Tláhuac, la disputa por la sucesión

Tras la muerte de Felipe de Jesús Pérez Luna, “El Ojos”, sus operadores principales, José Eduardo Zamora Jaime, “El Cholo”, y otro de ellos con el alias “El Chicano”, se disputan la sucesión y el dinero que el capo del Cártel de Tláhuac presuntamente escondía en diversos inmuebles.

La Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSPCDMX), cuyos policías mantienen el operativo en Tláhuac, detuvo a tres hombres en un auto challenger rojo que intentaron darse a la fuga; al revisar las pertenencias fueron encontrados 329 mil 300 pesos y mil 475 dólares en efectivo.

Aunque al momento de su detención los hombres aseguraron dedicarse a la venta de vehículos, trabajos de inteligencia policiaca ubicaron a uno con el alias “El Choky”, uno de los presuntos colaboradores de José Eduardo Zamora en la distribución de droga al interior de Ciudad Universitaria.

Al paso de los días, los hechos y detenciones en la zona relacionadas con el llamado Cártel de Tláhuac revela las operaciones de este grupo delictivo al sur de la capital y el masivo “apoyo” que la comunidad parecía brindarle al líder, como se manifestó el día del sepelio en San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa.

Además se indaga si la triple ejecución ocurrida en San Juan Zapotal, Chimalhuacán, (un día 48 horas después de la muerte de “El Ojos”), tiene relación con los hechos de Tláhuac y la disputa por la sucesión del presunto capo.

Proponen aplicar extinción de dominio

Hasta ayer, al menos cuatro camionetas blindadas aseguradas y 22 inmuebles cateados es el saldo tras la muerte de Felipe de Jesús Pérez Luna, “El Ojos”, líder del llamado Cártel de Tláhuac que rompió la burbuja que intenta aislar a la Ciudad de México del crimen organizado.

Las armas decomisadas, los muertos, los narcobloqueos y los cientos que vitorearon a “El Ojos” durante su sepelio en el panteón de San Lorenzo, Iztapalapa, son imágenes que sepultan el mito de una ciudad aislada de los quehaceres del narco.

Pero la resistencia a llamarle “cártel” convulsiona al Gobierno de la Ciudad de México que busca una tregua con el Observatorio Nacional Ciudadano, la organización que durante el último año ha puesto el dedo en la llaga al exhibir, con base en el número de casos denunciados ante la Procuraduría General de Justicia, el incremento de la inseguridad en la capital.

“Tenemos en Ciudad de México un problema de penetración de grupos de delincuencia organizada”, soltó Francisco Rivas Rodríguez, presidente del ONC, quien apenas el 11 de julio firmó un convenio de colaboración con la Secretaría de Seguridad Pública local (SSPCDMX).

Rivas Rodríguez detalló que propuso al jefe de Gobierno y al procurador de justicia local, Edmundo Garrido, se aplique la extinción de dominio en el caso de los bienes que le sean acreditados al ahora extinto líder de este grupo delictivo, a fin de evitar que con estos recursos pueden reorganizarse.

“En la Ciudad de México, como en el resto del país, tenemos un problema de penetración de la delincuencia organizada”, precisó el titular del ONC.

En el caso de Tláhuac, detalló, se acreditó la participación de un importante número de personas que alcanzó a enfrentar a la Secretaría de Marina, que tiene una de las mayores fuerzas letales de las fuerzas federales.

“Estamos hablando de narcomenudeo, extorsión, entonces me parece que en la Ciudad de México tenemos un problema de delincuencia organizada como lo tenemos en el resto del país; creo que la presencia de la delincuencia organizada está en las 32 entidades, aunque sea narcomenudeo pues no se manda solo, trabaja en ciertas zonas que lleva una definición territorial.

“Lo que platiqué con el jefe de Gobierno es que no nos tenemos que centrar en un tema de semántica, es un grupo de delincuentes que está organizado y que le puede hacer daño a la sociedad. Y se demostró que le puede hacer daño a la sociedad”, puntualizó Rivas Rodríguez.

El nexo en Coyoacán

La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México detalló que aún falta cumplimentar órdenes de aprehensión en contra de al menos cinco integrantes de este grupo delictivo en Tláhuac.

De acuerdo con algunas fuentes consultadas, el rastro de esta organización criminal conecta a la colonia Santo Domingo, en la delegación Coyoacán, donde las ejecuciones son también una constante que se ha intentado minimizar.

Se presume que el extinto capo tenía algunos inmuebles en esta zona sureña de la capital, que utilizaba como bodegas de mercancía y de las motocicletas que utilizan los dealers que distribuyen la droga en Ciudad Universitaria.

Apenas hace un mes y medio, aproximadamente, dos hermanos, Gonzalo y Andrés Camacho Sánchez, fueron ejecutados a balazos por la madrugada cuando llegaban a su casa en Pedregal de Santo Domingo; el primero de ellos contaba con al menos tres ingresos al reclusorio por el delito de robo calificado.