Batalla campal en la “Franja” de San Lázaro
La toma de protesta del nuevo presidente Enrique Peña Nieto, en la Cámara de Diputados, estuvo esta mañana envuelta en manifestaciones violentas en todas las calles aledañas. En una mañana fría, tensa y soleada, la batalla en la “franja” de la Cámara de diputados se prolongó de las 5am hasta las 11am.
Raúl TortoleroLa toma de protesta del nuevo presidente Enrique Peña Nieto, en la Cámara de Diputados, estuvo esta mañana envuelta en manifestaciones violentas en todas las calles aledañas. En una mañana fría, tensa y soleada, la batalla en la “franja” de la Cámara de diputados se prolongó de las 5am hasta las 11am.
Desde la madrugada, el Estado Mayor Presidencial, apoyado por las policías federal y capitalina, cerró los alrededores de San Lázaro. Su principal acceso, la calle Congreso de la Unión, estaba bloqueada con vallas desde el mercado de Jamaica. A esa misma hora, en la puerta principal de la Cámara de diputados, comenzaban los honores a la bandera. Había francotiradores en las viviendas multifamilitares, situadas frente a esta sede del legislativo, perfectamente visibles, como anticipo de lo que iba a pasar.
Y el saldo de la contienda es por el momento más de una docena de heridos, dos civiles y cuatro policías con graves lesiones, según el todavía jefe del Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, y Jesús Rodríguez, el procurador del DF, y 65 detenidos por vandalismo en el centro histórico. Entre los manifestantes, hay dos en estado grave, un adulto y un joven, según Cruz Roja.
El primero sería Juan Francisco Quinquedal, de 65 años, que habría recibido un ataque por parte de la policía en el cerebro, por lo cual se le supondría muerto. Las fotografías muestran a un hombre rapado con una perforación en la parte superior a la frente, yaciendo en el suelo, con el cuero cabelludo y el rostro ensangrentados, o bien, llevado cargado pro otros manifestantes, inconsciente.
El joven, de nombre Carlos Yahir Valdivia, de 22, al que se había dado por presuntamente muerto, sólo fue reconocido como herido, hasta ahora, por la Cruz Roja. Otro lesionado confirmado es Rubén Fuentes Pablo, de 31 años, que habría sido herido con arma de fuego en el fémur, que se encuentra estable. Jorge, de 17 años, y Juan Jesus Ortega, de 52, ya habrían salido del hospital de Cruz Roja de Polanco.
Desde las seis de la mañana, el olor de la transmisión del poder ha sido a gasolina, a bombas molotov, a pólvora de explosivos, y a gases lacrimógenos -arrojado tanto por manifestantes como por la policía federal-, ahora en manos de Manuel Mondragón y Kalb, subsecretario de Planeación y Protección Institucional, encargado de despacho de SSP.
México sin PRI: clamor general
La mayoría de las protestas están encabezadas por maestros y alumnos de Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Muchos han sido identificados por los agentes infiltrados de la PF como miembros de la CNTE.
El grupo “Yo soy 132” también ha dejado sentir su presencia, hoy nada pacifista. Todos los grupos, aunque de orígenes dispersos, unificaban sus gritos en uno solo: “México sin PRI”.
Recuerdan lo que llaman fraude electoral, y amenazan con que esta lucha apenas ha comenzado.
Según sus testimonios, los manifestantes no piensan quedarse cruzados de brazos ante lo que califican como el regreso de un régimen autoritario, ladrón, oxidado y excluyente, que ha causado, junto con el PAN, más de 50 millones de pobres en México.
Material explosivo
Los manifestantes venían cargados con todo tipo de material que no dudaron en utilizar: granadas de gas picante, explosivos fuertes de pólvora y bombas Mólotov que contenían además de gasolina, tornillos, canicas, tuercas, y clavos.
Reporte Índigo pudo atestiguar cómo una de estas bombas se estrelló contra la espalda de un policía federal, quemándolo parcialmente, y otra, en la pierna de otro agente, y tuvo que ser apagada por los bomberos.
Este reportero constató también decenas de policías llorando, vomitando y tosiendo, ante las embestidas de las granadas lacrimógenas disparadas por los manifestantes.
El Estado Mayor presidencial, ahora en manos del General Roberto Miranda, no intervino en ninguno de los enfrentamientos.
La PF no estaba preparada para esta contingencia. Mostró incapacidad y desorganización frente a embates como éstos, que podrían marcar el tono de las protestas en el sexenio que apenas arranca.
Los agentes de seguridad del EMP dicen por sus radios que están deteniendo afuera de la Terminal de Autobuses Poniente-Oriente (TAPO) a los manifestantes del “132”. “La orden fue no dejarlos pasar”, dice un agente a este medio. Textual. Y posiblemente el EMP y la PF hayan logrado que el 132 no haya logrado su objetivo, que era ocupar la Cámara y quedarse ahí en protesta por la llegada de Peña al poder. . .
Pasadas las 11 am, la policía federal comentaba: “Si nos dan chance, les partimos la madre a los manifestantes”, decían jadeando, con los ojos y garganta irritados, algunos escudos quebrados por explosiones de petardos, y con quemaduras de las bombas Molotov. Y uno de ellos dijo algo que parecía una admonición en este inicio sexenal: “¿Quién quiere unirse a la fiesta?”.