[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_bbt5q2k9″ responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] En cadena nacional Jaime Rodríguez Calderón lo dijo: “tenemos que mocharle la mano al que robe”. Más que una propuesta parecía una ocurrencia, pero “El Bronco” la reafirmó y dijo que con eso buscaría, en caso de ser el presidente de México, una solución para que los funcionarios dejarán de robar. Era el primer debate presidencial y su nombre quedó grabado por la polémica sugerencia.
Al otro día, el lunes 23 de abril, en Acapulco, Guerrero, una de las ciudades más golpeadas por la inseguridad y la violencia, apareció un cuerpo desmembrado junto a una cartulina con un mensaje que recordaba las palabras del gobernador con licencia de Nuevo León y decían que ese era el primero de los delincuentes a los que les cortarían las manos. Fue un acto de un grupo criminal identificado como “Los Enterrados” que abandonó en un camino los restos humanos.
Unas semanas después, Rodríguez Calderón dijo que paralela a su propuesta de mocharlas manos a los funcionarios que roben, también impulsaría la pena de muerte en contra de homicidas, violadores y secuestradores e incluso contra los asesinos de periodistas. “El Bronco “afirmó que de llegar a Los Pinos modificaría el artículo 22 de la Constitución mexicana.
Pero el polémico político independiente, antes priista, no es el único que ha apelado a este tipo de propuestas. También Salvador Cosío, aspirante al gobierno de Jalisco por elPartidoVerde Ecologista, quien tiene entre sus propuestas principales la pena de muerte.
“A grandes males, grandes remedios”, justificó en un acto de campaña y aseguró que con eso le entrará de lleno al tema.
La mutilación y la pena de muerte no son las dos únicas propuestas violentas de este periodo electoral por medio de las cuales los políticos pretenden acabar con los problemas de inseguridad. También se ha puesto sobre la mesa la castración química para los violadores.
A finales de mayo, en Guerrero, Yuritzia López, aspirante del Frente (PAN, PRD y MC) a una diputación local por el distrito 19, propuso no sólo como una medida punitiva la castración química, ya que dijo que también sería una forma de prevención.
En ese mismo tenor y coincidentemente en los mismos días, Ana Sofía Orellana, aspirante del Partido Nueva Alianza a la diputación local por el distrito 17, hizo la propuesta de que en caso de llegar al Congreso, entre sus iniciativas estará impulsar ese tipo de castigo inexistente en el país.
En Sonora, el aspirante panista al Congreso local por el distrito 12, Luis Ernesto Nieves, aseguró al electorado que de llegar a un escaño impulsará que se aplique la castración química a todos los violadores y pederastas del estado para evitar que reincidan, y aclaró que no es una mutilación, es un control por medio de medicamentos.
El pasado 6 de junio, el Partido Verde Ecologista revivió su famosa y polémica iniciativa de pena de muerte en el Congreso de la Unión, la cual debería ser aplicada como máximo castigo para quienes cometan crímenes dolosos en ciertas circunstancias.
“No es un discurso demagógico, es una imperiosa necesidad”, justificaron los políticos que dijeron que con ello buscan bajar los índices de violencia.
Según el Artículo 22 de la Constitución mexicana se indica: “quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie y la multa excesiva (…) Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado”.
Para expertos en el tema político y electoral, este tipo de propuestas de mano dura sólo demuestran el oportunismo de algunos candidatos de aprovecharse de la situación de inseguridad y violencia que se vive en el país para generar empatía con cierto sector electoral y ganar votos, aun cuando saben que son iniciativas inviables e incluso inconstitucionales, pero pese a ello las promueven.
Hacen eco ante un Estado débil
En México no existe una buena procuración de justicia, un buen sistema de seguridad pública, un sistema judicial que funcione correctamente y en las cárceles no están las personas que han cometido los delitos que más agravian a la sociedad.
Frente a ese contexto es muy fácil y, hasta cierto punto entendible, que los ciudadanos pongan atención a propuestas que implican castigos violentos a los delincuentes, explica el politólogo y abogado Javier Martín Reyes.
“En un contexto donde nada de esto funciona y tenemos altísimas tasas de incidencia delictiva, hay una manera muy entendible de que a las personas estas propuestas les hagan eco”, indica el también catedrático asociado del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Destaca que en términos jurídicos, este tipo de propuestas como la pena de muerte, no tienen viabilidad, ya que la misma Constitución mexicana, así como varios tratados internacionales firmados por México no las permiten, por lo que dijo que lo que hacen estos candidatos es un tipo de engaño.
“Juegan con el descontento de la gente, pero no las pueden concretar, no son admisibles bajo nuestro marco constitucional”, agrega el politólogo que explica que es importante destacar que pese a que son iniciativas contra la lógica de los derechos humanos, cierta parte del electorado sí las ve como un remedio a la situación de violencia que se vive cada día, además de que ahí también pesa el factor de desencanto que se tiene hacia las instituciones encargadas de la seguridad.
Para el politólogo se debe entender que no necesariamente las penas más altas o castigos más duros se traducen en menos delitos, ya que además en el sistema penal en México hay muy poca seguridad de que alguien que comete un delito va a ser capturado, pero en el discurso llaman la atención este tipo de iniciativas a las que denomina simplonas y demagógicas.
