México: nuevo proyecto nacional

Los paradigmas políticos y económicos que sostuvieron a México en las últimas dos décadas se colapsaron. El Tratado de Libre Comercio y el Neoliberalismo están ahora bajo el yugo del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Su política de proteccionismo y la subestimación de la relación comercial con México obligan a un replanteamiento de la nación que se requiere en el futuro.

Si bien de parte del Gobierno federal ya se dio un posicionamiento ante la embestida del nuevo presidente norteamericano, el decálogo presentado se convierte en insuficiente y otros actores han iniciado ya una campaña para fortalecer la identidad mexicana y lo importante que es estar unidos ante los ataques.

Y es que por parte de Canadá -socio también en el Tratado de Libre Comercio- el mensaje para México fue: en esta van solos.

El domingo pasado el embajador de ese país en Washington, David MacNaughton, dijo que Canadá ya está listo para empezar a establecer relaciones comerciales bilaterales de cara a la renegociación que el presidente de Estados Unidos quiere hacer con el TLC.

“Canadá tiene un estatus muy especial”, dijo a los medios en Washington.

Y marcó una clara distancia con México. Aseguró que el gobierno canadiense está complacido por ser miembro del Tratado de Libre Comercio, pero la prioridad es la relación bilateral.

“Estamos muy contentos de ser miembros de lo que creemos que es una relación mutuamente beneficiosa en el TLC. Pero, por supuesto, nuestra relación con Estados Unidos es principalmente bilateral”, dijo el político de acuerdo a lo publicado ayer en el diario Reforma.

Por eso la urgencia de empresarios y analistas de promover la unión entre los ciudadanos.

Porque, además, otro factor es que el sistema político en México llegó a un nivel de desgaste que no ofrece esquemas convincentes a los ciudadanos. La participación electoral es muy baja.

Tan sólo en los últimos comicios, el porcentaje de participación no rebasó el 50 por ciento del padrón electoral. Y por debajo de ese rango se ha mantenido desde la década de los noventa.

El fenómeno de los candidatos independientes fue una llamarada de petate. El político insignia de esto fue Jaime “El Bronco” Rodríguez y en los últimos meses su popularidad ha ido a la baja.

Destacan los promocionales de Corona, que tanto en redes sociales –principalmente en Youtube- están resaltando la importancia de que se sepa que el concepto América no es exclusivo de Estados Unidos. Los spots hacen referencia al lema de campaña de Trump “Make America great again”, pero insisten en que América son decenas de países en todos el continente y son igual de valiosos que la nación que recién eligió presidente. También Banorte se ha unido a esta campaña por reforzar la identidad nacional.

En el horizonte político el discurso de Andrés Manuel López Obrador empieza tomar fuerza precisamente con un nuevo proyecto de nación que revalora el mercado interno y que propone austeridad como primer método para la renovación del sistema político.

La regeneración necesaria

México no sólo requiere un verdadero pacto, un gran acuerdo nacional que permita hacer frente a la amenaza que representa hoy el gobierno de Donald Trump y su “American First”.

México necesita un pacto, sí, pero también urgentemente una regeneración del sistema político que gobierna el país y que hoy presenta síntomas de agotamiento.

La llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos no sólo obliga a un cambio radical de la política exterior de México, que ahora encabeza el canciller Luis Videgaray.

El trumpismo pone sobre la mesa la necesidad de un rediseño del sistema que hoy luce desbordado y con signos de colapso.

No es que Trump lo haya provocado.

La llegada del magnate a la presidencia de los Estados Unidos –y las repercusiones económicas al país- sólo exhibió al viejo régimen  afectado por la corrupción, la impunidad y el despilfarro.

La tormenta Trump no pudo haber llegado en peor momento para el país: desde hace muchos años los mexicanos no estaban tan descontentos por su conducción. El presidente Enrique Peña Nieto ha convocado reiteradamente a la unidad nacional para enfrentar la amenaza que representa la llegada de Donald Trump a la presidencia y su plan de renegociar el TLC, expulsar a los inmigrantes mexicanos que viven en los Estados Unidos y construir un muro en la frontera.

Pero las instituciones, los actores y la sociedad no se han sumado completamente al llamado del mandatario.

La baja popularidad que tiene el mandatario mexicano en su cuarto año de gobierno es un problema para que Peña Nieto haga valer su liderazgo para enfrentar el desafío que representa el gobierno de Trump.

Pero ocurre que la crisis que golpea a México no sólo es por el “Efecto Trump”. La crisis nacional es también política y además social.

Las protestas contra el gasolinazo que se registraron al comienzo del año –algunas de ellas acompañadas de violencia y saqueos en tiendas- obligaron a la clase política a restringir sus privilegios.

Los gobernantes tuvieron que presentar planes de austeridad y ahorro para aminorar el descontento popular y bajar el enojo.

Los legisladores –que se acababan de recetar sus millonarios bonos navideños- tuvieron que adoptar medidas de austeridad más mediáticas que reales.

Incluso organismos como el Instituto Nacional Electoral tuvo que cancelar su proyecto de construir su nueva sede por el despilfarro de recursos que representaba.

La situación de la élite política es grave por cualquier lado que se le mire: nunca antes los políticos habían gozado de tanto descrédito y repudio. Igual los partidos políticos están rebasados y carecen de legitimidad.

