El gobernador electo de Jalisco no parece preocuparse por el estado que le tocará gobernar.
Mientras sectores del panismo local limpian la casa y arreglan su salida sin abruptos, el gobernador sigue de viaje.
Incluso brilló por su ausencia en las tomas de protesta de los alcaldes metropolitanos, casi todos de su partido.
Es evidente el contraste entre su presencia en medios de información antes y después de los procesos electorales.
Para algunos priistas, Jorge Aristóteles Sandoval no está aplanando el terreno para su entrada al Gobierno de Jalisco.
Ni siquiera parecen importarle las grandes deudas de la administración pasada que podrían reventarle en la cara.
Y es que el gobierno saliente está encabezando la depuración de policías municipales, que costará la reducción de la fuerza de las mismas a casi la mitad.
El Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza de Jalisco está reprobando a un 40 por ciento de los elementos de las policías municipales.
Mientras la guerra de cárteles se recrudece, incrementan los asesinatos y la violencia en municipios como Puerto Vallarta y al interior de estado, Jalisco tendrá un déficit histórico de policías.
A corporaciones como la de Guadalajara ya le faltan 500 elementos.
Pero a Sandoval Díaz parece no interesarle demasiado que el maquillaje de cifras de seguridad de la administración pasada y la lenta depuración de las policías vayan a serle atribuibles a su mandato.
Y es que durante estos pasos de batuta donde el gobernador electo debería estar asistiendo a tomas de protesta y eventos con los diputados federales, Aristóteles se pasea por Europa.
O asiste a un curso intensivo de inglés en Phoenix, Arizona.
Hace todo, menos preocuparse por el cambio de gobierno ni por las condiciones de la entrega de las finanzas y la seguridad de Jalisco.
Y es que la cercanía que mostró con el actual gobernador en funciones Emilio González Márquez, luego de su triunfo, enciende los focos rojos en el priismo nacional.
Mientras todos esperaban que Sandoval Díaz fuera un intenso promotor de la revisión de 18 años de gobiernos panistas en la entidad, el gobernador electo guarda silencio.
Incluso hace acuerdos con la administración estatal en curso que hacen dudar sobre sus intenciones finales.
Porque mucha de su pasividad, de sus omisiones, de sus silencios ante evidentes errores de fin de administración de González Márquez generan sospechas entre los priistas de las nuevas administraciones.
En Guadalajara ya ven con malos ojos que Sandoval Díaz se quede callado ante las lamentables declaraciones de Emilio por la violencia en Jalisco, antes de su salida.
Pero Sandoval Díaz, en vez de preocuparse por sus compañeros de partido que asumieron alcaldías endeudadas y con enormes déficits policiacos, se ha mostrado dispuesto a negociar con González Márquez.
Y en este afán de evitar la confrontación, el gobernador electo se está ganando más rivalidades y discrepancias entre el priismo local y nacional.
En el tricolor nacional, muchos lo comparan con otros malogrados gobernadores priistas. Temen que Aristóteles sea un gobernante timorato gracias a su escasa carrera en la función pública.
Por eso en este arranque ríspido, hay quien dice que el gobernador electo ya está mostrando la cara de su administración.
Y es que las áreas de seguridad del Ayuntamiento de Guadalajara fueron entregadas a un grupo de funcionarios de administraciones panistas.
Además, a pesar de las fuertes críticas a las áreas de seguridad de los municipios priistas por parte del Gobierno del Estado, Sandoval Díaz parece mantener la postura de ratificar al actual secretario de Seguridad Pública Luis Carlos Nájera.
La misma estrategia de seguridad
Decir que la estrategia de seguridad de la actual administración fue un éxito, contradice muchas de las posturas del PRI en Jalisco.
Y es que el panismo local criticó durante mucho tiempo el incremento de la inseguridad en Guadalajara, como parte de la responsabilidad del Ayuntamiento.
Por eso la decisión de Aristóteles de mantener a Luis Carlos Nájera Gutiérrez como el secretario de Seguridad Pública del Estado sorprende a muchos.
Porque significa que a pesar de las discrepancias y criticas al Gobierno de Jalisco, el gobernador electo está de acuerdo con la estrategia de seguridad de Emilio González Márquez.
Y que Sandoval Díaz esta comprometido de alguna forma con la administración saliente.
No habrá cambios en las áreas de seguridad estatales que aseguren que la próxima administración federal tenga confianza para la coordinación con las corporaciones de Jalisco.
Situación que permeó durante la gestión de Emilio González.
Por eso a muchos no les cuadra el discurso del cambio que utilizó Sandoval Díaz durante su campaña, ahora que decide ratificar a uno de los funcionarios más cuestionados de las administraciones panistas.
La gestora
Ahora que Claudia Delgadillo González es diputada federal por el Distrito 11 de Jalisco, volvió a ocupar un lugar cercano a Sandoval Díaz.
Y es que Delgadillo González es conocida por haber sido gestora de recursos en la campaña que llevó a la alcaldía de Guadalajara al actual gobernador electo.
En el priismo local se sabe que ella fue una de las principales impulsoras de Jorge Aristóteles.
Pero durante la campaña a gobernador, se habló de un distanciamiento por diversos desencuentros.
Incluso en la casa de campaña de Sandoval Díaz muchos hablaban de ella como una persona non grata.
Pero sus constantes visitas a la Ciudad de México le valieron excelentes relaciones con el priismo nacional.
Y ahora, a pesar de que Sandoval Díaz ha tratado de ignorar sus compromisos con personajes cercanos a Delgadillo González como José Luis “El Tony” Duarte Contreras, el gobernador electo ve en la diputada un vinculo necesario.
Porque actualmente las relaciones con el priismo nacional no están en los mejores términos.
La cercanía con Emilio
Los rumores durante las campañas sobre la relación entre el entonces candidato al gobierno de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, y el gobernador Emilio González Márquez fueron muchos.
El coordinador de campaña de Fernando Guzmán, el entonces candidato del PAN, señaló incluso a un grupo de “traidores” de su partido que operaron a favor de candidatos de otros, como Alfaro Ramírez.
Pero lo menos que se esperaba era un cambio de administración amigable con el triunfo de Sandoval Díaz.
Y es que el gobernador electo no se ha pronunciado enérgicamente sobre cambios significativos en la forma en que administra el estado González Márquez.
Se dice que esto ha causado molestia entre el priismo local que ayudó a ganar las elecciones a Aristóteles en el interior del estado, donde su votación fue mayor.
Muchos esperarían verlo criticando los endeudamientos de último momento, las nuevas revelaciones sobre los Juegos Panamericanos, deslindándose de lo que se deja.
Por eso Jorge Aristóteles tiene la lupa del PRI nacional encima.
Esperan que no nos volvamos Monterrey en materia de seguridad, donde la apuesta para el candidato del PRI fue similar y la fórmula no funcionó.
Por lo pronto la alerta está encendida, y Aristóteles tendrá que dejar de recorrer el mundo y enfocarse en su próximo puesto sino quiere que empeoren sus relaciones con el priismo nacional.