Cenizas quedan…
En mayo del 2013, las tres principales fuerzas políticas de México se unieron en un acuerdo sin precedentes.
Bajo la premisa de un mismo fin en común, PRI, PAN y PRD firmaron el Pacto por México.
Los tres líderes de partido se comprometieron a trabajar como una sola fuerza para lograr acuerdos a favor del país.
De esas promesas, solo cenizas quedan.
Rodrigo VillegasEn mayo del 2013, las tres principales fuerzas políticas de México se unieron en un acuerdo sin precedentes.
Bajo la premisa de un mismo fin en común, PRI, PAN y PRD firmaron el Pacto por México.
Los tres líderes de partido se comprometieron a trabajar como una sola fuerza para lograr acuerdos a favor del país.
De esas promesas, solo cenizas quedan.
Pese al canto victorioso del Gobierno Federal por la aprobación de la legislación secundaria de la reforma de telecomunicaciones, la realidad es que el pase de las leyes no son producto del flamante Pacto por México.
El aclamado acuerdo político que generó grandes expectativas a nivel nacional e internacional está, al menos, moribundo.
Y aunque el Gobierno Federal ha conseguido desahogar uno de sus principales proyectos legislativos -la reforma de telecomunicaciones- en menos de año y medio los actores principales de ese idílico enlace político le han dado la espalda.
Las señales del descontento
En la promulgación de las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones por parte del jefe del ejecutivo hubo grandes ausencias.
A diferencia de la promulgación de otras reformas -como la financiera- que pertenecían al Pacto por México, los presidentes del PRD, Jesús Zambrano y del PAN Gustavo Madero, no estuvieron presente.
Pero Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, los coordinadores legislativos del PRI, se sacaron un par de ases bajo la manga para cumplir el objetivo del Gobierno Federal que perdió el respaldo del PAN y del PRD.
El presidente Enrique Peña Nieto estuvo acompañado por miembros de su gabinete legal; por el presidente de la Cámara de Diputados, el panista José González Morfin; el presidente de la Cámara de Senadores, el priista Raúl Cervantes; el coordinador panista del Senado, Jorge Luis Preciado, y por el único perredista en el estrado, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
La ausencia del presidente del PAN Gustavo Madero no fue justificada.
Y si bien la presencia de Preciado, fue señal de que el maderismo estuvo presente, también fue señal de que el partido blanquiazul no quedó del todo satisfecho con la legislación aprobada.
“Acción Nacional tiene la difícil tarea de comunicar que hay cosas muy buenas, pero también hay algunos aspectos que no quedaron bien, por eso se insistirá en corregirlos bajo el compromiso de impulsar la competencia, la apertura y combatir los privilegios y los monopolios”, dijo Madero en un comunicado de prensa.
Zambrano, en contra
La negativa del líder perredista Jesús Zambrano es evidente. Al momento de la votación el presidente del partido del sol azteca alineó a un puñado de legisladores a votar en contra del dictamen.
Ya lo había dicho en noviembre de 2013, cuando amagó con salir del Pacto por México. Su permanencia en el acuerdo político estaba condicionada.
Tras la aprobación de la reforma política y del dictamen en lo general de la reforma energética sin el respaldo del PRD, se confirmó el destino del Pacto por México.
Zambrano dijo en 2013, que era el PRI el que rompía el Pacto y que con ello se diluía la mayor parte de los planes del Gobierno Federal de llegar a las reformas estratégicas con mayoría y de la mano de los partidos de oposición.