Tras su triunfo en los comicios del 1 de julio, Andrés Manuel López Obrador, virtual Presidente electo de México, ha organizado diversos eventos y conferencias de prensa en los que ha expuesto los principios de su plan de gobierno; Olga Sánchez Cordero, una de sus aliadas más cercanas, fue propuesta por el tabasqueño para ocupar la Secretaría de Gobernación, y en sus planes para combatir la inseguridad, se analiza la despenalización de las drogas.
De acuerdo con la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, AMLO busca que su política de combate al crimen se realice en paz, de manera integral, y atacando las causas de la violencia.
Además de la política Ley de amnistía propuesta por el tabasqueño, que se asegura no beneficiará a criminales de lesa humanidad, homicidas, y secuestradores, se habla de reducción de penas a quienes colaboren con las autoridades para resolver capos y capturar a capos, y de incluso eliminar los castigos para quienes consuman marihuana, y fabricar medicinas con base en la amapola.
En entrevista con la agencia de noticias Reuters, Sánchez Cordero considera que su plan podría parecerse “mucho a lo que hizo Lázaro Cárdenas en 1940″.
¿A QUÉ SE REFIERE LA EXPERTA EN DERECHO?
Se trata de un periodo de tiempo entre enero y junio de 1940, durante el último año de gobierno de Lázaro Cárdenas, presidente a quienes se recuerda por haber consumado la expropiación petrolera.
El 5 de enero de ese año, Cárdenas promulgó el Reglamento Federal de Toxicomanías, con el que se eliminaron varios de los castigos a quienes consumían drogas, se permitió a médicos recetar narcóticos a adictos, se establecieron clínicas ambulatorias, y se impulsó que quienes dependieran de sustancias tóxicas fueran tratados como enfermos, todo bajo tutela del Estado.
Al mes siguiente se despenalizó la venta de marihuana, cocaína y heroína, quienes fueron considerados delincuentes por consumir fueron liberados, y policías redujeron los arrestos por estas prácticas.
Se calcula que alrededor de mil personas con adicciones asistían diariamente a dispensarios establecidos para comprar cantidades de droga controladas y supervisadas por médicos.
Los bajos precios de estas sustancias era atractivos.
La morfina que proporcionaba el gobierno, por ejemplo, podía conseguirse a 3.20 pesos el gramo, y en la calle alcanzaba hasta los 50 pesos.
En un texto de la BBC, se calcula que los traficantes de la Ciudad de México perdían hasta 8 mil pesos al día por la medida.
La historia terminó seis meses después, el 7 de junio, en medio de la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno declaró la escasez de cocaína y morfina, lo que puso trabas al plan de Cardenas.
Un mes después volvió a castigarse a quien hiciera uso de estas sustancias.