Roberto Garza González asegura que su esposa la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, no es accionista de la empresa constructora Grupo Brigader.
El presidente del DIF de Monterrey señala que existe un acuerdo con su mujer para no mezclar la parte profesional con su carrera política.
“Mi esposa no es accionista de Grupo Brigader”, dice Garza González.
“En la parte profesional ella no tiene nada qué ver en la toma de decisiones de la persona moral, ni como accionista, ni como parte de la empresa.
“La parte profesional la manejamos totalmente distinta. Yo me entero de muchas noticias a través de los medios de comunicación y no a través de ella”.
El día de hoy Reporte Indigo publica que la compañía constructora del esposo de Arellanes es propietaria de cuatro inmuebles que tienen un valor superior a los 7 millones de pesos.
El egresado de la carrera de Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones señala que la empresa privada fue creada por él hace cuatro años y que se dedica principalmente a la administración de proyectos de construcción en la Ciudad.
“Esa empresa nace conmigo como socio mayoritario y desde hace cuatro años estamos trabajando principalmente con proyectos de construcción propios y para terceras personas”, explica el presidente del DIF Monterrey.
Según Garza González, en la construcción de las dos residencias y dos departamentos que tiene actualmente como activos la constructora, se invirtieron cerca de 6 millones de pesos procedentes principalmente de ingresos generados por la misma compañía.
“Si hablamos de estas cuatro propiedades que estamos moviendo, estaremos hablando de propiedades con un costo de más o menos 6 millones de pesos, que han salido de los mismos ingresos del grupo la mayoría que hemos decidido reinvertirlos para crecer”, dice el funcionario que tiene una Maestría en Administración en el EGADE.
“Es lo que valen, en precios comerciales pudieran valer un poco más, pero en la parte de costos pudiéramos decir que se han invertido entre 5 y 6 millones de pesos en estos años”.
Los servicios de consultoría en procesos productivos que brinda Grupo Brigader a empresas privadas representan ingresos también para el esposo de Arellanes como persona física.
Garza González explica que, por decisión de negocios y personal, Grupo Brigader no construye obra pública en Nuevo León.
“La verdad es una decisión de negocios para no mezclar dos cosas. Si alguien de la familia (Arellanes) está en la parte pública pudiera crear algo de ruido que nosotros tratáramos de incursionar en un tema como este”.
El esposo de Arellanes acepta que ha sido muy difícil poder combinar su trabajo en la empresa constructora y su labor como presidente del DIF de Monterrey.
“Los dos son altamente exigentes en tiempos”.