Alejandro Moreno, el alfil
En el tablero del PRI, existe una figura que se resiste a declinar en la contienda interna; se trata del gobernador de Campeche con licencia, Alejandro Moreno Cárdenas, quien se desplaza con libertad hacia la renovación de la dirigencia
Imelda GarcíaTodo indica que el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, tiene el camino pavimentado para convertirse en el próximo presidente nacional del PRI.
A pesar de los cuestionamientos de sus adversarios sobre el presunto pacto que sostiene con Morena y con el presidente Andrés Manuel López Obrador, “Alito” recibió ayer el dictamen de validez de su registro por parte de la Comisión Nacional de Procesos Internos del organismo y se apresta para iniciar el día de hoy su recorrido por todo el país.
Sin embargo, Moreno no ha estado exento de los señalamientos de diversos sectores al interior del tricolor; algunas figuras relevantes incluso han decidido renunciar a su militancia debido a los supuestos actos de imposición por parte de la cúpula partidista, esto bajo el amparo del actual Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Una situación que parece haber puesto en jaque la elección interna del próximo mes de agosto.
Lo que prometía ser una elección rumbo a la transformación del PRI, se convirtió en un proceso cuestionado, en el que los mismos priistas acusaron que la mano presidencial ha contaminado la contienda interna.
En medio de esta crisis, Alejandro Moreno tendrá la encomienda de volver a hacer competitivo a su partido y contrarrestar las versiones que hablan de un pacto para convertir al Revolucionario Institucional en un satélite del nuevo grupo hegemónico.
Pero, ¿quién es el priista que puso de cabeza todo el proceso interno?
Repetir el modelo
Durante todo el desarrollo de su carrera, Alejandro Moreno ha tenido una sola idea en mente: ser candidato presidencial del PRI para 2024.
Priistas consultados por Reporte Índigo señalan que esta idea se afianzó más en Moreno Cárdenas durante el ascenso de Enrique Peña Nieto al poder en 2012.
El hecho de que un político bien parecido y con una imagen fresca tuviera un éxito tan rotundo en la elección presidencial, abrió el panorama de posibilidades para Alito.
Sin embargo, Moreno es más que un político joven que se peina de lado, cuida su rostro y sueña con seguir los pasos de Peña Nieto para llegar al poder.
Su carrera en la política comenzó desde su adolescencia: a los 16 años se afilió al PRI y su avance en el partido fue meteórico en el estado de Campeche.
Trabajó como auxiliar técnico del rector de la Universidad Autónoma de la entidad y a los 22 años fue coordinador de giras en el Congreso local.
En el año 2000, cuando el PRI perdió la presidencia de la República, Moreno Cárdenas ganó su primera elección a un cargo, como síndico del municipio de Campeche.
Fue dirigente municipal del Frente Juvenil Revolucionario; presidente del sector de Juventud Popular de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP); consejero político municipal y estatal del PRI; secretario de organización y posteriormente presidente del Frente Juvenil Revolucionario a nivel nacional.
Mientras ascendía dentro del organismo, su carrera como legislador comenzó a tomar rumbo. De 2003 a 2006 fue diputado federal plurinominal; ganó después la elección en su estado para llegar al Senado, del 2006 al 2012; luego de eso, volvió a ser diputado federal por representación proporcional.
En el 2015 ganó la elección estatal y se convirtió en gobernador de Campeche; de diciembre del 2018 a mayo del 2019 presidió la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
El 13 de junio pasado, Moreno pidió licencia para poder contender por la presidencia nacional del PRI, único partido que exige en sus estatutos que cualquier militante que busque algún puesto en su estructura debe pedir licencia al cargo público que ostenta.
La cercanía con el poder de Alejandro Moreno
Moreno Cárdenas tuvo un giro de 180 grados en cuanto a su postura con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues pasó de ser un acérrimo crítico, a uno de los mandatarios estatales más cercanos al jefe del Ejecutivo. Todo esto desde las elecciones federales del 1 de julio pasado.
En mayo del 2017, Alejandro Moreno afirmó que López Obrador pretendía engañar al país con su promesa de erradicar la corrupción, y perfiló su postura actual al acusar que ésta estaba enquistada también en su partido.
“En Campeche (López Obrador) va a encontrar la horma de su zapato; y si no lo educaron en su casa, aquí lo vamos a educar.
No obstante, dos años después, esas declaraciones del ahora aspirante a la dirigencia del CEN quedaron lejos, y poco a poco el priista se ha encargado de matizar sus críticas hacia el Ejecutivo.
El acercamiento de Alito con el primer mandatario se dio gracias a la intervención de su compadre Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas y hoy senador de la República. De igual forma, el político campechano también cuenta con el respaldo de los gobernadores priistas, a quienes conviene una postura conciliatoria con el Gobierno federal.
Tanto la candidatura como el nuevo discurso de Moreno provocaron un cisma al interior del PRI, pues sus contrincantes acusaron desde temprano que hubo una intención de beneficiarlo utilizando un padrón de militantes actualizado.
Uno que durante los últimos meses se vería “inflado” gracias a las miles de personas que se inscribieron en las filas del PRI para poder influir en el resultado de la votación por la nueva dirigencia.
Debido a esa circunstancia, los contrincantes de Moreno (Ivonne Ortega, Ulises Ruiz y José Narro) exigieron a las autoridades del partido que se utilizara el padrón de enero pasado, antes de las afiliaciones masivas promovidas con recursos públicos, de acuerdo con las acusaciones de los detractores de Moreno.
Al no aceptar esto, la separación se intensificó y el otrora aspirante al mismo cargo, José Narro Robles, decidió renunciar a su militancia del partido, en un fenómeno que se propagó hacia otros cuadros importantes como Beatriz Pagés y Rogelio Montemayor. Otros integrantes destacados como Manlio Fabio Beltrones, no dejaron el partido pero anunciaron que no participarán en la elección interna debido a las irregularidades.
El próximo 11 de agosto se conocerá al nuevo dirigente de los destinos del PRI a nivel nacional; el representante que guiará la agenda rumbo a la elección intermedia del 2021.