Alzar la voz
El caso de Rosa Margarita Ortiz Macías, quien denunció haber sido violada y golpeada a bordo de un autobús de la línea ETN, en su trayecto de la Ciudad de México a San Luis Potosí el pasado 7 de junio, ha desatado la indignación social en nuestro país.
El caso de Rosa Margarita Ortiz Macías, quien denunció haber sido violada y golpeada a bordo de un autobús de la línea ETN, en su trayecto de la Ciudad de México a San Luis Potosí el pasado 7 de junio, ha desatado la indignación social en nuestro país.
La grabación de un video casero en donde relataba las vejaciones de las que fue objeto ese fatídico día, tuvo un impacto insospechado en las redes sociales, lo que ha causado la difusión a través de todos los medios del caso, y se ponga en el punto de mira, no solo a la empresa ETN, sino a la actuación y confianza que generan los aparatos de justicia.
Margarita había decidido en un primer momento no presentar una denuncia, en parte por el shock nervioso y emocional en el que se encontraba, pero principalmente por la desconfianza a las autoridades.
“El día de los hechos había decidido no denunciar, porque pensé que no iba a servir, pensé que iban a desechar mi denuncia en un escritorio o en un basurero, porque en este país no pasa nada”, señala en entrevista.
Sin embargo, en la madrugada del viernes 10 de junio, Margarita tomó una determinación, no podía quedarse callada, así que decidió denunciar ante las autoridades lo que había sucedido.
“Me despierto a las 5 de la mañana con un coraje inmenso dentro de mí, un coraje que nunca había sentido en mi vida, y a las 6 desperté a mi marido y le dije que tenía que denunciar. No puedo callarme esto que me está matando por dentro”.
Parte de su familia, estaba en contra de que denunciara, pues tampoco se fiaban de que las autoridades pudieran facilitar sus datos a los delincuentes, poniendo en riesgo su seguridad y su estabilidad emocional, sin embargo, para Margarita, no podía pasarle algo peor a lo que ya había vivido.
“Yo pensé dentro de mí, más que esto que me hicieron, esa vejación y ese miedo que le infunden a uno, más no puedo recibir y si me van a matar, pues que me maten. Nadie me va a callar, yo lo tengo que denunciar”.
Se trasladó de San Luis Potosí al Estado de México para levantar su denuncia, llegó acompañada de su esposo, el ex diputado Adolfo Micalco, a la fiscalía regional de Cuatitlán Izcalli alrededor de las 6 de la tarde. Salieron a las 4 de la mañana del siguiente día.
“Me hicieron el examen médico legista y toda mi narración de hechos, lo cual es algo muy doloroso y eso creo que detiene mucho a las víctimas. Nadie se anima a denunciar por esa revictimización y porque no sienten el apoyo de las autoridades”.
Habla Margarita
“El día de los hechos había decidido no denunciar, porque pensé que no iba a servir, pensé que iban a desechar mi denuncia en un escritorio o en un basurero, porque en este país no pasa nada”
“No me sentía satisfecha porque yo quería que se enterara la gente, y es ahí cuando decidí hacer el video, lo compartimos y todo mundo empezó a indignarse, nunca esperé tal respuesta de la gente”
“La intención del uso de las redes sociales era dar a conocer mi caso, era sensibilizar a la gente, que todo el mundo alzara la voz, que quien ha pasado por lo que yo he pasado se atreva a denunciar”
“Yo pensé dentro de mí, más que esto que me hicieron, esa vejación y ese miedo que le infunden a uno, más no puedo recibir y si me van a matar, pues que me maten. Nadie me va a callar, yo lo tengo que denunciar”
Rosa Margarita Ortiz Macías
Víctima de violación
El poder de las redes sociales
Sin embargo, llegando a su casa tras hacer la denuncia, Margarita aún no se sentía satisfecha, y tomó una decisión más, grabar un video casero en donde narrara la situación de la cual había sido víctima, con la intención de difundirla a través de las redes sociales.
“No me sentía satisfecha porque yo quería que se enterara la gente, y es ahí cuando decidí hacer el video, lo compartimos y todo mundo empezó a indignarse, nunca esperé tal respuesta de la gente”.
En el video, publicado el martes 14 junio, Margarita detalló cómo la golpearon, la asaltaron y la violaron en el autobús 5270 de la empresa ETN.
Además señaló al chofer de la unidad de no haber hecho nada por ayudarla, de haber tratado de convencer a los usuarios de no levantar denuncia e incluso de haber sido cómplice de los criminales.
La intención de la grabación y posterior difusión del video no fue de ninguna manera ganar notoriedad, ni siquiera para que sirviera como un instrumento de presión, sino simplemente aprovechar el alcance de las redes sociales.
“La intención del uso de las redes sociales era dar a conocer mi caso, era sensibilizar a la gente, que todo el mundo alzara la voz, que quien ha pasado por lo que yo he pasado se atreva a denunciar”.
La respuesta fue inesperada, miles de usuarios de las redes sociales manifestaron su indignación y compartieron el video que se hizo viral, muchos medios de comunicación retomaron el caso, evitando que se perdiera entre muchos otros.
“Qué bueno que existen las redes sociales, porque si esto me ha pasado hace 10 años, se queda mi denuncia en un escritorio. He recibido una respuesta que nunca creí que pudiera recibir. Que bueno que recapacité”.
En nuestro país, las víctimas de los delitos se tienen que enfrentar, no solo a la falta de capacidad de las autoridades, sino a un complejo esquema burocrático, que los desalienta a denunciar, dejando la mayoría de los delitos en la impunidad.
“La ciudadanía debería denunciar, pero también deberían las autoridades ofrecernos garantías, porque también las personas se arriesgan al denunciar, a que les den un balazo, a que las autoridades sean cómplices de los delincuentes”.
La respuesta de ETN
Aunque para Margarita, el comunicado que envió la empresa ETN tras los hechos del pasado 7 de junio, es falso y falto de sustento, además de quedar corto en su respuesta, el que la empresa diera la cara, no habría sido posible sin la difusión que se le dio a su caso.
“ETN manda un comunicado después de una semana por la presión de las redes sociales, por los noticieros, por la difusión, y entonces ellos se ven en la necesidad de hacerlo, pero no porque ellos quieran hacerlo o porque les preocupe mi integridad y seguridad”.
Margarita ha presentado denuncias no solo contra los delincuentes que la violaron, sino también contra el chofer del autobús 5270 y contra la empresa ETN, por haber sido cómplices o haber tenido omisiones que permitieron el episodio del 7 de junio.
Sin embargo, asegura que la lucha que está emprendiendo no se va a quedar en la sanción a los responsables; la justicia es su principal objetivo, sin embargo, espera que su caso sirva como parteaguas para que se tomen mejores medidas para asegurar la integridad de los usuarios del transporte foráneo.
“Que la SCT los multe, que tomen mayores precauciones, que tengan cámaras de video, que tengan botones de seguridad, esta empresa y cualquier otra. Hay miles de maneras de podernos proteger y no lo hacen”