En la construcción de la Línea 12 hubo episodios oscuros que no tienen clara explicación.
Por ejemplo, la participación de la empresa paraestatal del Distrito Federal, Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México S.A de C.V, que en el 2009 inició la licitación de los trenes y en la cual Mario Delgado Carrillo presidía las reuniones como secretario de Finanzas y presidente suplente.
Debido a esos claroscuros, la comisión especial que investiga el uso de recursos federales de la Línea 12 en el Congreso de la Unión, aprobó que se investigue a la paraestatal Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México.
A partir de que Reporte Indigo publicó “Mario Delgado: El senador que endeudó al GDF”, el exsecretario de Finanzas de la administración de Marcelo Ebrard Casaubón dijo que Calidad de Vida no participó en el contrato de trenes.
Calidad de Vida sí participó. Documentos en poder de esta casa editorial demuestran que el Gobierno del Distrito Federal (GDF), a través de esta paraestatal, proyectó la renta de los trenes de rodadura férrea bajo un esquema de coinversión.
De acuerdo con este plan, Calidad de Vida planteó celebrar con el Sistema de Transporte Colectivo (STC) un contrato de arrendamiento puro, incluyendo el mantenimiento integral sobre diverso material rodante.
La firma del senador
El tema se discutió y aprobó en la primera sesión extraordinaria de Calidad de Vida, del 25 de marzo del 2009, donde se aprobó el proyecto de coinversión para el arrendamiento de material rodante para la línea 12 del STC Tláhuac-Mixcoac.
La firma del ahora senador Mario Delgado Carrillo aparece en las constancias de las diversas sesiones de Calidad de Vida, en donde aparece con el cargo de presidente suplente.
Entonces, ¿cómo es que desconoce la participación de esa paraestatal en la renta de los trenes?
En la primera sesión extraordinaria del Consejo de Administración de Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México S.A. de C.V. del 25 de marzo del 2009, Mario Delgado presidió la reunión.
Ahí, con la asistencia y aprobación del entonces tesorero del DF, Luis Rosendo Gutiérrez Romano, y de Francisco Bojorquez como director del Metro, se autorizó al director general de Calidad de Vida, Agustín Quintanilla, “realizar todas las gestiones necesarias ante las instancias gubernamentales para obtener de estas, todos los actos administrativo que se requieran para el desarrollo del proyecto “Arrendamiento de Material Rodante para la Línea 12 Tláhuac-Mixcoac”, cumpliendo con la normatividad aplicable y debiendo informar plenamente a este órgano colegiado su avance”.
Pero el plan fracasó. Los integrantes de Calidad de Vida no cuidaron las formas y fueron denunciados ante la Contraloría General del Distrito Federal por Flavio Díaz Mirón, que entonces dirigía la empresa Bombardier en México, quien exigió se transparentara la presunta licitación que la paraestatal intentó encabezar.
Por esas fechas, año 2009, la Contraloría capitalina le exigió a Calidad de Vida informar si se trataba de una licitación pública o una invitación restringida a cuando menos tres proveedores, o bien explicar si se trataba de una adjudicación directa.
De golpe y porrazo Calidad de Vida dejó de participar en el proceso de adquisición del equipo y se dejó el procedimiento en manos del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
Sin embargo, durante esas intervenciones y sesiones, la paraestatal que entonces dirigía Agustín Quintanilla Ochoa dejó rastro del esquema de negocios que pretendían hacer.
En busca de un inversionista
De acuerdo con aquel proyecto de coinversión, se llevaría a cabo un contrato de arrendamiento entre el STC Metro y Calidad de Vida en el que esta última otorgaría el uso y proveería el mantenimiento del material rodante.
Asimismo, el Sistema Metro se obligaría a realizar el pago de la contraprestación (compuesto por una cantidad fija por el arredramiento y una parte variable para el mantenimiento) a través de un Fideicomiso.
Para consumarlo se definió la creación de una Sociedad Anónima Promotora de Inversión (SAPI) entre Calidad de Vida y un inversionista, “en la que esta empresa cederá los derechos y obligaciones derivados del Contrato de Arrendamiento a la sociedad promotora de inversión, previo consentimiento del Sistema de Transporte Colectivo, y la SAPI, en su calidad de propietaria del material rodante, cumplirá con todas las obligaciones establecidas en el contrato de arrendamiento”.
A la letra dice el documento “por lo que Calidad de Vida tendrá derecho a recibir los pagos correspondientes a través del Fideicomiso del Proyecto”.
De manera paralela se llevaría a cabo la constitución del Fideicomiso proyecto, que fungiría como fuente alterna de pago por las obligaciones establecidas en el contrato de arrendamiento.
En el camino de construcción de la obra cumbre del sexenio marcelista, Calidad de Vida salió de la jugada.
Sin embargo, Mario Delgado cumplió su objetivo de adquirir bajo un esquema PPS los 30 trenes por los cuales comprometió el presupuesto de la ciudad con mil 588 millones de dólares a pagarse hasta el 2026.
Ampliamente documentado en este medio que dicho contrato resultó tres veces más caro que comprar toda la flota de trenes.
Por todo lo anterior se investigará la intervención de Mario Delgado Carrillo a través de esta empresa en el proceso que se puso en marcha para la adquisición de la flota de trenes para la Línea 1.
El diputado federal Jorge Sotomayor, integrante de la Comisión Especial del Congreso de la Unión que investiga el uso de los recursos federales en la Línea 12, promovió que se aprobara el expediente de Calidad de Vida y Progreso para la Ciudad de México que hoy dirige Simón Levy.