La llegada de Enrique Luis Graue Wiechers a la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) deja ver que la prioridad de la comunidad universitaria es garantizar la estabilidad.
Con su designación, culminó un proceso político en el que se privilegió la idea de la autonomía universitaria.
Durante varias semanas se decía, tanto en los pasillos de la propia Universidad como en el exterior, que el proceso para elegir a un nuevo rector se encontraba viciado y era intervenido por autoridades federales.
Se hablaba de dos universitarios reconocidos a nivel nacional e internacional que, por haber trabajado en el Gobierno Federal, llevaban ya el estigma de representar el intervencionismo del Ejecutivo en el proceso.
Se trata de Sergio Alcocer y Francisco Bolívar, quienes se quedaron como candidatos en el proceso.
Pero también se hablaba de Rosaura Ruiz como representante de la corriente de izquierda, específicamente, de la cercana a Andrés Manuel López Obrador.
Para evitar la marca de una elección intervenida –lo haya sido o no, de uno u otro sector-, los notables de la Junta de Gobierno de la máxima casa de estudios eligieron a un tercero que garantizaría continuar por la misma línea que lo hizo José Narro, el rector saliente.
Para Graue Wiechers, la idea de la Universidad es sencilla: una UNAM en paz tendrá más oportunidades para continuar creciendo.
“Son múltiples los logros conseguidos los últimos años. La Universidad Nacional ha crecido en matrícula, productos de investigación, presencia nacional, presupuesto y gestión administrativa. Han sido años de estabilidad y, con ello, el trabajo cotidiano de los universitarios ha rendido frutos”, expone Graue Wiechers en su plan de trabajo para la Rectoría.
Dentro del proceso de designación, cada uno de los aspirantes a dirigir la casa de estudios más importante de América Latina entregó un proyecto de trabajo. Ahora, para Graue Wiechers, esas serán las promesas que deberá cumplir en su periodo como rector, que concluirá en noviembre del 2019.
La promesa de mejorar
Uno de los ejes de la gestión de Enrique Luis Graue Wiechers será la promoción de programas de becas en todos los niveles, que permitan combatir la deserción escolar y promover que los estudiantes concluyan sus estudios.
“La mayoría de nuestros alumnos provienen de familias en donde el ingreso es menor a cuatro salarios mínimos. En siete de cada diez ocasiones, será la primera vez que un hijo de esas familias pueda aspirar a alcanzar el nivel profesional”, explica el rector.
En promedio, la tasa de deserción escolar es de alrededor del 20 por ciento, lo que podría combatirse en cierta medida con incrementar el número de becas, que actualmente alcanza a más de 73 mil estudiantes.
Además de acciones como la modernización de los planes de estudio o fortalecer el programa de tutorías, Graue Wiechers planteó la posibilidad de aumentar el número de campus foráneos.
“Apoyar el fortalecimiento y ampliación de cobertura de las Escuelas Nacionales de Estudios Superiores (ENES), unidades Morelia y León, con la incorporación de programas de licenciatura que no sean ofrecidos en las universidades públicas de esos estados.
“Evaluar, si las condiciones fuesen propicias, la creación de nuevas ENES en otras entidades federativas, preferentemente en aquellas donde ya existen polos académicos de desarrollo”, enunció el nuevo rector.
La defensa de la Universidad
La primer afirmación de Graue Wiechers es su defensa de la educación pública y la obligación del Estado de procurar educación superior al alcance de los jóvenes, mediante la dotación de presupuesto.
Empero, la responsabilidad de formar a los estudiantes permanece en la Universidad, que debe manejarse con entera autonomía.
“El presupuesto que nos otorga (el Estado) debe de ser en suficiencia para permitir el ingreso y correcta trayectoria escolar de nuestros estudiantes, de aquellos que por méritos académicos se hagan acreedores al derecho de ser universitarios.
“Un financiamiento que le permita a la UNAM investigar y generar conocimiento en las mejores condiciones y difundir y preservar nuestra cultura”, sostiene Graue Wiechers.
El compromiso general del rector electo es volver a la máxima casa de estudios una universidad donde quepan todas las representaciones de la sociedad.
“Creo en una Universidad tolerante e incluyente que dé cabida a todas las creencias y a los descreídos, a los que tienen recursos económicos y a los desposeídos, a las distintas preferencias sexuales y a las diversas corrientes ideológicas.
“Que promueva la equidad de género, reconozca las diversas etapas por las que atraviesa la mujer y le brinde apoyos específicos para que no quede limitada en su vida académica y, todo ello, en un ambiente de respeto, equidad e igualdad”, estableció el nuevo rector.
Todo esto, apunta Graue Wiechers, debe realizarse en un contexto donde prevalezca y se respete la autonomía de la Universidad.
La reingeniería administrativa
1. Transformar la Secretaría de Desarrollo Institucional en una Secretaría de Desarrollo e Integración de Nuevas Tecnologías Educativas, para aglutinar a todas las áreas relacionadas con ese tema.
2. Que algunas áreas absorban funciones que otras realizan. Por ejemplo, la Dirección General de Planeación podría absorber labores que hoy realiza la Dirección General de Evaluación Institucional.
3. Fomentar la cultura de la denuncia oportuna a través de un portal para la Atención y el Seguimiento de Denuncias
4. Mejorar la seguridad interna; prevenir el delito en las inmediaciones de los campus; y mantener una buena comunicación con las autoridades públicas.