Tras anunciar que se obedecerá el “mandato de los ciudadanos” y se cancelará la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, Andrés Manuel López Obrador negó que la depreciación del peso obedezca a esta decisión y dijo que podría tratarse de factores externos.
El presidente electo insistió en que no hay nada que temer por la decisión de cancelar el NAIM.
“Pues es, diría yo, normal, ya una vez que informe, se van a tranquilizar las cosas. No es significativo. Les diría que no representó prácticamente nada de alteración y que técnicamente habría que ver si es atribuido a esto. Porque durante la consulta se habló de depreciación, que por cierto antes de la consulta el precio de apreció; pero se hablaba de depreciación.
“Y muchas veces se dan estas cosas por factores externos, no necesariamente por lo que se está señalando. De modo que hay que esperarnos; no hay nada qué temer”, afirmó López Obrador en conferencia de prensa.
Tras la consulta ciudadana en que se decidió cancelar la construcción del NAIM en Texcoco, el dólar superó los 20 pesos.
El mandatario electo comentó que los empresarios que quieran interponer alguna demanda contra la decisión están en su derecho de hacerlo, aunque no le ha sido expresada esa intención por parte de ninguno de los involucrados.
A empresarios e inversionistas ofreció otras obras en su sexenio, porque habrá inversiones por más de 30 mil millones de dólares, o llegar a arreglos para evitar que pierdan su inversión.
El presidente electo indicó que José María Riobóo, su asesor en materia de infraestructura y uno de los constructores con más participación en su periodo como jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), no participará en el proyecto aeroportuario de su gobierno.
Acusó que la suspicacia sobre su participación fue sembrada por quienes están en contra del proyecto que impulsa su gobierno y lo calificó como un “técnico de primer orden” y como uno de los “mejores técnicos de este país y uno de los mejores ingenieros del mundo”.
“Ya no se van a privilegiar intereses personales o de grupo (…) A partir del día primero (de julio) la gente decidió que se hagan los cambios en el país. Que ya no decidan unos cuantos, que no haya corrupción. Ya va a pasar a la historia la época del contratismo voraz”, apuntó.
‘Ahora, el pueblo manda’
López Obrador que con la elección del 1 de julio y con la consulta ciudadana, quedó demostrado que es el pueblo quien debe mandar en el país y no solo un grupo.
“El gobierno que está iniciando es para todos, no es para un grupo. No va a ser un gobierno al servicio de una minoría. Es el gobierno del pueblo y siempre va a prevalecer el interés general, lo que convenga a la nación, les guste o no les guste.
“Todo esto que crearon de ambiente de zozobra, de miedo, de los mercados financieros. ¡Imagínense! El Estado mexicano, un estado democrático, de derecho —porque a eso aspiramos—, supeditado a mercados financieros. ¿Quién manda? ¿No es el pueblo? ¿No son los ciudadanos? ¿No es eso la democracia? Ese es el cambio. Entonces se acabó el predominio de una minoría y la vinculación del poder económico y poder político. La toma; el que el gobierno esté secuestrado solo al servicio de un grupo. El gobierno es de todos, representa a todos”, sentenció el presidente electo.
López Obrador negó haber engañado a los empresarios, como lo acusó la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
“Yo no engaño a nadie. Yo hablo con la verdad. Yo tengo autoridad moral”, les respondió el mandatario electo.