En este 2020, Jalisco comienza su camino hacia el que será el punto más alto de su bono demográfico, es decir, el momento que contará con la mayor cantidad de personas en edad de trabajar.
Lo que, de ser aprovechado, es una oportunidad única para el desarrollo de la entidad.
De acuerdo con las proyecciones de especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), los jaliscienses en edades económicamente activas crecieron a 5 millones 500 mil en este 2020, cifra que alcanzará su pico máximo en el 2030.
“El volumen de la población en edad activa en Jalisco pasó de 3 millones 800 mil, en el año 2000; a 4 millones 700 mil en el 2010, casi un millón de personas más en una década.
“En el 2018 habitaban en el estado 5 millones 400 mil jaliscienses entre los 15 y los 64 años, número que ascenderá a 5 millones 500 mil en 2020. Este volumen se incrementará a 6 millones en el 2030”, dice el estudio Jalisco a Futuro 2018-2030.
Esto significa que desde el 2018 hasta el final de esta década que apenas comienza, Jalisco estará viviendo un momento demográfico muy particular, pues la cantidad de jaliscienses en condiciones productivas estará duplicando a la de aquellos que son dependientes de los primeros.
“Jalisco tendrá dos personas en edad activa por cada persona en edad dependiente en el periodo 2018-2030, esta podría ser considerada una relación favorable solo si se logra aprovechar el potencial productivo de esta población”, dice el documento elaborado por los académicos de la UdeG, Alejandro Canales Cerón, Edith Gutiérrez Vázquez y Patricia Noemí Vargas Becerra.
Para ponerlo en perspectiva, mientras en el año de 1970 el grupo de habitantes en el estado en edad de laborar (de 15 a 64 años) representaba el 49 por ciento de toda la población de Jalisco, para el 2000 llegó a ser el 61 por ciento. Luego alcanzó el 64 por ciento en el 2010 y se proyecta que se mantenga alrededor de 66 por ciento entre el 2020 y el 2030.
De lo que se está hablando, por tanto, es de una coyuntura inédita para Jalisco y sus objetivos por volverse una sociedad con bienestar generalizado.
“Desde el punto de vista demográfico y económico, este fenómeno caracterizado por una amplia magnitud poblacional en edad laboral ha sido señalado como una ‘ventana de oportunidad o dividendo demográfico’, que alude en cierto sentido a las oportunidades que determinadas relaciones demográficas podrían ofrecer a una economía y a una sociedad”.
Oleada joven, bono demográfico
El documento advierte que el aprovechamiento de este bono demográfico dependerá de lo que Jalisco les pueda ofrecer a los jóvenes que están irrumpiendo en su composición demográfica: estudio y empleo, por un lado, o violencia y muerte, por el otro.
La cantidad de jóvenes de entre los 15 y los 29 años que tiene actualmente Jalisco es tan grande, indica el estudio, que resulta semejante a toda la población que reside en la ciudad de Paris, o en términos nacionales, a la que tiene el estado de Querétaro en todo su territorio, pues supera los 2 millones de individuos.
“El volumen de jóvenes pasó de un millón 900 mil en el año 2000 (47.2 por ciento) a 2 (millones) en el año 2010 y se mantendrá alrededor de 2 millones 100 mil entre 2018 y 2030 (35 por ciento)”.
Destino compartido
El destino de Jalisco está atado al de estos 2 millones 100 mil jóvenes que forman parte de su población desde el año 2018 y que se mantendrán en esos niveles hasta el 2030.
El estado vivirá con ellos un efecto de boomerang: si les otorga oportunidades de estudio y empleo el futuro será promisorio, pero no así si los envuelve en violencia y criminalidad.
generaciones juveniles están en una etapa en la que definen sus proyectos vitales profesionales y personales, que son resultado de las oportunidades formativas, laborales y sociales disponibles. Su trayectoria vital en esta época marcará no solo su situación en la adultez y en la vejez, sino que tendrá consecuencias para la sociedad”, señalan los especialistas de la UdeG.
De ahí la imperiosa necesidad de atención que la sociedad y los gobiernos deben prestar a los jóvenes y de las oportunidades que se tiene que ofrecer para garantizar el acceso pleno a sus derechos a la educación, al trabajo, a la salud y a los derechos sociales para que se puedan convertir en agentes sociales del cambio hacia una sociedad más justa y equitativa, dice el documento.
El problema es que, hasta ahora, Jalisco no ha estado a la altura de este volumen de jóvenes sin precedente en su historia. Por ejemplo, de los jóvenes entre 15 y 19 años que deberían estar inmersos en su proceso educativo solo el 54 por ciento estudiaba en el 2015; y otro 7 por ciento estudiaba y trabajaba, por lo que un 39 por ciento no asistía a la escuela.
Uno de cada cinco jaliscienses entre los 15 y 19 años, de esos mismos que depende el futuro del estado, está encontrando hoy las puertas cerradas tanto para estudiar como para trabajar, lo que no augura nada bueno.
“Resulta relevante señalar que existe 19 por ciento de jóvenes sin acceso a la educación y al trabajo (en el 2015) que ha mostrado una tendencia creciente en los últimos cinco años”.
Además, el momento histórico con la mayor cantidad de jóvenes que haya tenido nunca Jalisco es también el de la peor y más extendida violencia que se haya visto en el estado en lo que lleva de existencia, con 2 mil 672 asesinados en el 2019, un 147.8 por ciento más que en el 2015 (con mil 78).