Este lunes, el gobierno de Baja California arrancará el proceso de revisión de la administración de Francisco Vega de Lamadrid, exmandatario de la entidad quien durante los pasados seis años elevó la deuda del estado al 230 por ciento.
La auditoría contra el exgobernador, un proceso anunciado desde la campaña electoral del hoy titular del Ejecutivo estatal, Jaime Bonilla Valdez, tendrá como propósito el saneamiento de las finanzas del estado; una deuda que hasta el momento se encuentra en los 30 mil 948 millones de pesos en adeudos, pero que podría ser superior de acuerdo con las estimaciones de las nuevas autoridades.
“En principio todos tenemos la responsabilidad de verificar en las oficinas de nuestra competencia que las cuentas se hayan dado conforme a la ley; si hay o no hay aviadores. En el caso de compras, si de dio o no un sobreprecio y en el caso de que se dé algún apoyo social, verificar que éstos se hayan entregado en realidad y por las cantidades completas”, comenta Amador Rodríguez Lozano, secretario de Gobierno de Baja California.
En entrevista para Reporte Índigo, el funcionario local detalla que el proceso de auditoría se llevará de forma inicial en cada una de las dependencias, para después levar los resultados ante la Función Pública. Un proceso en donde “no es fácil establecer una fecha para obtener los primeros resultados”, esto debido a la naturaleza de la revisión.
Sin embargo, el secretario de Gobierno destaca que se tiene como fecha tentativa los 60 días que marca la Ley para emitir las primeras observaciones del proceso de entrega y recepción del gobierno de la entidad.
Este 1 de noviembre, en el marco de la toma de protesta a su gabinete, Jaime Bonilla aseguró que los bajacalifornianos viven en “estado de shock” debido al endeudamiento durante la administración de “Kiko” Vega.
“Fueron 30 años de ocultar las finanzas del estado (…) luego llega el tristemente recordado Kiko Vega y crece la deuda, de 13 a 30 mil millones”, manifestó a la par de prometer acciones como cárcel y extinción de dominio a las propiedades del exgobernador.
Más tarde, en su primer encuentro oficial con la prensa, el gobernador fue cuestionado sobre la promesa de sanciones. Bonilla, con la mano derecha en el pecho y la izquierda levantada en posición de juramento, guardó silencio por un momento y después ratificó estar dispuesto a llevar ante la justicia a Vega de Lamadrid.
