El enfrentamiento entre la empresa MVS y el gobierno federal refiere “un litigio complejo, grave, delicado; de consecuencias preocupantes para la sociedad mexicana y en donde están entreverados asuntos políticos y financieros”.
Así opina Raúl Trejo Delarbre, doctor en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
De entrada, al ser cuestionado por Reporte Indigo sobre esta polémica en boga destaca una anomalía de origen: no se ha precisado cuánto deben pagar quienes utilicen la banda 2.5 GHz “y ésta es una irregularidad que forma parte de este asunto tan enredado”.
Sobre este punto, el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM comenta que, por una parte, el gobierno federal no ha ofrecido una explicación clara del avalúo que hace para el uso en México de esa banda. Y que, por otra, las negociaciones que mantuvo como MVS fueron en secreto.
Trejo Delarbre considera los funcionarios públicos han actuado irresponsablemente durante casi una década, que corre entre los sexenios de Felipe Calderón y Vicente Fox: no resolvieron el asunto, no utilizaron la banda y la usaron como “un recurso para presionar a la empresa MVS”.
Hoy, agrega, se conoce la importancia de la 2.5, la propuesta de MVS que el gobierno descartó, “las ambiciones de Televisa –que es un actor que no hay que olvidar está presente en este asunto– pero no hemos sabido qué quiere el gobierno, qué propone el Estado mexicano para utilizar esa banda”.
Las declaraciones de funcionarios de Comunicaciones y Transportes y de la Cofetel solo destacan su uso comercial, “siendo que en otros países, como Estados Unidos, parte de esta banda ha sido destinada a usos no mercantiles de carácter educativo a cargo de instituciones públicas”, subraya el académico.
Y agrega: “hay mucho qué discutir y decidir todavía en este asunto donde el amago, el chantaje político que pretendió hacer el gobierno federal resulta muy grave”.
Lo que estamos atestiguando es una afrenta entre actores que defienden sus intereses, “y el interés de MVS y el de Televisa y el de Telcel no son necesariamente el interés de la sociedad. Eso lo tiene que reivindicar el Estado mexicano a través del gobierno federal”, afirma Trejo.
El autor de 17 libros, ex fundador de la revista Etcétera y comentarista político,sostiene que lo que sigue es pensar en las reglas de licitación para la 2.5 porque “yo doy por sentado que MVS ya la perdió y no tiene nada qué hacer salvo estorbar una decisión si es que hay una cadena de litigios, como amenazó Joaquín Vargas en su conferencia de prensa”.
Estas reglas de licitación, explica, deberían auspiciar la incorporación de nuevos actores al uso del espectro radioeléctrico y aquí podría entrar de nuevo MVS.
Lo nodal sería que hubiera tal diversidad de actores “que ninguno monopolizara esta banda, como hasta ahora hacía MVS de manera, me parece, incorrecta; y que buscaran que hubiera servicios básicos, eficientes, de internet y a precios bajos”.
Trejo Delarbre dice que las acusaciones del dueño de MVS no le sorprendieron. Que ya se conocían “los rasgos más generales de la presión que ejerció la Presidencia de la República en contra de la periodista Carmen Aristegui”.
Sin embargo, acota, es interesante y discutible que “la familia Vargas se haya tardado año y medio en dar a conocer esta denuncia y solamente hasta que el gobierno federal le retiró la concesión de la 2.5”.
El negocio que está perdiendo, afirma, “es realmente cuantioso y hasta ahora no se resolvía por asuntos de dinero”.
El ex presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información sostiene que nadie ha dilucidado en realidad cuánto vale la banda 2.5: “vale lo que diga el gobierno, según las leyes mexicanas”.
Recuerda, por ejemplo, la licitación 21 de hace dos años. Cuando a Televisa y a Nextel les vendieron muy barato un espectro radioeléctrico y muy caro a Telcel y a Telefónica.
“La diferencia de precios ha sido posible debido a la discrecionalidad del gobierno federal que vende caro a unos y muy barato a otros el patrimonio de la nación”, asegura.
Ahora no se cuenta con información pública de cuánto dinero se ha puesto en juego con la 2.5. Algunas columnas financieras, comenta Trejo, han referido la Secretaría de Hacienda quería entre 2 mil y 2 mil 500 millones de dólares. Y se dice MVS quería pagar entre 400 y 800 millones de dólares.
“Al parecer Hacienda quería cobrar con los mismos criterios que vendió el espectro radioeléctrico hace dos años a Telcel y Telefónica”, comenta. Y MVS dijo que no.
Se trata de un asunto de pesos. “¿Por qué a la familia Vargas les venden caro y a Televisa y Nextel les venden barato? Pues eso habla de la discrecionalidad que hay en la asignación de precios para concesiones”.
Lo que ahora está a la vista es un pleito entre actores que refieren sus propias versiones de chantaje. Pero, ¿qué hay detrás? “Hay intereses de muchísimos miles de millones de pesos. Intereses que están siendo motivo de tráfico de influencias con recursos de la nación y cuya falta de solución va en detrimento del interés de la sociedad mexicana”.
Raúl Trejo nombra a quienes se benefician con todo esto:
“Le conviene a Televisa que había presionado al gobierno para que tomara estas acciones en contra de MVS, y le conviene a Carlos Slim, que es un actor del que nadie habla en este asunto”. Aunque es socio de MVS en otro asuntos, dice, “mientras no haya competencia y nuevas ofertas en el terreno de la telefonía inalámbrica el que sigue ganando es que acapara este mercado y quien tiene el 75 por ciento de este mercado es Telcel del Grupo Carso”.