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Así somos en Jalisco

De acuerdo al reporte de indicadores sobre calidad de vida elaborado por la organización Jalisco Cómo Vamos, el 40 por ciento de la población jalisciense vive angustiada o estresada.

La economía familiar, las condiciones laborales, la creciente inseguridad y los malos servicios públicos hacen que el 20 por ciento de los jaliscienses no se sientan satisfechos con lo que viven.

Lo anterior tiene un vínculo directo con su situación económica y el entorno urbano que lo rodea.

38
por ciento de la población entre 12 y 65 años consume alcohol
La impunidad es uno de los grandes problemas del estado: solo dos de cada 100 delitos reciben castigo. Eso genera incentivos para la delincuencia
El jalisciense se asocia principalmente en grupos religiosos, sindicales y vecinales, pero en esos grupos solo en 11 por ciento se habla de política.

De acuerdo al reporte de indicadores sobre calidad de vida elaborado por la organización Jalisco Cómo Vamos, el 40 por ciento de la población jalisciense vive angustiada o estresada.

La economía familiar, las condiciones laborales, la creciente inseguridad y los malos servicios públicos hacen que el 20 por ciento de los jaliscienses no se sientan satisfechos con lo que viven.

Lo anterior tiene un vínculo directo con su situación económica y el entorno urbano que lo rodea.

El jalisciense promedio prefiere pasar su tiempo libre con la familia, la pareja, las amistades o frente a un televisor.

Lo anterior incide directamente en el concepto de ciudadanía del jalisciense pues el 70 por ciento de los ciudadanos tienen poca confianza en los otros.

El jalisciense se asocia principalmente en grupos religiosos, sindicales y vecinales, pero en esos grupos solo en 11 por ciento se habla de política.

Eso explica que el 59 por ciento de los locales se dicen insatisfechos con el funcionamiento de la democracia.

Tratándose de movilización el jalisciense sólo se compromete a ir a marchas y en algunos casos firmar documentos; su participación en política poco incide en las decisiones de gobierno.

Todos esos datos se encuentran contenidos en la reciente versión del reporte de indicadores sobre calidad de vida 2012 que realizó el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos y que será presentado el próximo nueve de octubre.

En entrevista con el director ejecutivo del proyecto, David Gómez Álvarez explica que el reporte integra más de 270 indicadores que dan información precisa sobre más de 15 componentes de calidad de vida.

El observatorio, a través de grupos temáticos analizó los grandes temas que afectan al estado y echó mano en por los menos 500 fuentes de información estadística de instancias nacionales, internacionales y locales.

Ahí quedan consignadas las deficiencias en materia de educación y salud: más del tres por ciento de los jaliscienses no tienen ningún tipo de servicio médico.

En tanto que el 60 por ciento de la población no tiene bachillerato por ende tampoco educación superior.

Además uno de cada dos jóvenes de entre 16 y 18 años no estudia.

El informe también revela que los habitantes no se sienten identificados con sus gobiernos.

Y es que se  contabilizó que hay un empleado de gobierno por cada 64 habitantes, la cifra no es menor considerando que en el estado de Nuevo León hay un empleado público por casa 367 habitantes.

Al inicio de la administración de Emilio González Márquez las cifras le favorecían al Ejecutivo pues la aprobación era del 54 por ciento y existía la noción de que se cumplían alrededor del 90 por ciento de la metas del Plan Estatal de Desarrollo.

En 2012 la aprobación de González Márquez cayó: ahora sólo cuatro de cada 10 personas ven con bueno ojos su trabajo, pese a que el cumplimiento de las metas también disminuyó, describe el reporte de Jalisco Cómo Vamos.

El desencanto ciudadano -según el informe- también está ligado al mal manejo de las finanzas públicas.

Y es que el reporte de indicadores refiere que el Estado sigue dependiendo en un 90 por ciento del dinero que recibe de la Federación.

El estado tiene una capacidad mínina de recaudación de impuestos, la cifra representa el 10 por ciento de sus ingresos.

Eso sin duda tiene repercusiones claras en aspectos de servicios.

Jalisco está por encima de la media nacional en servicios básicos de agua, drenaje y electricidad; no obstante persiste un déficit de cuatro por ciento de viviendas sin drenaje y un dos por ciento de viviendas sin energía.

Pero el promedio de los habitantes del estado de Jalisco no puede siquiera acceder a vivienda propia, el 27.5 por ciento de los empleos en Jalisco es informal y el promedio de sueldo semanal es de mil 268 pesos.

La población ha crecido a ritmos acelerados, en  un 8.9 por ciento anual, mientras que la economía  local va a la baja con un 3.5 por ciento anual; lo que convierte a Jalisco en un estado poco competitivo.

Seguridad, el tema que más importa

Las cifras en materia de inseguridad que destaca el colectivo Jalisco Cómo Vamos ponen en evidencia que el estado no está pasando por un buen momento.

El aumento en las cifras de delito en los últimos cinco años pone en evidencia esta situación.
Los decomisos de droga crecieron en un 847 por ciento; los homicidios aumentaron en 188 por ciento; los secuestros en 173 por ciento, las lesiones crecieron en 114 por ciento; y el robo común aumentó en 34 por ciento.

Pero la impunidad sigue siendo un terreno común, pues sólo dos de cada 10 delitos se denuncian.

Pero esa cifra también tiene incidencia en el jalisciense: siete de cada 10 se siente inseguro.

Solo el 32 por ciento de la población ha sido víctima de un acto de corrupción por parte de alguna autoridad.

Casi el 60 por ciento sabe sobre la venta y consumo de drogas en su colonia.

Sin duda la cifra que más llama la atención es que sólo dos de cada 100 delitos reciben castigo.

Eso según el director ejecutivo del proyecto David Gómez Álvarez representa un incentivo perverso para la delincuencia pues en Jalisco existen garantías para delinquir y no ser castigado.

La incertidumbre es tal que hasta entre los mismos jueces no hay garantías: 13 por ciento de los jueces desconfía en otros jueces.

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