En la Ciudad de México, cada año hay más cuerpos que no son identificados y quedan en el anonimato. Datos obtenidos por mecanismos de transparencia indican que del 2017 al 2020, los cadáveres que ingresaron al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (INCIFO) y no fueron identificados, aumentaron 5 por ciento.
Además, la información señala que el principal destino de los cuerpos es la fosa común del Panteón Civil de Dolores y la investigación científica.
Al INCIFO, según su mismo portal electrónico, llegan los cuerpos y restos humanos encontrados en la vía pública sin identificar, los que mueren por situaciones violentas o se sospecha que hubo la comisión de un delito en el fallecimiento.
La problemática que atraviesa la Ciudad de México en el tema de los cuerpos no identificados forma parte de la crisis forense que existe en el país, que ha sido denunciada por organizaciones civiles y que, en total, ha dejado a más de 50 mil cuerpos en calidad de desconocidos en los últimos años.
Los números del INCIFO
Durante los últimos 4 años, el número de cuerpos que ingresan al INCIFO del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México y no son identificados o reclamados ha aumentado gradualmente.
Así lo revelan cifras obtenidas por Reporte Índigo a través de la Plataforma Nacional de Transparencia y diversas solicitudes de información consultadas en el sistema InfomexDF.
En el 2017, ingresaron 5 mil 318 cadáveres al INCIFO, de los cuales, 599 quedaron en calidad de desconocidos.
Para el año 2018, la cantidad de cuerpos que quedaron sin ser reconocidos fue de 615, 2.6 por ciento más respecto al 2017.
Sin embargo, para el 2020 la tendencia a la alza regresó: hubo 631 cuerpos sin identificar, lo que representa un aumento de 6 por ciento respecto al 2019; de 2.9 por ciento en comparación con 2018; y de 5 por ciento en contraste con 2017.
En total, del 2017 al 2020 en la capital del país, las autoridades no han identificado a 2 mil 436 cuerpos que llegaron al INCIFO.
Dicha cifra representa el 11.5 por ciento de los 2 mil 143 cuerpos que llegaron al INCIFO de la capital del país en el lapso mencionado.
Respecto al sexo de los no identificados, según la información consultada, 2 mil 143, el 87 por ciento del total, eran hombres.
Destino final
La Ley Federal de Salud indica que todos los cuerpos no identificados por las autoridades forenses deben tener un informe con las características físicas, biométricas y de osamenta para un posible reconocimiento en el futuro.
También, señala el marco legal, los cuerpos que estén en condiciones de ser donados para la investigación científica, deben ser trasladados a instituciones académicas.
El resto, enterrado en las fosas comunes dispuestas por las autoridades locales. La norma indica que las instancias correspondientes tienen que dar aviso sobre los cuerpos no identificados a las comisiones locales de búsqueda de personas.
En el caso de la Ciudad de México, según la información obtenida, mil 501 cuerpos, 61 por ciento de los que permanecieron en calidad de desconocidos, fueron llevados a la fosa común del Panteón Civil de Dolores, localizado en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec en la alcaldía Miguel Hidalgo.
El resto de los cuerpos, 935, el 39 por ciento, fueron trasladados para la investigación científica a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Anáhuac, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), a la Escuela Militar de Medicina, entre otras instituciones de educación.
La información consultada no detalla cuántos cuerpos fueron identificados después de que fueron enviados a la fosa común o trasladados a instituciones académicas.
Problema nacional
En el país hay alrededor de 52 mil cuerpos sin identificar debido a, principalmente, la falta de especialistas forenses y la sobrecarga de trabajo que existe, revela el informe “La Crisis Forense México: 52,000 personas sin identificar”, publicado en 2020 por el Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos.
“Las causas de esta crisis son diversas y profundas. Por una parte están las causas externas a las instituciones forenses: el aumento de la violencia en los últimos 15 años, en particular las desapariciones forzadas y por particulares, los homicidios y el ocultamiento de personas fallecidas en fosas clandestinas. En consecuencia, la crisis de violencia ha generado una carga de trabajo inusitada para los servicios forenses del país”, señala el informe.
Según el documento, el 60 por ciento del total de cuerpos desconocidos se concentran en cinco entidades: Baja California, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y Chihuahua.
Mientras que los 52 mil cuerpos sin identidad, han ingresado a las morgues de todo el país desde 2006 hasta agosto de 2020.
Asimismo, el documento detalla que el 78 por ciento de los cadáveres están en fosas comunes o instituciones académicas, mientras que del 22 por ciento se desconoce su destino porque las autoridades no revelaron su paradero.
Incluso, se menciona en el documento, el Gobierno de México ha reconocido la emergencia.
“Especialmente desde la Secretaría de Gobernación, se ha referido a una ‘emergencia forense’ en materia de identificación humana y ha anunciado medidas para atenderla. Algunas medidas apuntan a fortalecer los servicios forenses ordinarios, como la construcción de centros regionales de identificación”, detalla.