El Gobierno de Jalisco seguirá los pasos de las autoridades de la Ciudad de México y decretará una nueva suspensión de actividades económicas y sociales para contener la pandemia, esperando que así se tengan condiciones adecuadas para reactivar las clases presenciales el 25 de enero de 2021.
El gobierno de Enrique Alfaro Ramírez mantiene su proyección de autorizar el regreso a las aulas en enero, aún cuando organismos especializados han advertido que las escuelas sí pueden convertirse en un canal de transmisión del coronavirus.
Por ejemplo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos señalan que “cada vez hay más evidencia que demuestra que los niños de cualquier edad son susceptibles a infectarse por SARS-CoV-2 y, contrariamente a los primeros informes, pueden contribuir a la transmisión”, según el documento “Consideraciones de los CDC para el funcionamiento de las escuelas durante la pandemia del COVID-19”, del 29 de octubre pasado.
Pero a decir del mandatario, con esta nueva suspensión de actividades económicas y sociales que estará vigente del 25 de diciembre al 10 de enero de 2021, similar a la del Botón de Emergencia del 30 de octubre al 13 de noviembre, el estado generará un escenario apto para reabrir los centros educativos.
Desde el 2 de diciembre, Alfaro comunicó que la reactivación de las escuelas sería en enero.
Se ha tomado la decisión de que el regreso será a partir del lunes 25 de enero, queremos brincar las primeras tres semanas de enero con más frío, que es un factor de riesgo.
“Las clases presenciales son optativas para los padres de familia, si un papá no se siente seguro de que su hijo regrese a clases, no está obligado a mandarlo a clases, podrá tener una alternativa de educación a distancia para que pueda quedarse en casa”, dijo.
La Mesa de Salud de Jalisco, un espacio que reúne a múltiples instituciones estatales, presentará el 11 de enero próximo un diagnóstico sobre la “situación epidémica regional”, con el que se confirmará o desechará la apertura escolar y “serán determinados los municipios que podrán volver a las aulas con el 100 por ciento o 50 por ciento de su matrícula”.
Apertura de escuelas y clases presenciales, un riesgo
A decir de los CDC, la decisión de reactivar las clases presenciales debe basarse en dos elementos principales: la intensidad con la que se esté propagando el coronavirus y las posibilidades del sistema educativo de implementar protocolos preventivos para evitar los contagios.
Los CDC reconocen que “el rol exclusivo y decisivo que cumplen las escuelas hace que la reapertura de estos establecimientos sea una prioridad” y que “en general, los niños con Covid-19 tienen menos probabilidades de presentar síntomas graves que los adultos o experimentan una infección asintomática”, sin embargo, también advierte que el riesgo para los propios estudiantes no es “insignificante”, según se ha estudiado en EEUU.
“Un análisis de datos de hospitalizaciones pediátricas por Covid-19 de 14 estados desde principios de marzo hasta fines de julio del 2020 reveló que la tasa acumulativa de hospitalizaciones asociadas al Covid-19 entre niños fue 20 veces menor en comparación con los adultos (8 frente a 164.5 por cada 100,000 habitantes).
“Si bien la tasa acumulativa es baja, uno de cada tres niños hospitalizados por COVID-19 ingresó a una unidad de cuidados intensivos, por lo que el riesgo no es insignificante. Del mismo modo, la tasa de mortalidad entre los niños en edad escolar es mucho más baja que la tasa entre adultos”, se lee.
Suspensión sin propaganda
Esta nueva suspensión de actividades que obliga a todos los establecimientos no esenciales a cerrar a las 7 pm, prohíbe las fiestas de fin de año y que mantendrá sin abrir las plazas y centros comerciales los fines de semana es casi idéntica a la del Botón de Emergencia, sin embargo, no contó con toda la propaganda que sí tuvo la primera vez.
El Botón de Emergencia fue muy cuestionado, pues se señalaba que era solo una medida para promover la imagen del gobernador, ya que este emitió múltiples videos para advertir sobre ese instrumento; en cambio, la nueva suspensión, aun teniendo efectos muy parecidos a los del Botón, se anunció de un día a otro sin que fueran necesarios avisos previos.
Entre los indicadores que se han agravado en Jalisco está la ocupación hospitalaria “que por primera vez rebasa el 32 por ciento al posicionarse en el 33.2”, dice el Gobierno estatal, además de haber superado las 5 mil 500 defunciones por Covid-19.
La nueva suspensión contrasta con el mensaje emitido por el gobernador el 14 de diciembre, en el que comparó la situación de Jalisco con la de CDMX, para señalar que su entidad sí tenía “margen de maniobra en nuestro nivel de hospitalización (…) el 70 por ciento de nuestras camas están disponibles, por lo tanto no tenemos, lo digo categóricamente, una sobre saturación de hospitales”.
Siete días después, el mandatario decretó el cierre de actividades.