Para nadie es un secreto que Andrés Manuel López Obrador es uno de los contendientes más fuertes rumbo a la sucesión presidencial del 2018 y en Estados Unidos también lo saben.
Analistas y medios de comunicación de Estados Unidos han dedicado espacios a hablar sobre las posibilidades y los pros y contras de que López Obrador llegue a la presidencia de la República el próximo año.
Mientras algunos sostienen que es muy posible que el tabasqueño se convierta en el próximo mandatario mexicano por la ola mundial de elegir a líderes antisistema, otros hablan sobre los dos intentos fallidos que ya ha tenido para ganar las elecciones en el 2006 y el 2012.
El común denominador de la visión que en Estados Unidos se tiene de López Obrador es que el presidente de su país, Donald Trump, puede darle un impulso inesperado al político mexicano.
Desde ahora, los estadounidenses analizan las posibles consecuencias que la llegada al poder de López Obrador podría traer en su territorio.
Saben que no tiene la misma postura que el actual gobierno en cuanto a la relación en ambos países. Si algo conocen del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México es de su proclividad a romper con lo que no está de acuerdo.
Quizá, dicen en la Unión Americana, la tercera sea la vencida para el candidato de izquierda.
Modera su discurso
Todo indica que Andrés Manuel López Obrador busca dejar atrás aquella imagen de confrontación que tenía en el pasado.
El AMLO de hoy proclama más un discurso apegado a los valores religiosos del cristianismo.
Lo mismo habla de que “Cristo dio su vida por los pobres” –como dijo en uno de sus mensajes, a finales del 2015-, como de que se debe responder al odio de Trump y la xenofobia desatada por él “con el principio espiritual del amor al prójimo”.
El político mexicano inició el fin de semana pasado una serie de visitas a ciudades de Estados Unidos para hablar con los migrantes mexicanos.
Allá, también quiso mostrar un tono moderado en su discurso, en el que no profirió ofensa o amenaza alguna a Donald Trump a pesar del odio con el que ha atacado a los mexicanos.
“Debemos contrarrestar con fundamentos la estrategia de Trump y sus asesores. No con gritos o insultos ni respondiendo a las provocaciones, sino con inteligencia, sabiduría y dignidad, con el método que nos han enseñado otros luchadores sociales, con la práctica de la no violencia. Esta es una batalla que debemos dar en el terreno de las ideas”, dijo López Obrador en Los Ángeles, el domingo pasado.
El tabasqueño visitará en total siete ciudades de Estados Unidos y alternará estos actos con la campaña del Estado de México, donde acompaña a Delfina Gómez, la candidata de su partido.
En estas visitas, dijo, buscará armar un plan para acompañar a los mexicanos que viven en Estados Unidos pero también para concientizar a los ciudadanos americanos sobre las mentiras que les hacen odiar a los inmigrantes. Incluso, creará comités de Morena en algunas ciudades de la Unión Americana.
El ‘momento’ de AMLO
En los medios de comunicación de EU se abrió la puerta a la posibilidad de que López Obrador gane las elecciones presidenciales del 2018.
Ubican dos factores que pueden ayudarle a exponenciar la preferencia del electorado hacia él: la baja de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto y el partido en el gobierno; y el rechazo a las políticas de Donald Trump y la necesidad de un presidente duro que le haga frente.
A todo esto se suma la inercia mundial a elegir a candidatos identificados como anti-sistema, frente a la ineficiencia de los gobiernos en turno para solucionar los problemas del país.
Una nota publicada en el diario The New York Times, por ejemplo, ubica a López Obrador como el principal beneficiario de la caída de popularidad del presidente Enrique Peña Nieto, y más a raíz del aumento en la gasolina.
“Con cada paso equivocado del presidente (Peña Nieto), el señor López Obrador parece volverse más popular; algunos observadores políticos se refieren al señor Peña Nieto como el manager de campaña de López Obrador”, señalan los periodistas Kirk Semple y Elisabeth Malkin, en una nota publicada el 8 de enero de este año en el diario.
Bloomberg, medio de comunicación especializado en finanzas, publicó que la llegada de Donald Trump al poder dio inicio al “momento” de AMLO.
“En medio de un espasmo de rabia nacional, los votantes son cada vez más comprensivos con los gritos de un forastero radical que promete poner fin a una relación de ‘subordinación’ a los Estados Unidos y reconstruir la economía nacional”, escribió Nacha Cattan en una nota publicada el 3 de febrero en el portal de Bloomberg.
En otras palabras, las “impetuosas” promesas de Trump constituyen el clima para que el efecto anti-Trump catapulte a AMLO a la Presidencia.
Hay también quien ve en AMLO un peligro para las relaciones entre México y EU.
José Cárdenas, un oficial norteamericano retirado de altos cargos en el Departamento de Estado y en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, publicó el 25 de enero en la revista National Review, donde alerta a Trump sobre las posibles consecuencias de su política.
“Tal como está ahora, la administración Trump corre el riesgo de provocar una reacción populista mexicana que podría resultar en un gobierno antiamericano liderado por un aspirante a Hugo Chávez que tomará el poder en 2018, un resultado que podría afectar la prosperidad y seguridad de Estados Unidos en los próximos años (…).
“En el pasado, AMLO, como es conocido, ha probado la paciencia de los mexicanos con su demagogia y su inclinación por movilizar a la gente en las calles, interrumpiendo la vida cotidiana.
Sin embargo, su estridente retórica, su apelación al nacionalismo y el rechazo de la política acostumbrada en México, pueden representar el tipo de liderazgo que los mexicanos quieren para enfrentar al fenómeno Trump”, escribió Cárdenas.
En el mismo sentido se expresó Ian Bremmer, analista político, quien en la revista Time escribió del ascenso de AMLO en la escena mexicana y estadounidense.
Reconoce que quizá el rompimiento con EU en México aumentaría el rechazo a todo lo relacionado con su vecino.
“López Obrador no convertiría a México en la próxima Venezuela y sería improbable, a pesar de sus promesas, revertir la tan necesitada reforma del sector energético de Peña Nieto. Pero él sería una oposición consistente a Trump y fomentaría un sentimiento más generalizado anti-Estados Unidos”, dijo Bremmer.
En su Twitter, el analista político escribió: “El ganador de la pelea de hoy entre Estados Unidos y México: Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Espero que Trump tenga muchos deseos de trabajar con él”.
El mensaje fue escrito el 26 de enero, día en que se canceló la visita de Peña Nieto a Washington.