Veracruz se convirtió nuevamente en escenario de violencia contra los periodistas, pues este domingo el comunicador Ricardo Monlui fue asesinado mientras abandonaba un restaurante junto a su familia, informó la Comisión estatal de Atención y Protección a los Periodistas del estado.
Monlui era columnista en varios diarios de la región y fue baleado a quemarropa en el centro del municipio de Yanga, en el interior del estado, cuando iba a abordar un vehículo en compañía de su esposa, quien tuvo que ser llevada al hospital por una crisis nerviosa.
El periodista también iba a acompañado de su hijo adulto, informó el jefe de la policía local, Carlos Samuel Hernández. Testigos presenciales indican que el sujeto que disparó el arma al parecer espera a su víctima a las afueras del restaurante.
Hasta el momento, se desconoce el móvil del crimen y la manera en que huyó el atacante, aunque Hernández dijo que se están revisando las cámaras de seguridad privadas de la zona en busca de alguna pista.
Monlui escribía una columna en El Sol de Córdoba y también colaboraba con el Diario de Xalapa y la revista Análisis Político. Además, presidía la Asociación de Periodistas y Reporteros Gráficos de Córdoba y la Región, y se especializó en temas agrícolas y de los sindicatos azucareros.
La Comisión dijo no tener conocimiento de que la víctima hubiera sufrido amenazas previas e indicó que no estaba incluido en el mecanismo de protección a comunicadores. Según medios locales, un hijo suyo fue herido de bala en diciembre de 2010 por supuestos policías que lo interceptaron.
El asesinato de Monlui tiene lugar a poco más de dos semanas de que mataran a otro reportero, Cecilio Pineda Birto, en el estado de Guerrero, en el sur del país y quien había dado especial seguimiento al grupo delictivo de Los Tequileros.
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), una ONG con sede en Washington, considera a México el país más peligroso para la prensa de todo el hemisferio occidental y Veracruz se lleva la peor parte.
Este estado, con costa en el Golfo de México, ha sido escenario de numerosos actos de violencia vinculados con la delincuencia organizada, sobre todo durante el mandato del gobernador Javier Duarte, en el poder de 2010 a 2016 y ahora prófugo de la justicia.
Durante su mandato, fueron asesinados 10 periodistas, cuatro por cuestiones directamente relacionadas con su trabajo y seis cuyos homicidios no han podido ser esclarecidos por la impunidad que ha reinado en el estado, afirmó CPJ. Además, hay tres comunicadores desaparecidos.
Los carteles de Los Zetas y el de Jalisco Nueva Generación se disputan este territorio, donde los asesinatos y desapariciones se han multiplicado en medio de la inacción de las autoridades o, incluso, su complicidad.