Los esfuerzos de las autoridades mexicanas para frenar el combate del cultivo de amapola no han sido suficientes para erradicar su producción, pese a que México está considerado por la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (UNODC) como el tercer país que más cosecha esta flor en el mundo.
En los últimos 12 años, de acuerdo a una respuesta oficial emitida vía portal de transparencia, la Procuraduría General de la República (PGR) señala que se han podido destruir un total de 233 plantíos en todo el territorio nacional, los que en promedio representan una extensión de 400 hectáreas de ese cultivo ilícito por año.
Según los datos de la UNODC, emitidos en su informe más reciente sobre cultivo de la flor que sirve de base para producir drogas letales como la morfina y la heroína, el crecimiento anual promedio de este cultivo en México se estima en más de mil hectáreas por año, las que mayormente se concentran en las entidades de Guerrero, Chihuahua, Durango y Sinaloa.
Sólo en lo que refiere a la acción de la PGR, de los últimos 12 años el periodo en el que se han podido destruir mayor cantidad de cultivos de amapola es el del 2016, cuando se erradicaron 92 cultivos. Mientras que entre enero y junio de 2017 se destruyeron 84 zonas de cultivo.
Con base en la información entregada por la Procuraduría, el pasado 20 de febrero, Oaxaca es el estado con mayor cantidad de cultivos destruidos de amapola al sumar 113, desde enero del 2006 a junio del 2017; le sigue Guerrero con 53, Chiapas con 42, Durango con nueve y Chihuahua con siete.
Pero las cifras de la UNODC emitidas en el informe “México, Monitoreo de Cultivos de Amapola 2014-2015”, publicado en el 2016, revelan que sólo en ese periodo alrededor de todo el territorio nacional se cultivaron cerca de 26 mil 100 hectáreas de amapola, las que se comparan con las 183 mil que se cultivaron en Afganistán, y las más de 55 mil hectáreas sembradas en Myanmar.
Las estadísticas oficiales dadas a conocer por la PGR, muestran que casi todo el territorio nacional es utilizado por los grupos del crimen organizado para la siembra de amapola; desde el 2006 a junio del 2017 sólo en seis de las 32 entidades federativas -Campeche, Ciudad de México, Hidalgo, Querétaro, Quintana Roo y Tlaxcala-, no se habían registrado cultivos de ese tipo.
En el resto del suelo mexicano, en los últimos años la siembra de amapola ha venido en aumento, no sólo en cantidad de cultivos sino en extensión de los mismos. De acuerdo a la UNODC en el 2005 se detectó la siembra de 3 mil 500 hectáreas de amapola, superficie que en el 2014 llegó a 17 mil hectáreas y que al año siguiente alcanzó las 26 mil 100 hectáreas.
Sin embrago, en el 2014 la PGR no registró destrucción de un solo cultivo en todo el territorio nacional, y en el 2015 apenas alcanzó la destrucción de 16 plantíos, con una extensión de 21 mil 668 hectáreas, sólo en los estados de Chihuahua, Durango y Guerrero.
Cultivos en Aumento
En el estadístico histórico de destrucción de cultivos de amapola, dado a conocer por la PGR, en donde se infiere un incremento sustancial de esa siembra, se revela que la superficie destruida de ese cultivo también ha venido en aumento en los últimos años, pasando del 2006 de 18 mil 889 hectáreas a 20 mil 034 hectáreas al 30 de junio del 2017.
La mayor cantidad de hectáreas de amapola destruidas, según la ubican las cifras, se registró en el año 2006 en el estado de Guerrero, cuando y donde fueron erradicadas 10 mil 200 hectáreas del enervante, cifra a la que se aproximó las 6 mil 579 hectáreas de amapola destruidas en Durango en 2016.
Entre los estados que han registrado incrementos sustanciales en cuanto a la cantidad de hectáreas de cultivo de amapola destruidas se encuentran Chihuahua, que en el 2006 registró la erradicación mil 673 hectáreas pero que hasta junio del 2017 ya llegaba a 4 mil 148; Durango que pasó de 2 mil 244 hectáreas en el 2006 a 5 mil 756 en el 2017; y Sinaloa que pasó de 864 hectáreas en el 2006 a 3 mil 015 en el 2017.
Resultados Insuficientes
Frente a los datos que revela la Oficina para las Drogas y el Delito de la ONU, que indican que el problema del cultivo de amapola se concentra en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Guerrero y Nayarit, los esfuerzos de la PGR para el combate en dichos lugares ha sido insuficiente.
La PGR reconoce que del 2006 a junio del 2017, en Chihuahua sólo se han destruido siete cultivos, en Guerrero han sido 84, en Durango sólo nueve, mientras que en Nayarit no se ha llevado a cabo ninguna destrucción.
Por el contrario, la PGR ha concentrado su mayor esfuerzo para la erradicación de ese enervante en las entidades de Oaxaca y Chiapas.
En el estado de Sinaloa, en donde la UNODC revela un incremento sustancial de cultivos de amapola, la PGR sólo ha podido erradicar un cultivo en los últimos 12 años, en acciones registradas durante el 2017, el que tuvo una extensión de poco más de mil 015 hectáreas, en donde no hubo ningún detenido.
Otros de los estados en donde la UNODC detectó el aumento de cultivos de amapola son Jalisco y Michoacán, en donde las acciones de la PGR han sido mínimas, al informar que en los últimos 12 años ha destruido solamente tres cultivos, dos de ellos ocurridos en el 2015 en Jalisco y uno más en el 2016 en el estado de Michoacán.
En las cifras oficiales de la PGR llama la atención que durante todos los operativos que se han aplicado para la destrucción de amapola, del 2006 a junio del 2017, no se ha logrado la detención de ningún responsable por la siembra de esos cultivos, por lo que las averiguaciones previas y carpetas de investigación no cuentan con información de personas detenidas.
Otro dato a destacar en las cifras otorgadas por la PGR a Reporte Índigo es el que refiere que en los 232 operativos de destrucción de cultivos de amapola que se han llevado a cabo en los últimos 12 años, en ninguno de ellos se registraron, o al menos no se cuenta con datos sobre enfrentamientos u oposición de los responsables de los cultivos frente a las fuerzas federales.