Los políticos y los ciudadanos están ubicados en polos opuestos. En México cada vez toma más fuerza el movimiento del Jitomatazo, que consiste en lanzar tomates a los legisladores que aceptaron bonos, videograbar el ataque y subirlo a las redes sociales.

Si no es la cárcel, a los políticos les espera el escarnio y la humillación política.

En las próximas elecciones no habrá ningún partido político que alcance más de una tercera parte de los votos, lo cual significa que el próximo presidente de México no contará con mayoría en el Congreso, con el riesgo de una paralización.

Es evidente que en el país hacen falta nuevos líderes, nuevas organizaciones, que desde la ciudadanía se levanten para representar los intereses ciudadanos frente a la clase política dominante.

Hace unos años se creía que las reformas estructurales salvarían a México, pero no fue así.

Hoy la sociedad exige una regeneración del sistema político y las elecciones presidenciales del 2018 se presentan como una oportunidad para conseguirlo.

El equipo de AMLO

El presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer a un equipo de trabajo de cinco integrantes quienes serán encargados de elaborar el nuevo Proyecto de Nación 2018-2024 con el que pretende catapultar sus aspiraciones presidenciales.

A través de su cuenta verificada de Facebook, el dos veces candidato presidencial compartió una foto de la reunión con este grupo plural e independiente de especialistas e intelectuales para someter a su consideración sus propuestas de gobierno.

“Los invité a que, luego de consultar a integrantes de todos los sectores económicos y sociales, de la reflexión y el análisis, y con el método del diálogo circular y el consenso, se elabore el nuevo Proyecto de Nación 2018-2024”, escribió el tabasqueño.

El grupo que se integró el pasado lunes 23 de enero, estará coordinado por el empresario Alfonso Romo y cuenta también con la participación de Claudia Sheinbaum en el área de Política y Gobierno; Adrián Rodríguez, en Economía y Desarrollo; Laura Esquivel, en Educación y Cultura, y Esteban Moctezuma, en Desarrollo Social.

El punto de partida de los trabajos serán las propuestas para el desarrollo del país que aparecen en el último libro de López Obrador, las cuales serán analizadas por este grupo con la intención de generar consenso en la elaboración del proyecto.

Proyecto de Nación 2018-2024

>>Alfonso Romo
Coordinador

Nacido en la Ciudad de México, Romo Garza es ingeniero agrónomo por el Tecnológico de Monterrey. Es presidente del Consejo y director general de grupo Plenus.

Fue creador del grupo Seminis, empresa que en su mayor auge logró controlar el 22 por ciento del mercado internacional de semillas, así como de Seguros Comercial América. Romo también formó parte del Consejo de Televisa.

Además de su trayectoria empresarial, fue uno de los promotores de la candidatura de Vicente Fox a la Presidencia de la República en 2000.

Posteriormente en 2012 respaldó activamente la candidatura de López Obrador, de quien ha sido cercano desde entonces.

>>Adrián Rodríguez
Economía y Desarrollo

Es director en Plenus Educación, una de las áreas del grupo corporativo que dirige Alfonso Romo, del cual es muy cercano, de ahí su inclusión en este grupo de trabajo.

Forma parte del Consejo de Administración de Vector Casa de Bolsa, como consejero suplente, y tiene una amplia trayectoria en la iniciativa privada, principalmente junto a Romo en sus diversas empresas.

No ha ocupado cargo en la administración pública.

>>Claudia Sheinbaum
Política y Gobierno

Una de las más cercanas al líder de Morena. Actualmente titular de la delegación Tlalpan, fue, en sus inicios en la esfera política, militante del PRD, hasta que se separó del Sol Azteca para ser una de las fundadoras de Morena.

Tiene un doctorado en Ingeniería Eléctrica en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Durante la administración de López Obrador al frente del Gobierno del Distrito Federal, entre 2000 y 2006 ocupó el cargo de secretaria del Medio Ambiente.

Durante las campañas presidenciales de 2006 y 2012 fue parte del equipo de López Obrador, y al igual que el tabasqueño ha sido una de las principales opositoras a las reformas estructurales.

>>Esteban Moctezuma Barragán
Desarrollo Social

Economista egresado de la UNAM, fue un destacado miembro del PRI y se desempeñó como secretario de Gobernación y posteriormente como secretario de Desarrollo Social durante el gobierno de Ernesto Zedillo.

Fue senador de la República, coordinador general de las campañas de Zedillo en 1994 y posteriormente de Francisco Labastida en 2000, se alejó de la política tras la derrota de éste último en las elecciones presidenciales.

Actualmente ha centrado más sus actividades en el impulso de programas y políticas desde la sociedad civil para abatir la pobreza y mejorar el entorno social. Es presidente de Fundación Azteca y de Compromiso Social por la Calidad y Equidad Educativa.

>>Laura Esquivel
Educación y Cultura

Actualmente se desempeña como diputada federal por Morena, y fue elegida por representación proporcional.

Forma parte de la Comisión de Cultura y Cinematografía en la Cámara de Diputados.

Anteriormente, entre 2009 y 2011 se desempeñó como directora general de Cultura en la delegación Coyoacán, y fue aspirante a diputada local en 2009.

Esquivel es más conocida por su trabajo como escritora, principalmente por su novela “Como agua para chocolate” de 1989, la cual ha sido traducida a más de 30 idiomas.

En total ha publicado ocho novelas y un libro de cuentos.