Los niños de su edad se pasan el día jugando y explorando el mundo. Se despiertan desde que sale el sol y juegan hasta quedarse dormidos, comen lo que se encuentran y aprenden los números y las letras. Pero la vida de Anthony, no era así. Él vivía en un cuarto oscuro, con frío, sin ropa, solo y sin comida.
Anthony fue rescatado el pasado 27 de junio en la delegación Gustavo A.Madero en un operativo que se realizó gracias a una vecina que le entregó una carta al delegado Víctor Hugo Lobo. En la nota relataba las anomalías y el sonido de un llanto infantil que se escuchaba en la zona.
De acuerdo a quienes estuvieron al momento del rescate, el pequeño se encontraba sin ropa en un sótano oscuro sujeto con una cadena y con muestras claras de maltrato en su piel. El pequeño tenía además un pedazo de cinta canela al rededor su cuello. Cuando el infante se dio cuenta de que lo iban a rescatar sollozó antes de señalar con su mano que tenía cinco años.
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En su cuerpo se observan varias heridas y los hematomas que parecen haber sido causados por golpes en su cabeza, piernas y sus frágiles brazos. Tiene quemaduras de cigarro en su espalda y está gravemente desnutrido. Además presentó deshidratación.
Juan Carlos Loaeza y Olivia Castro, los presuntos tíos del menor declararon que el padre de Anthony les encargó a su hijo y dijeron desconocer las razones del estado del pequeño. Se sabe que el padre del niño, quien vive como ilegal en Estados Unidos, había encargado al menor con su abuela en Guerrero pero luego lo mandaron con sus tíos a la ciudad para que fuera a la escuela. Anthony nació en Estados Unidos.
La embajada norteamericana ya manifestó su interés en asistir al menor ya que al tener la la ciudadanía estadounidense está protegido por la instancia que vela por el bienestar de sus connacionales en el extranjero. Se reportó que posiblemente en un par de semanas el niño podrá reunirse con su padre en San Diego.
La Red por los Derechos de la Infancia en México emitió un comunicado en donde lamentó la situación en la que se encontraba el menor. “Este caso refleja una de las más graves expresiones de violencia contra la infancia en nuestro país”, señaló.
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Además, calificó de “pésimo” el manejo del caso que realizaron las autoridades locales quienes, “sin asumir autocríticamente sus omisiones para permitir que por años el pequeño Anthony viviera en cautiverio en su jurisdicción, ahora se presenten como ’salvadores’ del niño”, así como el uso mediático del caso. Hicieron un llamado “a las autoridades competentes a investigar y sancionar a quienes hicieron públicos los nombres, imágenes y el expediente médico. Así como resguardar la evidencia que de volverse pública pueda vulnerar el derecho a la privacidad y la integridad de la víctima”.
Pidieron a los medios de comunicación “evitar ser parte de la revictimización de niñas, niños y adolescentes víctimas; y a considerar como base de su información el respeto a la privacidad, no publicando sus fotografías, descubriendo otras formas de contextualizar e informar al público sobre estos crímenes”
