El lugar protagónico que el Gobierno federal le otorga a Petróleos Mexicanos (Pemex) no solo es un riesgo para las finanzas públicas del país, también para el planeta.
Con los rápidos avances tecnológicos y un deterioro del clima y de los ecosistemas cada vez más acelerado, la apuesta por la generación de energías limpias y renovables alrededor del mundo crece día con día.
Aunque en el discurso se habla de lograr esta transición en México, en la actualidad no existe una ruta clara por la cual transitar para alcanzar ese objetivo por parte del gobierno.
“Estamos quemando cerca de 350 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, lo cual es el doble de contaminante que los Gases de Efecto Invernadero”, comenta Gonzalo Monroy, director general de la consultoría GMEC.
El especialista en el sector energético también acusa que la empresa productiva del Estado está realizando procesos poco elaborados para la generación de hidrocarburos, por lo que está obteniendo gasolina y diesel con altos contenidos de azufre.
Además de que Pemex tampoco ha aplicado una auditoría para conocer lo que se pierde en hidrocarburos por fugas y derrames, lo que demuestra que el Gobierno federal ni siquiera está considerando bajar las emisiones contaminantes que produce la petrolera, dice Monroy en entrevista.
La poca importancia que Petróleos Mexicanos le da a los efectos del cambio climático fueron dados a conocer a nivel internacional.
A principios de octubre pasado, el periódico The Guardián publicó una investigación del Instituto para la Responsabilidad Climática de Estados Unidos, donde se indica que Pemex se encuentra en el noveno lugar entre las 20 empresas a nivel mundial “de combustibles fósiles cuya explotación de los recursos de petróleo, gas y carbón está directamente relacionada con más de un tercio de todas las emisiones contaminantes enviadas a la atmósfera desde hace 54 años”.
De acuerdo con lo expuesto por el medio de comunicación inglés, la petrolera emitió 22 mil 645 millones de toneladas de dióxido de carbono entre 1965 y 2017, lo que representa el 1.67 por ciento de lo generado a nivel mundial.
En cuanto a las emisiones futuras proyectadas de Pemex para el periodo comprendido entre 2018 y 2030, el documento calcula que serán de aproximadamente 3 mil 577 millones de toneladas de dióxido de carbono, pues su producción de combustibles fósiles diaria es de 2.5 millones barriles de petróleo.
Por su parte, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), también ha advertido que México es el quinto mayor emisor mundial de contaminación por metano proveniente de la industria de petróleo y gas.
El metano es un potente Gas de Efecto Invernadero que contamina 80 veces más que el bióxido de carbono y es el responsable del 25 por ciento del calentamiento global.
Este componente es considerado un Contaminante Climático de Vida Corta, ya que su tiempo de vida en la atmósfera es de alrededor de 12 años con un impacto en todo el planeta.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, globalmente la industria del petróleo y gas puede reducir de manera costo-efectiva hasta el 75 por ciento de sus emisiones y 50 por ciento de las reducciones mundiales de metano se puede realizar sin costo alguno.
De cumplirse este panorama, los beneficios serían equivalentes a cerrar todas las plantas de carbón en China, señala el CEMDA.
Ese mismo año, en la Cumbre de Líderes de América del Norte, México, Estados Unidos y Canadá dijeron que disminuirían sus emisiones de metano entre un 40 y un 45 por ciento para el año 2025.
Alcanzar esta meta le permitiría cumplir al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con el 10 por ciento del compromiso total de México en el Acuerdo de París sobre reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero para combatir el cambio climático.
Energías renovables, más allá de Pemex
Gonzalo Monroy, experto en temas del sector energético, explica que uno de los caminos para lograr una transición energética era el de las subastas eléctricas que atrajo muchas inversiones —más de 9 mil millones de dólares— principalmente en energía solar y eólica.
“La idea con la que se hizo la Reforma Energética y se publicaron las Leyes Secundarias, lo que regula el mercado eléctrico hoy en día, era que las plantas más ineficientes de la CFE que queman combustóleo, el cual es altamente contaminante, fueran equipadas con tecnología que les permitiera trabajar con energías renovables.
“Así ganábamos por dos frentes: se producirían menos emisiones y los costos de producción se volverían mucho más competitivos. Esa era la ruta”, menciona el director general de GMEC.
Hoy, el especialista dice que con las declaraciones que hemos escuchado por parte del Gobierno federal queda claro que se le está apostando a lo que hay; “es decir, si hay combustóleo lo usaremos, si hay diesel quemamos diesel, y no hay una estrategia para avanzar en términos de energías limpias o renovables”, agrega.
Monroy asegura que si hubiera un plan para la atracción de inversiones para conseguir energías limpias con objetivos claros y cuantificables, México podría atraer ese tipo de inversiones pues tiene la capacidad que pocos países en el mundo para la generación de energía eólica o solar.
“La realidad es que tenemos mucho potencial, pero si no tenemos los mecanismos contractuales y la certeza regulatoria pues se genera mucha incertidumbre en el mercado, lo que hace que por más atractivo que sea México, no lleguen inversiones en esta materia y nos quedemos como estamos”.
Para 2020, se prevé que el Gobierno federal le apruebe a Pemex un presupuesto aproximado de 86 mil millones de pesos, lo que significa un aumento de un 11.3 por ciento en relación a lo que obtuvo este año.