Bosque de Chapultepec, reapertura que alivia

Los tres bosques urbanos de la Ciudad de México reabrieron tras dos meses de estar cerrados por la pandemia de Covid-19, hecho que ha significado para los capitalinos que los visitan un alivio ante el confinamiento
David Martínez David Martínez Publicado el
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Sin ruido, tránsito vehicular, ni comercios reabrió la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec tras dos meses de estar cerrada por la pandemia de Covid-19.

A pesar de que no había alguna autoridad en los accesos que vigilara el uso de cubrebocas y que el aforo no rebasara el 30 por ciento permitido, los visitantes sintieron alivio de regresar.

Estar en la naturaleza es lo que te relaja, no es lo mismo estar en tu casa haciendo ejercicio que hacerlo aquí con los árboles, con el sol
Yair Montero, 29 añosVecino de Constituyentes

Tanto plazas como parques públicos fueron cerrados el 24 de marzo en la fase 2 de la pandemia por el nuevo coronavirus, cuando los contagios se empezaron a generar dentro de las propias comunidades y ya no solo eran importados.

Al presentar el Plan Gradual Hacia La Nueva Normalidad, el 18 de mayo, se informó que hasta julio, cuando el semáforo de la pandemia estuviera en anaranjado, se iban a abrir los parques al 30 por ciento de su aforo.

Sin embargo, el 31 de mayo pasado, la jefa de Gobierno y la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) dieron a conocer que la fecha se iba a adelantar a este 2 de junio para combatir el estrés provocado por el confinamiento.

La reapertura

Los parques que se reabrieron son la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, el de Tlalpan y de Aragón. Estos tres lugares son los primeros de actividades recreativas en retomar la rutina con la “Nueva Normalidad”.

Caminar por la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, que mide 160 mil hectáreas, es hacerlo prácticamente en soledad.

Por las calles del circuito vehicular no pasan automóviles debido a que está restringido su acceso y no hay estacionamientos disponibles.

Una gran parte de los corredores, caminantes y ciclistas no llevan cubrebocas.

Para algunos, es la primera vez que salen a otro lado que no sea por alimentos.

Ese es el caso de Gloria, mujer de la tercera edad, quien es vecina de San Miguel Chapultepec y afirma que hasta el 2 junio, nada más salía para comprar despensa.

“No me afecta estar encerrada, me afectó no venir a caminar, puedo trabajar desde casa pero sí que nos dejen venir, me siento mejor viniendo a caminar”, dice.

Hace un año comenzó a acudir a la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec para caminar por prescripción médica y desde que se enteró que iba a abrir tras la contingencia, decidió ir.

“La semana pasada estaba todo encintado, ahorita ya no y la verdad me da mucho gusto”, dice.

A pesar de la reapertura, la Sedema informó que los siguientes espacios seguirán cerrados hasta que haya un cambio de semáforo epidemiológico: el parque infantil “La Tapatía” , el skatepark, la Pista Atlética “El Sope”, el gimnasio al aire libre (conocido como valle de los fortachones) y todas las áreas de juegos infantiles.

Contacto con la naturaleza en el Bosque de Chapultepec

En el Valle de los Fortachones hay barras paralelas y mancuernas para hacer ejercicio. Está casi a lado de donde se encuentra la fuente de Tláloc y el lago. Ahí hay al menos tres jóvenes sentados en una banca.

Los tres están frente a los aparatos de ejercicio acordonados por cinta policial.

Solo uno de ellos se ejercita con unas ligas. Mientras que los otros cuentan que pensaron que el lugar iba a estar disponible con la reapertura.

Yair Montero es el que hace ejercicio y acepta platicar sobre lo que siente de regresar al bosque después de dos meses, en especial, relata lo importante que es para él tener contacto con la naturaleza.

“No es el hecho de venir a hacer ejercicio, sino ver el verde que es vida. Descansar es bueno pero en tu casa agobia, es preferible venir sin importar que no esté abierto todo”, considera.

El joven, que tiene tres perros que también disfrutan de la naturaleza, señala que llegar otra vez al bosque fue una experiencia distinta porque está más limpio y menos ruidoso.

“No hay basura, hay menos gente y los animales están más en contacto entre ellos”, señala.

Yair dice que ahora que volvió al bosque, escucha más el canto de los pájaros.

Recorriendo la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, por calles sin autos y casi vacías, en una fuente de agua cerca de un centro de actividades, había tres patos aprovechando la poca afluencia de personas y el esporádico paso de algunas ciclistas.

Acciones sin cumplir

Entre los protocolos está el uso obligatorio de cubrebocas, la aplicación del gel antibacterial a los visitantes, procurar el 30 por ciento de aforo máximo, no acudir en familias ni realizar actividades de equipo y guardar la sana distancia de un metro de separación entre una persona y otra.

Sin embargo, el cumplimiento de las medidas no fue vigilado con la misma rigurosidad en dos de los espacios recreativos.

En el caso de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, en el acceso de Constituyentes a un lado del Panteón de Dolores no había retén alguno o funcionarios revisando que las personas trajeran cubrebocas o no entraran grupo.

La misma situación se presentó en la entrada de Periférico, junto al Museo Papalote.

En contraste, en el Bosque de Aragón, el único acceso abierto es el 1. Ahí, funcionarios de la Sedema y un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana pedían a los visitantes usar cubrebocas y tenían disponible un gel antibacterial.

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