Aunque lo recomendable es que las personas no tengan ningún nivel de plomo en la sangre, quienes se dedican a la alfarería llegan a tener altos índices que afectan su salud, alertan expertas en la materia.
“En sí no deberíamos de tener nada en el cuerpo, pero lo permitido son 5 miligramos por decilitro, sin embargo, se han registrado hasta 40, 60 o incluso la maquinaria ya ni siquiera los lee”, explica Joshelin Aguilar, operadora de campo del área de vinculación comunitaria del programa Barrio Aprobado, de la organización Pure Earth México.
En el 2020, la organización comenzó a trabajar con mujeres alfareras en la comunidad de Cohuecan, Puebla, y ahí detectaron en una primera prueba que las artesanas tenían niveles muy superiores a los permitidos. En noviembre de 2021 les tomaron otra muestra y en la mayoría ya había disminuido debido a los nuevos hábitos que tenían.
Aguilar explica que la “greta” es un material usado en la alfarería que contiene plomo y al tener contacto con los alimentos, es ingerido por las personas. Lo mismo ocurre en el proceso de la elaboración de estos productos.
“El plomo tiene una composición muy similar al calcio, entonces tu cuerpo confunde el plomo con el calcio y lo absorbe”
Es por eso que ahora estos esmaltes que se ven también brillantes o que ya son sin plomo, tienen diferentes funciones, por ejemplo, para que ellos alcanzaran este acabado tuvieron que pasar por un proceso de aprendizaje largo, ahorita ya llevamos siete meses trabajando en la investigación participativa y esta es la diferencia del esmalte libre de plomo a la “greta””, menciona.
Vivir sin riesgo de plomo
A través del programa Barrio Aprobado, las mujeres alfareras de cinco comunidades han conformado grupos donde reciben enseñanzas para no usar la “greta” o el plomo en la elaboración de sus productos, lo que ha impactado en la disminución de este metal en su sangre.
“Ellas comienzan a cambiar un poco sus hábitos, poco a poco van cambiando sus piezas, aunque muy probablemente no dejan de producir piezas ‘engretadas’.
“Seguramente todavía no llegan a lo ideal que sería 5 (miligramos), pero sí van disminuyendo sus niveles y pues las consecuencias que trae esto a la salud, principalmente en los niños, es que afecta sus sistema nervioso central, entonces eso trae diversas complicaciones”, dice Joshelin.
