Mientras que el Gobierno local ha invertido 108 millones de pesos en “despistolizar” a los capitalinos a través del programa “Desarme Voluntario”, el pasado fin de semana un cargamento de casi 2 mil granadas de fragmentación entró a la Ciudad de México proveniente del estado de Tamaulipas.
El hecho encendió la alarma en las autoridades locales y federales, cuya investigación apunta a los grupos de Tepito como los probables beneficiarios del cargamento.
El decomiso ocurre mientras que el Gobierno de la Ciudad de México arrancó la octava etapa del programa “Desarme Voluntario”, que inició en el año 2012 y suma casi 33 mil armas que los ciudadanos entregan a las autoridades a cambio de una computadora, dinero o juguetes.
La autoridad ha invertido más de 108 millones 400 mil pesos en el canje de armas, y tan sólo para este año se solicitó un presupuesto de 25 millones de pesos más para cubrir el programa.
Hasta diciembre pasado se habían efectuado cerca de 3 millones 100 mil visitas domiciliarias para invitar a la población a intercambiar las armas que tengan en su hogar a cambio de dinero en efectivo.
Un aspecto sobresaliente del programa es que también participan menores de edad, quienes intercambian juguetes bélicos por didácticos. hasta hoy se han canjeado más de 21 mil piezas.
Abuelos con arsenal
La octava etapa de “Por tu familia, desarme voluntario” inició ayer lunes 22 en el atrio poniente de la Catedral Metropolitana y finalizará en la delegación Álvaro Obregón el 21 de septiembre, contemplando la veda electoral, por lo que del 25 de junio al 2 de julio se suspenderán dichas labores.
A lo largo de estos años, las autoridades de Seguridad Pública capitalina, DIF, Instituto de la Juventud, Secretaría de Desarrollo Social y el Ejército Mexicano han sido testigo de cientos de historias en torno a un arma de fuego.
Una de las que más se recuerda es la de una señora, quien llevó hasta el módulo una granada de mano activa, ella no sabía del peligro y la transportó en la bolsa del mandado; al llegar ante las autoridades y mostrar el artefacto, provocó una intensa movilización por parte del Ejército en el punto de canje.
En otro caso, un adulto mayor, de casi 90 años, llevó ante las autoridades prácticamente un arsenal, pues entregó al menos 10 armas, entre rifles, escopetas, pistolas y un revolver.
Como parte de estas historias, dos hermanos llegaron al punto de canje a entregar una pistola esperando recibir dinero por ella, pero como eran menores de edad sólo se les entregó un juguete didáctico, situación que claramente les desilusionó.
Insisten en agravar penas
El Jefe de Gobierno reiteró la petición a la Cámara de Diputados para que aprueben la ley que agrava las penas para quienes porten, de manera ilegal, armas de fuego.
“Permanentemente tenemos datos que en riñas se provocan lesiones, y a veces hasta la muerte, por tener este tipo de instrumentos que no llevan otra cosa más que un mensaje contrario a lo que queremos difundir”, explicó Miguel Ángel Mancera.
Durante la puesta en marcha de la octava etapa de “Desarme Voluntario” en el atrio de la Catedral Metropolitana, también se presentó la escultura “Alas de Paz”, del artista Jorge Marín, quien elaboró dicha pieza con algunas de las armas canjeadas en campañas anteriores.
A partir de hoy y hasta el próximo 1 de febrero, los módulos de canje estarán ubicados en la Catedral Metropolitana, de 10:00 a 14:00 horas.
El proceso es a través del intercambio voluntario y anónimo de pistolas, rifles, cartuchos, granadas o cargadores; y por cada una se entrega al ciudadano una cantidad en efectivo de acuerdo con un tabulador. El arma se destruye en presencia del donante.
Ya vimos que esto es lo importante: sacar las armas de la casa y llevarlas a la destrucción. Nadie quiere tener armas en su casa. No debe haber armas en la casa. Por supuesto, que entre más difundamos este mensaje, mejor”, finalizó el mandatario capitalino.
Buscan a destinatario
Mientras el Gobierno de la Ciudad de México ataca la “pistolización” de la ciudadanía a través de este programa que apela a la voluntad de los capitalinos, por otro lado, las armas llegan.
La delincuencia organizada abastece el mercado de las armas en la capital y hace entregas de armamento a través de servicios de paquetería, como el caso de las 40 cajas con granadas decomisadas.
Más allá de que las cajas solo contenían las “carcazas”, las autoridades intentan descifrar cuáles son los vínculos de una persona supuestamente llamada Juan Ángeles, que se encargaría de recoger el envío en el domicilio de Acueducto de Guadalupe 611.