Evelyne es una mujer de las calles, una activista que ha alzado la voz en las manifestaciones contra el sistema y la violencia ejercida en contra de las mujeres. Nunca se imaginó que ese grito se convertiría en una exigencia de justicia por la aparición de su hermana.
Hace más de una semana estaba en la Fiscalía Estatal de Jalisco presentando la denuncia por la desaparición de Nayeli Herrera, su hermana mayor; a quien se le vio por última vez en la zona de la Antigua Central Vieja de Guadalajara, según Evelyne.
“A los días mi hermana no se comunicaba con nosotros, ya que solía estar en línea todo el tiempo. Sin embargo nuestra prima (…) le habló a mi mamá (…) diciéndole: ‘tía, Nayeli se fue el día primero de mayo de mi domicilio a buscar trabajo y que se iba a encontrar con Karla’”, relató Evelyne ante las autoridades.
Su familia esperó unos días para ver si tenían información de ella. Pero el 6 de mayo sus padres se preocuparon y realizaron una búsqueda en diversos sitios donde pudo haber estado. Uno de ellos era el Hotel Trinidad, cercano a la Antigua Central de Autobuses y donde se les había señalado que estuvo por última vez.
Al no saber de su paradero incluso fueron a buscar información en el Servicio Médico Forense, para ver si no existía algún cuerpo con las características físicas de Nayeli.
Dos días después se le informó a Evelyne de la situación y comenzó a realizar búsquedas por su cuenta, preguntando en las inmediaciones de la Antigua Central si alguien había visto a su hermana. Fue entonces cuando tomó la decisión de interponer una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, el 9 de mayo.
Desde la interposición de la denuncia sus visitas a la fiscalía se han vuelto cada vez más regulares; esperando en la sala de espera mientras ve pasar a policías, burócratas y quienes, como ella, llegan a la dependencia para preguntar por los avances en los casos y así poder localizar a sus familiares.
Las investigaciones han sido lentas. La tarea se ha vuelto complicada para la localización desde que el comisionado de búsqueda de Jalisco renunció al puesto la semana pasada y donde el trabajo ha quedado en manos de la policía investigadora, centrada en el seguimiento de posibles móviles y con poco enfoque en la búsqueda.
Además las herramientas para dar con el paradero de Karla y Nayeli no son suficientes. La policía ya tuvo acceso a la sábana de llamadas para dar con la geolocalización. Pero las fallas sistémicas en el Escudo Urbano C5 no han permitido que se tenga acceso a la cámaras de vigilancia de la zona en la que posiblemente estuvieron, así como la tardanza en la interposición de la denuncia hizo que algunas cámaras privadas ya no tuvieran en resguardo las imágenes de ese día.
Ella no está sola en la búsqueda de su hermana, aunque ha sido la más involucrada en su localización para no afectar más a su familia, integrada por sus padres y sus dos pequeños sobrinos que aún no dimensionan la situación pero preguntan ocasionalmente por su madre.
Red de apoyo
Evelyne ha recibido el apoyo de sus compañeras de la Red Feminista Yo Voy 8 de Marzo y el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM). El primero en cuanto al acompañamiento solidario y la organización como apoyo en las cuestiones legales.
Guadalupe Ramos Ponce, representante de CLADEM en Jalisco, señala la importancia del caso y la necesidad de saber el contexto de violencia en los lugares donde pudo haber sido desaparecida para entender el origen y los motivos del suceso.
Ahora se sabe, por la lectura en la geolocalización y algunos testimonios recientes, que el último sitio en el que se encontraban las jóvenes fue a la altura de la calle Libertad y la avenida Federalismo, a unos metros del primer cuadro de la ciudad, en el Centro Histórico.
“Sí me parece importante (compartir esta información), como una manera de alertar como una zona de riesgo esta zona. Porque de pronto nos movemos por lugares que no sabemos que pudieran ser una zona de riesgo y ahí la autoridad no lo está haciendo, no está alertando a la población de cuáles lugares son de los que podrían ser posibles zonas de riesgo”, explicó Ramos Ponce.
Las autoridades locales han sentido la presión política de este caso, pues se trata de la desaparición de dos mujeres y el apoyo a la familia ha sido amplio y privilegiado con respecto a las organizaciones que acompañan y que han exigido la aparición con vida de las dos jóvenes.
Para ejercer mayor presión y una atención adecuada a este y otros miles de casos de desaparición en la entidad, se convocó a una concentración a las afueras de Casa Jalisco la tarde del viernes, donde se pretendió interpelar al gobernador Enrique Alfaro para que dé respuestas a la crisis institucional que atraviesa la problemática.
“Comencemos a generar reflexión en la población, de que esto no nos es ajeno, que no esperemos a que el nombre de nuestra desaparecida o desaparecido tenga nuestros apellidos para ir exigiendo. Esto es un problema social, que nos atañe a todo mundo, y todo mundo tendríamos que estar ahorita en la calle, exigiendo que paren estas desapariciones”, expresó Guadalupe Ramos.
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