Hace más de un año el pacto de Medellín, que impulsaron en ese entonces los alcaldes panistas electos, evitó que Mauro Guerra llegara a la dirigencia estatal del PAN.
En esa ocasión el bloque de alcaldes azules, conformado por Margarita Arellanes, Ugo Ruiz, Pedro Salgado y Víctor Pérez, se rebeló contra el poder que tenía en el PAN el senador Raúl Gracia.
El pacto de Medellín panista no sirvió para más y hoy es sustituido por una tregua, un acuerdo de cese al fuego entre los nuevos liderazgos panistas que se disputan el control del Partido.
La noche del martes, en el restaurante Antonio I, los alcaldes panistas fumaron la pipa de la paz junto con la dirigencia estatal del PAN, que encabeza José Alfredo Pérez Bernal.
El proceso de afiliación de miembros del PAN y los proyectos personales para el 2015 ha desatado dentro de este partido político una guerra entre los diferentes grupos albiazules y corrientes.
Por eso era crucial tener acuerdos mínimos de convivencia que eviten que esta pugna se convierta en una carnicería.
La tregua azul se cocinó hace un mes en Washington D.C., ciudad a la que acudieron los principales operadores panistas responsables de estrategia a tomar un curso.
La conclusión fue elemental: el camino hacia el 2015 es todavía largo y si sigue la tendencia de golpeteo y confrontación dentro del PAN sus candidatos llegaran desgastados y disminuidos.
La idea del encuentro fue enviar entonces un mensaje de unidad a la sociedad pero principalmente al gobernador priista Rodrigo Medina.
Por eso todos los alcaldes azules aceptaron posar para una foto junto con el líder panista en Nuevo León y el coordinador de los diputados locales, Alfredo Rodríguez.
La conformación de esta mesa de trabajo –alterna a la que encabeza los alcaldes con Álvaro Ibarra, secretario general de Gobierno –buscará posicionar las acciones de los gobiernos panistas en Nuevo León.
Los pronósticos para que prospere este pacto y se cumplan los acuerdos no son muy optimistas principalmente por los antecedentes de traición que existen en el PAN.
Pero por algo había que comenzar y un brindis nunca está de más.