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La inseguridad es, sin duda, el talón de Aquiles de la administración de Miguel Ángel Mancera. Tanto, que los habitantes de esta ciudad se constituyen en grupos de autodefensas.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) ha negado estas versiones. Sin embargo, cada vez son más los ciudadanos que se organizan para combatir por su cuenta los índices delictivos en la capital del país.
La consigna es simple: si detectas a un ladrón, secuestrador, violador… hay que detenerlo entre todos. ¿Cómo? Con piedras, palos, partillos, desarmadores o lo que tengas a la mano.
Incluso, entre los colonos ya existen protocolos de reacción inmediata; esto incluye colocar mantas amenazadoras, realizar rondines nocturnos, tener horario de vigilancia, así como el uso de alarmas y hasta de silbatos.
De acuerdo con estos sectores de la sociedad, que en su mayoría se concentran en las periferias de la ciudad capital, esta es una medida desesperada ante la omisión e incapacidad de las autoridades.
Los vecinos de esas zonas le dan la razón a las autoridades, al insistir en que no son propiamente autodefensas, ya que carecen de la infraestructura de esos grupos y no cuentan con armas de fuego.
Pero sí tienen la misma misión: acabar con la inseguridad que día a día amenaza su entorno familiar, su patrimonio y la paz social.
Desde hace más de un año comenzaron a surgir las autodefensas en el Distrito Federal. Tienen presencia en Tlalpan, Magdalena Contreras, Xochimilco y principalmente Tláhuac.
Y es que en esta última demarcación van un paso adelante: hay más de siete colonias organizadas y el próximo domingo sostendrán una reunión para homologar su protocolo de reacción.
La historia
En noviembre del 2013 comenzaron a aparecer mantas con leyendas destinadas a la delincuencia en diversas colonias de la delegación Tlalpan, las cuales acapararon los reflectores de medios de comunicación.
Aparecieron bajo el lema “estamos cansados de tanto robos a casa habitación y automóviles, del narcomenudeo, de los asaltos, intentos de violación, de los secuestros y hasta el robo de cables de electricidad y coladeras”.
Los vecinos de la colonia Pedregal de Santa Úrsula Xitla comenzaron a organizarse para hacer justicia por su propia mano, bajo la consigna: “si te sorprendemos robando, no te la vas a acabar. Te vamos a linchar”.
El problema subió de tono al grado que los colonos presentaron denuncias penales en las que aseguraban ser víctimas de actos de represión por parte de narcomenudistas de la zona.
En febrero de este año apareció otro grupo. Esta vez en la delegación Magdalena Contreras, donde habitantes de la comunidad San Nicolás Totolapan colocaron mantas en las que advirtieron que tomarían medidas contra los delincuentes.
“Persona que sea sorprendida la lincharemos o será entregada a las autoridades”, se podía leer en las mantas.
En breve, la jefa delegacional, Leticia Quezada, desmintió esta versión al asegurar que se trataba de un movimiento político orquestado desde el PRI-DF para desestabilizar su administración.
También el secretario de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, dijo a los medios de comunicación que el índice delictivo en la zona es bajo y que por ende, este caso proviene de un tema político.
A la par, surgió otro grupo en el pueblo Santa Cruz Acalpixca de la delegación Xochimilco, que además de exigir agua potable a las autoridades delegacionales denunció el incremento de la inseguridad.
Por ello colocaron mantas amenazando a los delincuentes de la zona tras asegurar a los medios de comunicación que no les agrada la idea de linchar a la gente, pero que es necesario defender a su pueblo.
Y pusieron en la mesa de diálogo la propuesta de formar una policía de autodefensa, debido a los pocos resultados que ha ofrecido la autoridad.
Al respecto, otra vez el secretario de Seguridad Pública afirmó que no se tiene conocimiento de algún grupo con las características de autodefensas dentro del Distrito Federal.
Aún así, aclaró (hace tres días) que este tipo de grupos no serán tolerados en la capital del país, y que las personas que porten armas sin permiso serán detenidas y presentadas ante el Ministerio Público.
Sin embargo, unos día antes, el jefe de Gobierno, los 16 delegados y el titular de la policía local acordaron tomar las medidas que sean necesarias para impedir el surgimiento de grupos de autodefensas.
En el ojo del huracán
En Tláhuac se gesta el bloque más duro de las autodefensas capitalinas. Sí, en la demarcación donde se registró uno de los peores linchamientos en la historia de este país (San Juan Ixtayopan 2004).
Y es que ya son más de siete colonias las que conformaron grupos vecinales encargados de combatir la delincuencia, las cuales ya buscan trabajar de forma coordinada.
Hasta ahora, tanto los habitantes de las colonias Santa Cecilia, San Pedro, Chichilaula, Pedregal, Santa Catarina, La Conchita y Zapotitlán se han afirmado tener un grupo de reacción.
Por medio de mantas, también conminaron a los delincuentes a retirarse de la zona antes de que sean linchados y quemados, como sucedió en San Juan Ixtayopan con tres agentes federales. La advertencia está dirigida a “rateros, secuestradores, violadores y delincuentes”.
Afirman que ya son frecuente los asaltos al transporte público en la carretera Tláhuac-Chalco, los robos a casa-habitación a plena luz del día y los intentos de secuestro.
Los delincuentes se hacen pasar por elementos de la Procuraduría General de Justicia, empleados de la Comisión Federal de Electricidad y otras dependencias para cometer robos sin que las autoridades hagan algo para detenerlos.
Mariana Romo, líder vecinal de la colonia Conchita-Zapotitlán, afirma que llevan entre tres y cuatro semanas organizados para actuar con base en un protocolo de acción contra robos, secuestros y violaciones.
“Ha habido intentos de levantar chicas, de asaltos; y la nula participación de la delegación y la SSP-DF para garantizar nuestra seguridad. Ya realizamos juntas, y tenemos impresión de lonas en las que se advierte que la gente está organizada.
“Lo que intentamos hacer es detenerlos, mediante una acción conjunta y usando silbatos. Eso significa que hay que salir con lo que tengas a la mano para detener a los delincuentes y entregarlos a las autoridades. Lo que no podemos saber es si en algún momento se pueda detener una golpiza”, dijo Romo.
Reconoció que uno de los problemas más fuertes es que los delitos no se denuncian debido a lo engorroso del trámite, pero que hay constancia de todo ello en la página de Facebook, Tláhuac denunciometro.
Por su parte, Víctor Castellanos, representante vecinal de Santa Catarina, añade:
“Somos afectados por parte de la ingobernabilidad. No podemos suplir las funciones de la policía, pero ya nos hartamos.
“Nos cansamos de reportar los robos y no pasa nada. Estamos organizándonos como vecinos para vigilar y hacer rondines por toda la colonia. Y si me preguntan cuál será la reacción cuando agarremos un ladrón, no lo sabemos”, advirtió Castellanos.
Por su parte, la diputada local del PAN, Olivia de la Garza, solicitó al GDF un informe de cuántos grupos de autodefensa hay en la ciudad y qué se está haciendo para atender sus peticiones.