Con más de 30 años de realizar las banderas nacionales, elementos del ejército continúan con su labor

Banderas oficiales desde el ejército

Con más de 30 años de realizar las banderas nacionales, elementos de la Sedena continúan con su labor a pesar de la actual emergencia sanitaria

Con la llegada de la pandemia por COVID-19, el Ejército mexicano no solo apoyó con la elaboración de trajes quirúrgicos al personal médico sino que también acopló sus medidas de trabajo para el resto de sus actividades, como la fabricación de banderas.

Desde 1982, cuando se crea la Fábrica de Vestuario y Equipo (FAVE) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se determina que, además de uniformes y cualquier equipo como botas, cascos, chalecos, colchones, entre otros, también se encargue de la confección de las banderas oficiales del país.

Al interior de la fábrica, los soldados, quienes han hecho parte de su uniforme el cubrebocas de tela militar, se han dividido en grupos para hacer todas las tareas necesarias que den vida a una bandera nacional desde actividades como cortar hasta pintar el escudo sobre los lienzos de tela.

Es una satisfacción porque siempre tratas de hacerlo mejor que ayer y el día anterior, me da mucho gusto el saber que ya reconozco el trabajo de mis compañeros y a veces hasta ya adivino quien hizo una bandera con solo verla izada
Aldo Néstor Puente AlmazánSargento encargado del área de Serigrafía

En entrevista para Reporte Índigo, el capitán primero en ingeniería industrial Ricardo Ramírez Zamora explica que el proceso de elaboración no tiene fecha de inicio en específico pues se trabaja en él a lo largo de todo el año.

“El trabajo comienza con el teñido de las telas, las cuales son 100 por ciento nylon con tejido ribon, la tela se recibe sin colorantes porque acá se tiñe y se le agregan tratamientos para que resistan la luz ultravioleta y las condiciones de humedad y así puedan estar a la intemperie y tengan mayor duración”, comenta.

De acuerdo con Ramírez Zamora, el siguiente paso es la etapa de corte en la que de acuerdo con las dimensiones de las banderas se corta la cantidad necesaria de lienzos en los tamaños requeridos.

“El tercer paso es la confección, la cual está dividida en dos partes: la primera es el ensamble donde se cosen los lienzos, aquí se inicia por los blancos para que una vez que sean ensamblados pasen al área de pintado. Aquí somos muy cuidadosos pues el pintado del escudo consta de tres pasos que son la calca, donde de manera manual y con lápiz de dibujo se traza sobre un papel albanene el escudo impreso para pasarlo a la tela, el segundo paso es la aplicación de 11 colores base y por último cinco colores más para un total de 16 tonalidades que lleva el escudo nacional”, enfatiza.

Mientras dos de los cinco soldados destinados al área de ensamble cosen con sus respectivas máquinas, el capitán primero menciona que uno de los últimos pasos a realizar es dejar secar la bandera, voltearla para pintar la parte trasera y colocarla en el horno de telas aproximadamente durante ocho minutos a una temperatura de 120 grados centígrados, pues es la condición necesaria para lograr la adherencia y fijación adecuada de la pintura.

Una vez que concluye el proceso de pintado, el capitán aclara que la tela regresa al área de ensamble para colocar los lienzos rojos y verdes, así como la loneta que sujeta los ojillos y herrajes y así poder colocar la bandera al asta a la cual será colocada.

La elaboración de las banderas nacionales son parte de un programa para dotar al país de gigantescos lábaros que inició en 1999 bajo el mandato del expresidente Ernesto Zedillo. La primera bandera monumental fue colocada en la ciudad de Tijuana, Baja California, en 1997, durante su sexenio.

Con respecto a los trabajos monumentales, es decir, aquellas banderas que son de más de 50 metros, explica que la mitad del asta es el largo de la bandera. Si el largo son siete séptimos, el ancho son cuatro. De acuerdo con el capitán, tan solo una bandera de 100 metros puede llegar a pesar hasta 250 kilogramos, aproximadamente.

Banderas, Orgullo nacional

Con el equipo de trabajo a sus espaldas, Ramírez admite que una de las cosas que más disfruta en su labor es realizar banderas monumentales.

“Ese tipo de trabajo se hace de 10 a 18 días, pues depende del tamaño, por ejemplo, las más pequeñas que son de 50 metros y una de ellas es la que tenemos en el Zócalo capitalino, mientras que la más grande es de 120 metros y que la tenemos en el asta en Piedras Negras, Coahuila”, afirma.

50-120
metros puede ser el tamaño de las banderas monumentales que realiza el Ejército mexicano

Para Zamora, no cabe duda que la bandera es el símbolo más representativo de México, por ello califica su trabajo como una labor privilegiada porque le permite crear un símbolo que represente en cualquier lugar a todos los mexicanos.

“Procuramos mucho el cuidado y destino de las banderas, por ejemplo, cuando son inutilizadas por el desgaste se verifica su situación en cuanto a la tela y si ya no es útil, si ya no se puede reparar, se incinera y se levanta un acta administrativa que avale que dejó de usarse”, puntualiza.

Al terminar de calcar los escudos nacionales, el sargento Aldo Néstor Puente Almazán, encargado del área de Serigrafía, asegura que durante sus 24 años de labor en las Fuerzas Armadas, se enorgullece de su trabajo de poder enseñar y revisar que los escudos vayan al 100 por ciento en color y enmarcado para su elaboración.

“La realización de un escudo depende de la medida, el de 120 metros tarda alrededor de 10 a ocho horas de dibujarse y los más pequeños varían entre seis y cinco horas. Pero todo vale la pena, es una satisfacción porque siempre tratas de hacerlo mejor que ayer y el día anterior, me da mucho gusto el saber que ya reconozco el trabajo de mis compañeros y a veces hasta ya adivino quien hizo una bandera con solo verla izada”, sostiene.

Con su atención enfocada en las tijeras que marcan el camino a cortar, la soldado Aydé García García, quien pertenece a la línea de banderas y quien además es la responsable de confeccionar las banderas monumentales, históricas, de oficina y de escritorio, dice sentir una gran satisfacción de poder llevar seis años en su labor.

Es un orgullo confeccionar la bandera porque representa el lábaro patrio de nuestro país y con ello demuestra la cultura, tradiciones, el trabajo y esfuerzo de todos los mexicanos. No lo niego, a mí se me eriza la piel cuando veo una de las banderas terminadas
Aydé García GarcíaSoldado responsable de confeccionar las banderas

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