La captura de seis escoltas de Dámaso López Serrano, alias “El mini Lic”, en la delegación Tláhuac del Distrito Federal no es fortuita. Desde hace tres años la policía capitalina enfrenta al denominado Cártel de Tláhuac, liderado por Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos” o “El Mal” responsable de desapariciones, venta de drogas, extorsiones, crímenes y balaceras.
Se trata de una célula criminal que opera la distribución de droga para el Cártel de los Beltrán Leyva en la capital.
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México dijo que el grupo delictivo extiende su zona de influencia en la zona rural de Tláhuac, Xochimilco y Tlalpan, demarcaciones en las que ha sido reportada la presencia de grupos armados que realizan recorridos nocturnos en camionetas, tipo “trocas”.
Las carpetas de investigación TLH-1/UI-3/SD/754/07-2016 y la DGAVD/CAPE/UI-1S/D/139/07-2016 dan cuenta de algunos secuestros adjudicados al Cártel de Tláhuac.
Los escoltas de ‘El Mini Lic’
Apenas el fin de semana, la Procuraduría General de la República, la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría de Marina detuvieron a seis presuntos escoltas del hijo de Dámaso López, compadre y socio de “El Chapo” Guzmán.
El primer operativo, según se informó, se desarrolló en la colonia Tlaltenco, justo en el perímetro de la delegación Tláhuac, donde se habría consumado la captura de Benigno, presunto escolta y chofer personal del alias “Mini Lic”.
Asimismo, en un segundo operativo en la colonia Jardines del Sur en la delegación Xochimilco, los agentes federales detuvieron a cinco hombres más, casi todos originarios de Sinaloa, con excepción de uno que aseguró ser de Jalisco.
Según las investigaciones de las autoridades locales, Tláhuac, Xochimilco y Tlalpan son las demarcaciones que registran intensas operaciones relacionadas con el narcomenudeo, sin reconocer que se trata de células o franquicias de los principales cárteles de la droga en México, que eligen la periferia por la escasez de patrullajes y la casi nula operación de cámaras de video.
Comandos que intentan ‘rescatar’ a narcos
Apenas en enero pasado se registró una balacera cuando la Policía de Investigación (PDI) de la Procuraduría de Justicia efectuó un cateo en una casa de Tláhuac para detener a presuntos narcomenudistas en el pueblo de Tetelco.
Cuando los elementos se dirigían a poner a disposición a cuatro hombres detenidos, un grupo armado a bordo de una camioneta Ford Expedition color café abrieron fuego contra los elementos policiacos a fin de rescatar a los narcos que serían presentados ante el Ministerio Público local.
Después de una refriega al puro estilo de como ocurren al norte del país, narcomenudistas que se presume formaban parte del Cártel de Tláhuac, la camioneta, armas y droga decomisada llegaron ante la Agencia Central de Investigación.
Policías preventivos y de investigación dan cuenta de los rondines nocturnos que los hijos del capo local conocidos como “Micky” y “El Pelón” realizan en estas zonas rurales de la capital del país, donde las autoridades, principalmente el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera Espinosa han negado las operaciones del narco.
El misterioso de Tláhuac
El cantante popular Javier Reyes “El Principe del Corrido” da cuenta del control de la plaza que tiene “El Ojos” en la delegación Tláhuac.
En estos corridos, sus hijos también dan cuenta de los grupos armados que estarían peleando el control del mercado de la droga.
“Allá por la zona de Tláhuac me han visto muy misterioso, siempre que traigo mi súper yo ando muy misterioso. Ando con toda mi clika nunca me han dejado abajo.
“A mi padre le agradezco los consejos que me ha dado, nunca me ha dejado solo y cuento con su respaldo, también con mi hermano Micky el terreno andamos cuidando.
“Muchos me llaman patrón, el respeto me he ganado, soy el mentado Pelón”.
La balacera de enero no fue la única. En octubre de 2016, cuando los informes internos ya tenía perfilado el actuar de “El Ojos” y sus hijos, la PDI implementó otro operativo para cumplimentar órdenes de aprehensión en relación al crimen de un abogado ocurrido en febrero de ese año.
Cuando patrullaban por la colonia Agrícola Metropolitana se identificó un vehículo BMW tipo Z4 relacionado con el crimen de ese abogado, los investigadores intentaron detener a los tripulantes a quienes se les encontraron 51 envoltorios de papel que contenían una sustancia sólida y otros 146 paquetes con cocaína.
Cuando los pretendían trasladar al Ministerio Público, en la colonia Zapotitla, los policías de investigación fueron obligados a detenerse por varias llantas que obstaculizaban su paso.
Un grupo de siete hombres armados exigieron que liberaran al detenido del BMW, lo que detonó un enfrentamiento con los elementos de la PDI.