Causas invisibles de desaparición
En Jalisco la desaparición forzada se ha complejizado; en el sur de la entidad, la extracción de minerales, la tala de árboles y el despojo de tierras tienen incidencia directa en este delito
Jonathan ÁvilaLas cifras de desaparición son alarmantes y una parte del contexto en el que se da este crimen parece haberse pasado por alto. La extracción de minerales, la tala de árboles y el despojo de tierras también tienen implicaciones.
El año pasado hubo mil 277 desaparecidos, número que podría incrementarse este 2018, pues al tercer trimestre de este año sólo hay siete víctimas de diferencia, según las autoridades de procuración de justicia.
Datos de la Fiscalía General del Estado, obtenidos por Reporte Índigo vía transparencia en la solicitud con el expediente LTAIPJ/FG/2740/2018, revelan que en Jalisco existen alrededor de 6 mil personas reportadas como no localizadas desde 2006 y hasta la fecha, en el marco de la llamada guerra contra el narcotráfico, iniciada en 2007 por Felipe Calderón y continuada por el actual presidente Enrique Peña Nieto.
Pero este fenómeno de violencia que ocurre a nivel nacional tiene sus particularidades locales. La extracción de minerales, la tala de árboles y el desplazamiento de las comunidades tienen relación con las desapariciones en Jalisco.
En entrevista con Reporte Índigo, la antropóloga Olimpia Muñoz Ojeda, quien desarrolló la investigación “Las repercusiones en las relaciones sociales y de parentesco en las madres que buscan a sus desaparecidos en Jalisco”, en la Universidad de Guadalajara, explica que hay otros factores más allá del narcotráfico que influyen en este crimen.
Para entender las relaciones entre quienes buscan a sus desaparecidos y el contexto, Olimpia Muñoz rastreó los entornos de la desaparición, fenómeno que, asegura, se ha complejizado.
“Es más complejo que simplemente decir que esto es una cuestión de violencia y es un resultado de ello. Ves esos entramados con el Estado y tienes un montón de hilos que tienes que recorrer e investigar”, explica Muñoz.
La antropóloga expresa que se deben tomar en cuenta las “formas de ser capitalistas”, que tienen que ver con el despojo de comunidades indígenas.
Amenaza en el sur
Olimpia Muñoz ha documentado cómo las desapariciones ocurridas en las zonas del sur y costa sur de Jalisco se enmarcan con concesiones mineras, tala de árboles y despojo de tierras.
Estos dos municipios de la región Costa Sur toman importancia por su alta tasa de desaparecidos, que está entre 161 y 569 personas por cada 100 mil habitantes. Junto a Tuxcacuesco y Santa María del Oro son las regiones de más altos índices de desaparición en Jalisco.
Olimpia Muñoz señala que también hay técnicas de despojo muy relacionadas con otros contextos de dictaduras, como las ocurridas en Argentina, Uruguay y Chile.
“Vámonos quitando la tentación de incriminar todo a los narcos –que sí, pueden ser el agente más importante, pero que no solamente hay que abocarse a eso–, hay otros intereses del capital que lo que están haciendo es utilizar la desaparición. A los defensores de derechos humanos, a los pueblos indígenas, les dicen ‘o te calmas o mira lo que te va a pasar’ y eso no es algo que solamente pasa en Jalisco”, sostiene la académica.
Autoridades que no ven
Otro de los temas que resaltan para Muñoz es la omisión de las autoridades y la revictimización y complicidad de las burocracias ante la necesidad de procuración de justicia.
“A partir del 15 de octubre de 2013, año en que se tipificó el ilícito de ‘desaparición forzada de personas’ en el Código Penal del Estado de Jalisco, al cierre del mes de agosto, no se tiene registrada en la Fiscalía General del Estado el inicio de indagatoria alguna”, por ejemplo, se lee en la respuesta de la dependencia.
La misma fiscalía dice desconocer los protocolos en que fueron localizadas las personas en los últimos años. Reporte Índigo preguntó a la autoridad por la especificación de los casos en donde las personas se localizaron por un operativo de la fiscalía o la Comisión Estatal de Búsqueda, o si habían sido encontradas por las propias familias o llegaron a sus domicilios, pero se declaró como información inexistente.
“Hay omisión sistemática del Estado por no buscar. Porque saben que al buscar información van a encontrar perfectamente a quienes están perpetrando la desaparición, quién sabe quiénes serán y si los conozcan. Pero eso está detrás, la omisión constante del Estado”, concluye la investigadora.