El buque destructor que fue adquirido en 1973 al gobierno de Estados Unidos y que su diseño y botadura datan de los años 40, el D-111., junto con el D-102 conforman la unidad de destructores, supuestamente capaces de hacer defensa ante cualquier enemigo en aguas territoriales.
Con cerca de 60 mil marinos, 189 buques y 130 aviones, la columna vertebral de la Marina Armada de México está constituida por buques estadounidenses.
La pregunta entonces sería ¿cuenta la Marina con lo necesario para hacerle frente a embarcaciones y armamento ultra modernizado?
Para algunos la respuesta es sí y para otros todo lo contrario.
Lo cierto es que la Marina ha estado en constante evolución. Sin embargo, la falta de atención por parte de los legisladores, el embate al narcotráfico y el bajo presupuesto complican tarea.
Para el año fiscal 2013, la Secretaría de Marina (Semar) tiene presupuestado para la Dirección General de Construcciones Navales y la Dirección General de Investigación y Desarrollo poco más de mil 500 millones de pesos. Esto representa una inversión del 7 por ciento, en dos de las áreas en las que mejor prestigio y eficiencia tiene la dependencia.
Para algunos analistas destinar solo ese porcentaje es producto de la falta visión, ya que significa continuar asignando recursos a otros rubros, que no obstante son necesarios, se encuentran sobrevaluados.
Fragatas sin defensa
En diciembre de 2012 el Congreso de los Estados Unidos autorizó la transferencia de dos buques (fragatas) armadas a la Semar. Se trata de dos embarcaciones de finales de los años 80 y habrían sido ocupadas en la guerra del Golfo Pérsico.
El atractivo de este tipo de buque radicaría, entre otras cosas, en su sistema de armas. Las dos fragatas (USS Curts y USS MCcLUSKY) deberían contar con un lanzador tipo Mk-13 con capacidad para 40 misiles, incluidos antiaéreos Standard SM-1R y Standard SM-2 o los tipo Harpoon antibuque.
Dos lanza torpedos triples para los Mk46 o Mk50, un cañón de 76 mm OTO Melara y uno tipo Phalanx CIWS de 20 mm.
Sin embargo, una de las clausulas que condicionan la transferencia de equipo naval táctico supone que “bajo ninguna circunstancia” el equipo transferido podrá equiparar o superar las capacidades militares estadounidenses.
Además, el principal sistema de armas de la embarcación no está operativo, ya que fue transferido a México sin él.
Made in México
El sector naval ha desarrollado en años recientes tecnología de punta con diseño y mano de obra mexicana.
Por ejemplo los buques de la Clase Montes Azules resultan ser unos los más grandes de la Marina diseñados y construidos por ingenieros navales mexicanos. Otro gran avance son los buques de la Clase Oaxaca. Se trata de embarcaciones de Patrulla Oceánica (OPV) diseñadas y construidas por ingenieros navales de la Semar basada en el concepto trinomio, buque-helicóptero-lancha interceptora.
Ha tenido gran éxito, inclusive la Marina de Estados Unidos ha iniciado un proyecto para imitar el concepto. Países como Colombia se han interesado en comprarle a México prototipos.
Así mismo, la alianza que ha realizado la dependencia con la firma Sueca Dockstavarvet, primero para la adquisición de lanchas patrulleras, Polaris I y II; y luego para que la propia Marina de México realice un diseño y construcción similar para su exportación resulta un logro estratégico.
Un vez más se pone en evidencia la falta de visión, planeación y rumbo por parte de las instancias civiles y militares entorno al sistema de defensa y el desarrollo conceptual de la seguridad nacional. Especialmente en momentos en los que uno de los activos estratégicos de mayor importancia para seguridad nacional se encuentra en el océano: El petróleo.