El poderoso CJNG

Aun cuando la Oficina Antidrogas y el mismo Departamento del Tesoro de Estados Unidos ya había referido al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como la organización criminal más poderosa de México, fue el secuestro del Jesús Alfredo Guzmán Salazar, lo que confirmó a esa organización criminal en el primer lugar del país, en cuanto a poderío y peligrosidad.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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Aun cuando la Oficina Antidrogas y el mismo Departamento del Tesoro de Estados Unidos ya había referido al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como la organización criminal más poderosa de México, fue el secuestro del Jesús Alfredo Guzmán Salazar, lo que confirmó a esa organización criminal en el primer lugar del país, en cuanto a poderío y peligrosidad.

 

De acuerdo a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco, el secuestro del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán fue atribuido al cártel que encabeza Nemesio Oseguera González, “El Mencho”, quien habría ordenado el plagio como una muestra de ruptura con el grupo criminal de Sinaloa, con el que se habían aliado desde el 2010.

 

 Con el secuestro de “El Alfredillo”, de acuerdo a fuentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el cártel de Jalisco estaría mandando un mensaje directo al otrora poderoso capo Joaquín Guzmán sobre el nuevo control que se alza en México en el tráfico de drogas.

 

La alianza entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG surgió a mediados del 2010, cuando las dos agrupaciones acordaron un pacto.

 

En una reunión celebrada en Colima, “El Mencho” y “El Chapo” pactaron mantener el control del puerto de Manzanillo, que estaba siendo disputado por el Cártel de Los Zetas, y de paso encarar al Cartel de Los Zetas en Michoacán a fin de lograr el control del puerto de Lázaro Cárdenas

 

De la unión estratégica del Cártel de Sinaloa y Jalisco surgió la organización La Empresa o el Consorcio, que a su vez logró una frágil alianza con el Cártel de los Caballeros Templarios.

 

Esta alianza se vino abajo tras el brote de los primeros grupos de autodefensa en Michoacán, hacia principios del 2013, cuando se conoció la inclusión de exmiembros de Los Templarios en los grupos de civiles armados que organizó José Manuel Mireles.

 

De acuerdo a fuentes del Cisen, el CJNG percibió como una traición la inclusión de exmiembros de Los Templarios en las filas de los autodefensas, pues su bandera era  la expulsión de Michoacán del grupo criminal jalisciense.

 

La dirigencia del CJNG tomó entonces la decisión de financiar y armar a la mayoría de los grupos de autodefensa, a fin de convertir a muchos de esos grupos de civiles alzados en células de control a su servicio.

 

Fin del pacto

 

De acuerdo con el Cisen y con informes internos del gobierno de Michoacán solo en el 2013 el CJNG habría destinado un fondo de más de 2 millones de dólares y cerca de 30 mil armas, para mantener vivo el movimiento de los grupos de autodefensa, principalmente en la zona limítrofe de Jalisco y Michoacán, el área de influencia de ese cártel.

 

Se presume que, tras la segunda captura de Joaquín Guzmán, el CJNG decidió atender al llamado de alianza que fue lanzado por Isidro Meza Flores, “El Chapito”, quien estaría dispuesto a disputar el control del territorio que una vez fue dominado por el Cártel de Sinaloa.

 

A esa presunta alianza entre el cártel de “El Chapito” Meza y el CJNG, se atribuye el secuestro de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, con lo que el Cártel Jalisco se coloca como el cártel de las drogas más poderoso del país.

 

Incubado en la traición

 

El video filtrado sobre el momento del secuestro en el interior del restaurante La Leche de Puerto Vallarta, revela que fueron al menos seis los hombres armados que sometieron al grupo donde estaría Jesús Alfredo Guzmán Salazar. 

 

Pero llama la atención que ninguno de los sometidos hizo siquiera el intento por repeler la amenaza. El video, de 39 segundos de duración, muestra dos ángulos del restaurante donde se observa que ninguno de los secuestrados portaba armas. 

 

En el primer ángulo, se ve que el comando armado somete a los comensales, la mayoría mujeres, que estaban en la mesa principal. Sin embargo, al menos tres de los asaltantes ignoran a la concurrencia y siguen de paso hacia el fondo del restaurante, como si supieran que ahí estaba el objetivo del asalto.

 

En el segundo ángulo del video, se puede ver a un hombre que habla por teléfono y observa de frente el ingreso del comando armado a la antesala en donde se encuentra. Este mismo hombre no se ve sorprendido por el asalto. Sigue hablando por teléfono y hasta le da la espalda los atacantes.

 

Después, el mismo sujeto que habla por teléfono intenta salir de forma desapercibida, como si fuera ajeno a los hechos, pero es sometido por un rezago del comando que lo logra someter tras apuntarle a la cabeza.

 

 El video  de las dudas

 

El cártel que hoy lidera el michoacano Nemesio Oseguera González se incubó en la traición. Nació a mediados del  2010, cuando el llamado cártel de Los Valencia –organizado y liderado por los hermanos Óscar Orlando y Juan Carlos Nava Valencia– se desmoronó tras la captura de éstos.

 

“El Mencho” era trabajador de los Valencia. Comandaba un grupo al interior del cártel que tenía la encomienda de controlar la producción de metanfetaminas en la zona sur de Michoacán. Eran conocidos como Los Torcidos, y también participaba su cuñado Abigael González Valencia, “El Cuini”.

 

La captura de los hermanos Valencia se atribuye a una traición de “El Mencho”, quien los habría delatado a las Fuerzas Federales; a Óscar Orlando, también conocido como “El Lobo”, lo detuvieron en el 2009 en su casa de descanso en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, mientras que Juan Carlos, apodado el “El Tigre”, fue arrestado en la zona urbana de Guadalajara.

 

La captura de los dos jefes de Los Valencia le dio la posibilidad a “El Mencho” y a su cuñado “El Cuini” para asumir el control del cártel, que ya se había posicionado como el principal de todo el país, en cuanto a la producción de metanfetaminas.

 

Con el ascenso al control Oseguera González le imprimió su propio sello a la organización delictiva: cambió al nombre de Cártel Jalisco Nueva Generación, en alusión al relevo generacional, además de dejar de lado el tráfico de mariguana para dedicarse de lleno a la producción de drogas sintéticas.

 

Eso fue lo que permitió que CJNG se expandiera con mayor rapidez que el cártel de Sinaloa, según lo reconoció el exjefe de Operaciones Internacionales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Mike Vigil, en declaraciones al Global Post.

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