impuestos dejan sin oxígeno a estos lugares que intentan sobrevivir a la “nueva normalidad”.
El 23 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un decreto en el cual ordenó un recorte al 75 por ciento de los recursos que las instituciones públicas tenían para gasto corriente, afectando directamente a los museos que dependen de su administración.
Por otro lado, directivos y especialistas señalan que los altos impuestos que deben de pagar y la falta de apoyo del Gobierno federal para aplazarlos, puede provocar que varios de estos sitios que pertenecen al ámbito privado cierren, por lo que intelectuales y personajes del mundo de la cultura crearon el Frente Pro Museos, con el objetivo de rescatarlos.
De acuerdo con el Consejo Internacional de Museos (ICOM), el 32 por ciento está en riesgo de no sobrevivir a la emergencia sanitaria; el 12.8 por ciento afirma que va a cerrar y el 19.2 por ciento no tiene la certeza de poder reanudar sus actividades.
México no es la excepción, especialistas, legisladores y personajes de la esfera cultural aseguran que varios de los mil 887 museos registrados en el país podrían no volver a abrir sus puertas.
El Museo de Arte Popular (MAP) es la institución dedicada a promover y preservar el arte popular mexicano, se encuentra en el Centro Histórico de la Ciudad de México y es propiedad del Gobierno de la capital del país.
Debido a la pandemia, sus trabajadores viven en la incertidumbre laboral y comentan que el recorte de tres cuartas partes a su presupuesto hecho por las autoridades los deja casi inoperantes.
“Nos ha afectado mucho, nos recortaron el 75 por ciento del presupuesto y yo creo que ya solo tendremos una exposición temporal. En el MAP todavía no bajan sueldos, pero no creo que falte mucho para que pase eso”, comenta una trabajadora del lugar que prefirió el anonimato.
Al igual que el MAP, varios museos del país se encuentran en la misma situación. Por eso, un grupo de trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mandaron a inicios de mes una carta al Gobierno federal en el que le pedían su apoyo para revertir el recorte presupuestal.
“(El INAH) está a punto de quedar prácticamente en el abandono presupuestal, lo cual tendría como consecuencia la renuncia del Estado a una de sus responsabilidades culturales y educativas”, advirtieron.
Y es que del INAH dependen 110 mil monumentos históricos, 53 mil zonas arqueológicas, 193 abiertas al público y 162 museos. Además, el recorte está afectando a los 16 museos que dependen directamente del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Al respecto, el diputado presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, Sergio Mayer, comenta que prácticamente se encuentra con las manos amarradas, ya que si bien el Legislativo aprobó un presupuesto, las reglas de operación y las políticas públicas dependen del Ejecutivo.
“Nosotros autorizamos un presupuesto anual en el que viene el monto para esos museos, pero la política pública la pone el Ejecutivo, no nos queda hacer más que algún exhorto o punto de acuerdo para que la Secretaría de Cultura vea la posibilidad de apoyarlos, no podemos hacer más. Esperemos que se pueda lograr algo, pero es frustrante que desde el Legislativo lo único que podemos hacer, ya lo hicimos”, comenta a Reporte Índigo.
El caso de los museos privados
El pasado martes, Mayer se convirtió en aliado del Frente Pro Museos y, al igual que Elena Poniatowska, Juan Villoro y Horacio Franco se sumó a la iniciativa para rescatar las colecciones o salas de cultura privadas del país de la crisis originada por la pandemia.
El diputado de Morena, a través de un punto de acuerdo, propuso la instauración de una mesa de trabajo para implementar las estrategias que permitan el rescate, entre ellas se encuentra la flexibilización de las cargas fiscales y tributarias por ser instituciones educativas, sin fines de lucro y de interés público.
“Además, son instituciones educativas, sin fines de lucro y de interés público, por eso si el SAT y el IMSS no les pueden condonar, por lo menos les deben de dar una prórroga. Tenemos que buscar cómo apoyarlos para que puedan pagar sus impuestos ya que abran sus taquillas”, agrega el morenista.
Para Sergio Mayer los museos, al finalizar el confinamiento, serán de vital importancia, ya que son espacios de sano esparcimiento, por lo que urgió la necesidad de rescatarlos y revela que ya está elaborando una propuesta al respecto.
“Estoy trabajando en una ley y trata de que la iniciativa privada pueda ayudar a los museos y que tengan algún beneficio fiscal si deciden adoptar un museo o centro cultural. Creo que a través de la iniciativa privada se puede rescatar, fortalecer y preservar estos museos. A mí lo que me corresponde es hacer leyes”, concluye.
Hasta el cierre de esta edición, 4 mil 408 personas e instituciones firmaron la carta del Frente Pro Museos para que el presidente López Obrador se sume a estos esfuerzos.
“Reconocemos que atravesamos un escenario incierto, que las preocupaciones que nos abarcan son vastas y que no hay suficiente distancia para imaginar nuevos paradigmas culturales. Sin embargo, consideramos que es necesario comprender que no habrá otra manera de enfrentarnos a la nueva realidad que nos espera, si no es a través de la cultura, la ciencia y el arte. Acudimos a su reflexión siempre abierta y encauzada a favor de la equidad social, convencidos de que sus esfuerzos avanzarán en el apoyo de los centros e iniciativas que conciben en su misión la reconstrucción del tejido social de nuestro país”, señala la misiva.