Chivos expiatorios del ambulantaje
Los comerciantes de artesanías indígenas en Guadalajara representan un crisol de culturas; economías que el gobierno municipal aplastó sin empacho alguno el pasado 6 de agosto, cuando personal de Inspección y Vigilancia confiscó toda la mercancía de cuya venta dependen los artesanos.
La acción del Ayuntamiento desató una serie de protestas, tras las cuales ya hay nueve personas detenidas. Hubo enfrentamientos con la policía municipal y hay un plantón que persiste desde los primeros días de agosto hasta la fecha.
Víctor Fernándezhttp://www.youtube.com/watch?v=ABCyx00h7HI
Los comerciantes de artesanías indígenas en Guadalajara representan un crisol de culturas; economías que el gobierno municipal aplastó sin empacho alguno el pasado 6 de agosto, cuando personal de Inspección y Vigilancia confiscó toda la mercancía de cuya venta dependen los artesanos.
La acción del Ayuntamiento desató una serie de protestas, tras las cuales ya hay nueve personas detenidas. Hubo enfrentamientos con la policía municipal y hay un plantón que persiste desde los primeros días de agosto hasta la fecha.
Las rencillas no son algo nuevo en cuanto al ambulantaje concierne en Guadalajara. Administración tras administración, los problemas persisten con el paso de los alcaldes, pero en casi todas la ocasiones anteriores se ha llegado a un acuerdo, donde el comercio sigue y los hostigamientos de las autoridades cesan.
Según Sonia Ferrara, la cara de Artesanos Urbanos de Guadalajara, ella y sus compañeros son un chivo expiatorio utilizado por Ramiro Hernández para demostrar que sus esfuerzos por sacar al ambulantaje del centro de la ciudad están rindiendo frutos.
Sin embargo, basta con caminar tan solo un par de cuadras a la redonda de donde se ubica el Palacio Municipal para ver que dicha campaña no ha sido efectiva en disuadir a los vendedores ambulantes de tratar sus mercancías, muchas de ellas de origen chino.
“Según esto el alcalde dijo que quería limpio el primer cuadro, sin embargo solamente fuimos usados como carnada para que el alcalde dijera que está trabajando en limpiar el centro, cuando pues es una mentira, ¿verdad? Cuando solamente se fue discriminadamente encima de nosotros.
“No estamos alegando el hecho de que él emplee el reglamento para quitarnos, sino la discriminación que se hace con nosotros por ser un grupo vulnerable. Y no solo eso, que en vez de que haya un diálogo, una solución a nuestros problemas que beneficie a los compañeros indígenas, solamente ha habido represión, golpes, maltratos, encarcelamientos, amenazas como pasó el 8 de agosto y como pasó el 25 de septiembre”, indicó Ferrara.
Cientos de indígenas provenientes de distintas regiones del país dependen de la venta de sus artículos hechos a mano, pero Ramiro Hernández, actual alcalde de Guadalajara, se rehúsa a entablar un diálogo con estas personas usando como escudo el argumento que hay que “limpiar” el primer cuadro de la ciudad de comercios ambulantes e informales; aunque el alcalde parece olvidar a los franeleros, que a esos nadie los toca.
La encomienda de quitar a los comerciantes informales del centro surgió en vísperas a los Juegos Panamericanos, celebrados en el 2011.
Emilio González, gobernador en aquel entonces, solicitó al actual gobernador, Aristóteles Sandoval (entonces alcalde de Guadalajara), que sacara del primer cuadro tanto a comerciantes callejeros como a cualquier otra persona que diera mala imagen a la ciudad; esto incluyó a indigentes, prostitutas y homosexuales, según lo referido en la nota del periodista Ricardo Salazar del 17 de mayo del 2011.
En la información del periódico Milenio se hacía referencia a una reunión a puerta cerrada donde funcionarios tapatíos y organizaciones civiles discutieron problemas sociales que presentaban un presunto riesgo a la integridad de las justas deportivas.
La orden de la “limpia” fue acatada, lo cual trajo una avalancha de críticas hacia el gobierno municipal tapatío, mismo que negó que en algún momento se realizaran dichos operativos, pero que a su vez no dejó cabida a la reocupación del centro de la ciudad.
25 de Septiembre
La represión más fuerte ocurrió el pasado 25 de septiembre, cuando elementos de la policía municipal, acompañados por el escuadrón antimotines, hicieron que el grupo de 90 artesanos desalojaran por la fuerza el lugar que habían tomado para hacer su protesta pacífica.
Según testimonios recabados por Reporte Indigo, la mañana de ese día había un numero inusual de inspectores vigilando que no hubiera transacciones entre transeúntes y comerciantes. Uno de los protestantes ahí apostados sacó parte de sus mercancías para ponerlas sobre una manta tendida en el suelo, esto atrajo la atención de varios policías que, ansiosos por romper la manifestación, intentaron arrebatarle unos collares al hombre.
Con aquel incidente comenzó la primera de las explosiones que ocurrirían frente a catedral, en la cual tres personas fueron detenidas de manera arbitraria, introducidas a la fuerza al Palacio Municipal.
Martha Santiz, una de las implicadas, relató que de no ser porque una mujer de cabellos rizados entró junto con ellos, también se la hubieran llevado. Martha sigue visitando al “sobador” por los golpes que recibió en el brazo durante el forcejeo:
“Este codo se me estiró (durante el forcejeo) y por eso me está dando mucha presión. Sonia (Ferrara) me dice que se me quitará (señala su abrigo que cubre su brazo derecho), pero es que está muy caliente y ayer me sobaron”.
Los excesos de la policía enfurecieron al resto de los artesanos, quienes gritaban “¡Ramiro represor!” mientras exigían la liberación de sus compañeros detenidos, uno de ellos diabético.
De un momento a otro todos los manifestantes decidieron cerrar el crucero de 16 de Septiembre e Hidalgo, acción que atraería la atención del edil, lo cual no significó la apertura a una mesa de diálogo. Media hora más tarde, elementos del escuadrón municipal antimotines llegaron al lugar.
70 elementos resguardaron el recinto público, y junto con los elementos que ya se encontraban apostados en el lugar negaron la entrada a cualquier persona que pretendiera ingresar al palacio; paradójico, ya que días antes los mismos elementos alegaron que no podían negarle el ingreso al supuesto grupo de choque que interrumpió la asamblea de Movimiento Ciudadano, ya que se trataban de ciudadanos y ese era un edificio público.
Las acciones de los uniformados fueron rápidas y precisas: en cuestión de minutos capturaron a Sonia Ferrera, quien se encontraba a varias cuadras de donde el enfrentamiento tenía lugar; Monserrat Martín, otra dirigente del grupo de artesanos; y a Juan Palomar, un ciclista que decidió grabar con su teléfono móvil las acciones de los uniformados.
Horas más tarde, el diputado de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, negoció la liberación de los seis detenidos.
A 16 días de lo ocurrido, los ánimos siguen efervescentes, la unidad de los protestantes se nutre con las muestras de apoyo de la ciudadanía, gente que a su paso les regala algunas palabras de aliento para que continúen así su lucha.
Aún se tensa el ambiente con el paso de policías, el resto del ambulantaje sigue trabajando sin problemas: las señoras que venden obleas y golosinas, apostadas justo a un lado del plantón, preparan la vendimia mientras un hombre con una bolsa llena de silbatos de plástico ofrece sus productos al torrente de gente que pasa por el andador.