Antenas en azoteas, riesgo latente

Activistas y legisladores acusan que las antenas de telecomunicaciones en las azoteas son un problema de protección civil que no se ha atendido y del que no existe información al respecto, por lo que piden su regulación
David Martínez David Martínez Publicado el
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Las antenas de telecomunicación colocadas en las azoteas de los edificios son un riesgo latente de protección civil que no está regulado adecuadamente ni tampoco es tomado en cuenta por las autoridades competentes, denuncian activistas y legisladores.

Dichos equipos de comunicación son necesarios para la transmisión de frecuencias de radio, televisión o telefonía. Están sobre torres o mástiles que los sostienen y forman parte de su infraestructura.

Hasta el momento, tampoco existe un documento oficial que indique cuántas antenas se han colocado en la capital ni quiénes son los concesionarios.

Ante esta situación, Jorge Carlos Negrete Vázquez, presidente de la Fundación por el Rescate y la Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU), acusa que las antenas en edificios representan un riesgo para los habitantes de la capital y es un problema que no cuenta con la atención necesaria.

Argumenta que la instalación de las antenas, junto con sus equipos de telecomunicación, significa una carga extraordinaria para los inmuebles que en caso de un sismo puede influir en los daños sufridos por los edificios.

De acuerdo con la Guía de Infraestructura de Telecomunicaciones de la SCT, publicada en 2019, la torreta de una antena puede llegar a pesar desde 200 hasta mil kilos.

La antena es un problema muy importante, pero también el equipo que se instala junto con ella porque es muy pesado
Jorge Carlos Negrete VázquezPresidente de la Fundación por el Rescate y la Recuperación del Paisaje Urbano

El activista refiere que hasta el momento el asunto es regulado por el Gobierno federal y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Sin embargo, dicha entidad solo otorga permisos y no cuenta con un censo de cuántas antenas hay instaladas en la ciudad.

Añade que se tendría que crear una ley o reglamento local para que exista una norma clara que estipule cuáles son las condiciones para que se instale una antena de telecomunicación en los edificios.

Sin registros de antenas en la CDMX

La diputada local del Partido Acción Nacional (PAN) y presidenta de la Comisión del Uso y Aprovechamiento del Espacio Público, Gabriela Salido Magos, coincide y añade que la falta de información al respecto es un problema.

La legisladora señala que la responsabilidad por ley debería recaer en las alcaldías al tener facultades para supervisar la seguridad estructural de los edificios.

Salido Magos afirma que el 1 de marzo de 2019 envió una serie de oficios al titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, y al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para que le informaran el estatus jurídico de las antenas instaladas en la capital.

Esto, debido a que ni existe ningún documento público que informe al respecto.

El 2 de abril, la legisladora obtuvo una respuesta en la que la SCT niega tener la facultad de emitir los permisos desde el 2014.

La dependencia federal también informó a Salidos Magos que el IFT es el ente responsable de otorgar las concesiones así como de dar los permisos para que las alcaldías autoricen su instalación. Tampoco existe un área o personal encargado para atender el tema en específico.

“En el caso de la Ciudad de México la facultad es de las alcaldías, la alcaldía lo que hace es entregar los permisos de obras pero no tiene la capacidad para una supervisión efectiva”, indica en entrevista con Reporte Índigo. El IFT no emitió ninguna respuesta.

Ante esta situación, el 4 de abril pasado presentó un punto de acuerdo ante el pleno del Congreso para exhortar a la SCT y al IFT dar a conocer al órgano legislativo cuántos títulos de concesión se han otorgado y la ubicación de cada una de las antenas.

También se llama en el punto de acuerdo a las alcaldías de Miguel Hidalgo y de Azcapotzalco, cuyos habitantes mostraron preocupación por las antenas, para que dieran a conocer cuántas manifestaciones, permisos o licencias de construcción para la instalación se registraron en su demarcación.

De acuerdo con la Guía de Infraestructura de Telecomunicaciones de la SCT, publicada en 2019, la torreta de una antena puede llegar a pesar desde 200 hasta mil kilos

El 23 de mayo, la Comisión de Desarrollo Urbano del Congreso aprobó dos resolutivos con la información solicitada y se turnó a las dependencias referidas. Hasta el momento no hay respuesta de la SCT, IFT ni de la alcaldía Miguel Hidalgo.

Azcapotzalco contestó el 26 de julio que no cuenta con la información solicitada en sus archivos.

Magos afirma que el problema de que no exista una supervisión o padrón de antenas en la capital provoca la carencia de un programa de mantenimiento.

“Lo que no hay, aunque existe una norma, es quién la revise, tampoco quién verifique su legalidad”, señala Magos Salido.

Añade que otra problemática que ocurre con las antenas es que se usan para que algunos particulares puedan hacer conexiones irregulares a los servicios de energía eléctrica, los llamados diablitos.

Riesgo mínimo

En contraste a la opinión de Negrete Vázquez y de la diputada panista, el ingeniero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Víctor Lozada, considera que las antenas de telecomunicación representan un riesgo mínimo.

Indica que las antenas en promedio pesan 600 kilos, lo que en comparación es poco pues una casa pesa alrededor de 40 toneladas.

Argumenta que un tinaco tiene una capacidad de mil litros y no tiene por qué influir en el colapso de un edificio a menos que el inmueble esté mal diseñado estructuralmente.

Reconoce que la infraestructura complementaria de la torreta de la antena, como los cables que la soportan, pueden significar un riesgo.

Sin embargo, señala que si están bien amarrados a los soportes estructurales del edificio no tienen por qué caer.

“El riesgo es mínimo, como se ha visto durante huracanes no pasa nada, no caen las torretas. Si llegara a caer una antena o el mismo edificio, es porque por sí solo no resistió”, explica.

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