Casi 4 mil migrantes centroamericanos abandonaron el albergue en el sur de la Ciudad de México la madrugada de este sábado. Subieron al metro de la capital para continuar la parte más larga y peligrosa de su camino hacia la frontera con Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump quiere evitar su paso.
La mayor parte del grupo ya se encuentra en el Estado de México y sigue a los más de 900 centroamericanos que partieron de la capital del país el viernes tras haber pasado la semana acampando en el estadio Jesús Martínez.
El plan de los migrantes consiste en ir primero a la ciudad de Querétaro y más tarde a Guadalajara, Culiacán y Hermosillo hasta llegar a Tijuana, en la frontera estadounidense, dijo Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Ramírez agregó que las comisiones de derechos humanos estatales preparan una cadena de protección para acompañar a la caravana hasta la frontera con Estados Unidos.
En este sentido, el gobernador de Querétaro Francisco Domínguez aseguró que los migrantes se alojarán en el estadio Corregidora de la capital estatal y que las autoridades queretanas están preparadas para recibir a 4 mil personas.
Esta semana, más de 7 mil migrantes descansaron y recibieron atención médica en Ciudad de México después de un trayecto largo desde San Pedro Sula, Honduras, u otros puntos cercanos a la frontera de México con Guatemala.
Representantes del grupo de migrantes exigieron el jueves a Naciones Unidas autobuses que los transportaran a Tijuana, sin embargo, no recibieron ofertas.
A los migrantes les preocupa mantenerse juntos por cuestiones de seguridad debido a que una parte del camino hacia la frontera es controlado por organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico.
El gobierno de México ofreció refugio, asilo o visas de trabajo a los migrantes. Las autoridades informaron que emitieron 2 mil 697 visas temporales a individuos o familias mientras esperan la resolución del proceso de un estatus permanente, que se demora 45 días.
Alrededor del 85 por ciento de los miembros de la caravana son de Honduras y el resto de Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
La caravana se convirtió en un asunto importante en la campaña de las elecciones intermedias que se realizaron martes pasado en Estados Unidos.
Además, Trump ordenó el envío de más de 5 mil soldados a la frontera previo a la llegada de los centroamericanos. El mandatario también firmó este viernes un decreto para impedir que las personas que cruzan de forma ilegal a Estados Unidos puedan obtener asilo en el país.