“Lo hacen porque reditúan en números electorales, ¿por qué no diseñar una Fiscalía General que funcione y que se implementen correctamente las fiscalías en los estados?, no, porque eso es mucho más difícil. A los políticos las soluciones difíciles no les gustan”, concluye Javier Martín Reyes.
El riesgo de normalizar la violencia
Para Maximiliano García Guzmán, doctor en Ciencia Políticas, es muy delicado que estos candidatos promuevan con tanta simplicidad y naturalidad entre sus propuestas las mutilaciones o la pena de muerte así como la castración química, desde su análisis se van reproduciendo en el imaginario social esas prácticas de venganza social que lo único que provocan es la normalización de la violencia.
“Es un discurso muy arriesgado porque al final incita a la violencia, aunque esas propuestas de alguna manera adquieren cierta legitimidad en el discurso con el hecho de que un candidato lo dice, de cierta forma desdibuja la barrea de aquello que puede hacer daño y se empieza a naturalizar ese tipo de violencia”, explica en entrevista.
El también profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), agrega que lo único que buscan este tipo de iniciativas como las de “El Bronco”, es hacer ruido en el electorado, para ganar simpatías en un clima de violencia, lo que hasta cierto punto suena lógico, ya que la sociedad está cansada de vivir en su día a día la delincuencia.
García agrega que en tiempos electorales, lo que buscan estos candidatos es tratar de ganarse el voto de manera fácil, ya que ellos saben que jurídicamente es muy difícil que logren implementar sus propuestas, pero advirtió que se debe tomar en cuenta que lo que socialmente ocurre en varias partes de México hacen que sea el caldo de cultivo perfecto para comprar los discursos de venganza.
El politólogo ejemplifica lo que podría ocurrir con lo que sucede actualmente en Estados Unidos con un tema como el racismo, el cual por años ha tratado de ser combatido, pero de pronto llega un político que apela a ese discurso como los es Donald Trump, quien convence a gran parte del electorado y se convierte en presidente, y hoy de nuevo el país vecino del norte tiene problemas raciales, ya que lo justificó y lo puso de nuevo sobre la mesa.
“Es muy peligroso que los candidatos señalen con tanta facilidad propuestas de este tipo, pero si han sembrado el discurso de violencia en una comunidad que ya lo padece y que lo podría agudizar, la estructura electoral debería reglamentar en algún momento este tipo de acciones”, concluye.
Iniciativas oportunistas y peligrosas
Para Mariela Díaz Sandoval, doctora en sociología, las propuestas como las de ‘El Bronco’ son oportunistas y peligrosas porque le echan más leña al fuego a un problema como lo es la violencia. Y considera que estos candidatos se están aprovechando de un sector de la población que ha sido afectado por el crimen y la delincuencia.
Según indica, estas iniciativas en tiempos electorales son muestra de un populismo punitivo, que determina que en la sociedad unos son buenos y otros malos, y que a este último grupo hay que matarlos o desaparecerlos, y eso, a su forma de ver las cosas, es un atentado claro contra los derechos humanos y además daña gravemente a la democracia mexicana.
Para Díaz Sandoval, ante el serio problema de cohesión social que se ha desencadenado en México tras la guerra contra el crimen organizado, es preocupante que un sector que ha sido afectado por la delincuencia no encuentre descabelladas estas propuestas que promueven la venganza.
“Muchas generan risa entre la población como la de ‘El Bronco’, pero hay que tener cuidado porque es peligrosa la resonancia que crean dichas propuestas. Al otro día del debate apareció una persona mutilada en Acapulco que llevaba el mensaje que propuso el político”, concluye.
Apelan al sentimiento de venganza
Gustavo López Montiel, catedrático del Instituto Tecnológico de Monterrey, explica que los políticos que las proponen apelan al sentimiento de venganza que existe entre la población y por eso tienen cierta aceptación, y son populares porque tocan fibras de la gente que ya está cansada de la delincuencia en diversas áreas en México.
“No son viables porque implican violaciones a los derechos humanos y a los tratados internacionales que México ha firmado en esta materia, no sólo la protección que da la Constitución.
Además transgrede el derecho a la vida también y el de la preservación del cuerpo junto a otras condiciones que no serían atendibles en estas propuestas”, explica el doctor en Ciencias Políticas.
Para López Montiel, incluso los candidatos que las proponen saben que no es posible instrumentarlas, pero al ser polémicas y populares buscan que suba su intención del voto.
“Son propuestas vagas y populares porque mucha gente tiene una idea de venganza respecto al crimen, más si han sido víctimas de la impunidad que existe en el sistema penal mexicano, a eso responden”, agrega.
El experto explica que el incremento de penas no inhibe la comisión de delitos, y agrega que en México se han hecho al revés las cosas, ya que se han comenzado a atacar los problemas sin conocer las causas considerando que son procesos distintos en los estados del país.
“’El Bronco’ buscaba generar, no sé si lo hizo de manera intencional, atención, y en tiempos electorales eso buscan los candidatos, que se asocie su nombre y puedan generar una intención favorable. No se logra en todas las personas pero sí se voltea a ver a quién lo propuso, concluye el politólogo.