Aumenta el interés por las vacunas en la pandemia
El sector salud se enfrenta en definitiva a un año atípico, ya que la demanda de vacunas en general ha disminuido ante la idea de que los centros de salud son focos de infección por COVID-19 y hay más solicitudes por la vacuna contra la influenza
José Pablo Espíndola y Fernanda MuñozLa directora médica de Sanofi Pasteur asegura que durante esta pandemia por COVID-19 sí ha disminuido la demanda de vacunas en el sector salud, ya que muchas familias prefieren dejar de vacunarse por no acudir a los centros médicos, porque consideran que pueden ser focos de infección.
“Si bien, no hay datos oficiales, algunos se pueden consultar en línea, como la cartilla electrónica, que sólo refleja de cuatro estados de la República, donde se ha visto una caída en la cobertura de vacunación en general”, afirma Alejandrina Malacara.
Sin embargo, la demanda de la vacuna contra la influenza aumentó hasta 10 veces en comparación con años anteriores. Sanofi, por ejemplo, que el 95 por ciento de sus vacunas se las vende al sector público, tuvo que elevar su producción de 30 a 35 millones de dosis, cifra que entregó este año, lo que califican como un “esfuerzo extraordinario”, por todo lo que conlleva.
Para ejemplificar la demanda, la doctora Malacara señala que en el Instituto Nacional de Nutrición, el número de vacunas que aplicaban durante toda la temporada las aplicaron durante dos semanas, porque la gente sí está interesada en recibirla.
Además de la vacuna contra la influenza, esta firma le entrega al sector público los “combos pediátricos”, como la hexavalente, una vacuna que protege contra seis enfermedades: difteria, tosferina, tétanos, influenza tipo B, hepatitis B y poliomielitis. También le venden una que es para embarazadas, la cual protege a los bebés contra el tétanos, la difteria y el pertussis (como también se le conoce a la tosferina), y funciona como una estrategia capullo, donde se vacuna a la madre para proteger al bebé.
Ante este escenario, la doctora Alejandrina Malacara confiesa que esta situación no se había visto antes y por supuesto significó un reto para todos, ya que la producción de una vacuna conlleva muchos meses; si bien, la más rápida es la de influenza, hay que proyectarla un año antes y su elaboración lleva seis meses.
“Lo que pasa es que esta pandemia nos sorprendió. Nosotros teníamos la experiencia de 2009, que fue una pandemia de influenza (A H1N1), entonces, sí tenemos un plan para actuar en casos de pandemia, pero de influenza, no de coronavirus”, explica la experta.
En México, Sanofi cuenta con una planta para la elaboración de vacunas contra la influenza, entonces, podría servir para una vacuna pandémica, pero no para combatir el virus SARS-CoV-2, ya que la tecnología es diferente.
Influenza, con mayor demanda entre las vacunas
En épocas decembrinas, a diferencia de otras vacunas, la de la influenza es la más demandada. Por ello, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que la meta de la campaña de vacunación de este año es proteger a 14 millones 460 mil 539 derechohabientes en todo el país.
Según un comunicado emitido por la dependencia el pasado 2 de diciembre, el IMSS ya ha aplicado más de 5.1 millones de vacunas contra esta enfermedad. Y aunque aún hacen falta, todavía hay tiempo para que la gente tenga oportunidad de obtenerlas.
El doctor Alejandro Macías, médico internista e infectólogo, asegura que México por fortuna tiene una población muy abierta y receptiva a la vacunación, haciendo que los grupos antivacunas, aunque tienen en cierta medida un peso, no afectan sustancialmente.
“Ya lo vimos en el 2009, México no tuvo ningún problema. Por ejemplo, las primeras 200 millones (de vacunas) se terminaron en menos de dos meses; hay países como Japón que habían comprado más de 100 millones para toda su población y no pudieron poner más de 30 millones”, detalla el también excomisionado nacional para la Prevención y Control de la Influenza.
Por ello, declara que aunque está claro que habrá una demanda internacional en un inicio con la vacuna del COVID-19, así como pasa actualmente con ciertas dosis, no debería haber problema porque México tiene buenos convenios con las compañías farmacéuticas y en términos generales México es un buen pagador.
“Según entiendo, las autoridades han hecho una firma por alrededor de 35 millones de dosis de las vacunas de Pfizer (…) Todavía no va a ser suficiente, pero yo no creo que México vaya a tener desabasto. México ha sido, insisto, tradicionalmente un país de vacunación, tenemos una población muy entusiasta por la vacuna”, agrega el doctor.
Para Macías, cuando se tengan en el país las dosis para empezar a combatir el virus de SARS-CoV-2, no se necesitará vacunarse al 100 por ciento de la población para tener un buen efecto, solo basta con aplicar una buena dosis en el 50 por ciento de los mexicanos, empezando, por supuesto, con el personal de salud.
Además, añade que muy probablemente el país no sólo va a depender de una vacuna, sino de otras, como la de AstraZeneca y Pfizer, que son más baratas.
Su aplicación será, según el especialista, a través de la buena logística de vacunación que tiene México, llevándola paulatinamente a las distintas unidades como los centros de salud, las clínicas del ISSSTE, del Seguro Social y en los servicios privados.
Respecto a la proximidad en que el 100 por ciento de los mexicanos pueda acceder a la vacuna, el doctor Alejandro Macías explica que se prevé que inicie la distribución después del primer trimestre de 2021.
Los efectos de la vacunación, considera el doctor Macías, se irán sintiendo masivamente en los servicios de salud, en menos gente enfermándose y ya en una situación de volver a la normalidad hasta finales de 2021 o 2022, “todo depende de la velocidad en la que vayamos”.
“Creo que la tranquilidad que debemos tener es que vamos a tener vacuna en México. Creo que se ha hecho un trabajo neto, el Estado, el Gobierno, ha hecho las adquisiciones.