Choque albiazul
Durante días, Ricardo Anaya y Javier Corral se han preparado para enfrentarse esta noche en el que será el único debate programado en la contienda interna.
Ambos candidatos a la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) tendrán hoy la posibilidad de “hablar” con los militantes de su partido para presentar sus propuestas y reflexionar sobre el futuro de este partido de oposición.
El encontronazo sucederá en medio de cuestionamientos por los números que conforman el padrón de panistas.
Imelda García
Durante días, Ricardo Anaya y Javier Corral se han preparado para enfrentarse esta noche en el que será el único debate programado en la contienda interna.
Ambos candidatos a la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) tendrán hoy la posibilidad de “hablar” con los militantes de su partido para presentar sus propuestas y reflexionar sobre el futuro de este partido de oposición.
El encontronazo sucederá en medio de cuestionamientos por los números que conforman el padrón de panistas.
En cuanto al padrón, Javier Corral ha denunciado que en él se encuentran miles de personas inscritas que realmente no pertenecen al partido y al mismo tiempo militan en otros.
La línea discursiva de ambos candidatos es muy similar en algunos temas: ambos hablan sobre la necesidad de la renovación del PAN y la cercanía con los militantes.
En otros tópicos, sin embargo, las visiones son muy diferentes. Mientras Anaya representa la continuidad en el proyecto de Gustavo Madero, de quien incluso fue su secretario general, Corral encarna un intento de rompimiento con ese modelo.
La elección por la presidencia nacional del PAN se realizará el 16 de agosto próximo y podrán votar los 476 mil 836 panistas inscritos en el padrón en alguno de los mil 622 centros de votación que serán instalados en esa jornada.
Además de la elección nacional, habrá procesos concurrentes para renovar la dirigencia estatal en Baja California Sur, Yucatán, Nuevo León y el Distrito Federal.
Visiones distintas
Lo que se perfilaba para ser una contienda en la que prevaleciera el mensaje de “unidad” en torno a Ricardo Anaya como candidato, se ha convertido en el enfrentamiento de dos visiones de partido muy distantes.
Por un lado, Anaya es percibido por los panistas como una extensión de la forma de dirigir al PAN de Gustavo Madero.
Madero ha tenido una cercana relación con el gobierno de Enrique Peña Nieto y con el PRD, el segundo partido de oposición más importante del país.
Con Peña Nieto, Madero firmó el Pacto por México con el que impulsó las principales reforma del Gobierno federal.
Durante su mandato dentro del PAN, varios legisladores del albiazul fueron acusados de participar en una red de cobro de “moches” a cambio de la asignación de recursos para obras en diferentes municipios del país.
De hecho, uno de sus más cercanos colaboradores, el guanajuatense Luis Alberto Villarreal –a quien nombró coordinador de los diputados federales al inicio de la LXII Legislatura- fue acusado de cobrar “moches” en su estado natal a varios empresarios y presidentes municipales.
Sin embargo, no fue esa la causa de su destitución como líder de los diputados del PAN, sino su participación en una fiesta que se realizó en Puerto Vallarta en los días de su plenaria legislativa, y a la que acudieron escorts contratadas en un centro nocturno de la ciudad.
En fechas recientes, aun tras darse a conocer la revelación de un video en el que el panista Francisco Rojas Toledo recibiera una caja de zapatos repleta de billetes, fue nombrado candidato del PAN a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.
Esto, a pesar de que se había anunciado que se había iniciado un proceso de expulsión de Rojas -quien fue apodado “Pacomoches”- al interior del partido.
Todos estos antecedentes han hecho que más de un panista desee un cambio en la forma de dirigir al partido.
Ricardo Anaya, sin embargo, ha evitado deslindarse de Gustavo Madero.
A pesar de que ha sido cuestionado en múltiples ocasiones sobre su separación de Madero, Anaya solo ha dejado entrever su diferencia con el actual presidente nacional del blanquiazul.
“Yo quiero un PAN fresco, moderno, renovado, con visión de futuro. Yo quiero unir al PAN. Sin rencor, sin resentimiento, sin culpar a otros. Quiero un PAN unido y reconciliado”, dijo Anaya en su discurso de destape como candidato.
Javier Corral, por el contrario ha criticado constantemente la cercanía que el PAN ha tenido con el Gobierno federal y los actos de corrupción de que han sido acusados los panistas.
Su campaña, incluso, lleva la bandera de la rebelión. Constantemente ha llamado a la rebelión de las bases.
Desde antes de comenzar su campaña, Corral destacó la necesidad de devolver a Acción Nacional a su tradición ética original y a convertirse en una verdadera oposición al Gobierno federal.
“Sé los intereses que estoy tocando. Sé que incluso el gobierno no ve con muy buenos ojos mi participación; pero para mí ese es un privilegio, es un honor, saber que resulto un candidato incómodo para (Enrique) Peña o la clase política actual”, sentenció Corral en una entrevista con Reporte Índigo.
Los equipos, reflejo de su aspiración
Ambos candidatos han conformado equipos de trabajo que, de llegar a la presidencia del PAN, se convertirán en sus colaboradores.
La planilla de Ricardo Anaya se conformó con liderazgos de varias corrientes del albiazul.
Se ubicó como secretario general a Damián Zepeda, diputado federal que perdió la elección por la alcaldía de Hermosillo, Sonora.
En su equipo de trabajo están también la excandidata presidencial, Josefina Vázquez Mota; Ernesto Ruffo Appel, exgobernador de Baja California y primer mandatario de oposición en una entidad; y Santiago Creel, quien fuera precandidato a la Presidencia de la República en el 2005.
Están también Sonia Mendoza, quien perdiera la elección para la gubernatura de San Luis Potosí; Fernando Rodríguez Doval, diputado federal por el Distrito Federal; Rocío Reza, diputada federal por Chihuahua y cercana a Madero; y Genoveva Huerta, una panista cercana al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Contrario a su discurso de rebeldía, el equipo de Corral incluyó a representantes de los grupos más conservadores del partido.
Como su secretario general, Corral propuso a José Luis Luege Tamargo, exdirector de la Comisión Nacional del Agua y uno de los contrincantes de Gustavo Madero en su periodo de reelección, en el 2014.
Luege ha sido uno de los militantes panistas que más ha señalado los errores de Madero al frente del PAN.
Corral sumó también a Juan Carlos Romero Hicks, actual senador; Fernando Canales Clariond, exgobernador de Nuevo León; Ana Teresa Aranda, exsubsecretaria de Población e identificada con las corrientes más conservadoras del partido; y a Alejandra Morlán, diputada local por Oaxaca.
Sumó también a Rocío Morgan, exdiputada federal por Jalisco; Rebeca Clouthier, hija de Manuel Clouthier; y a María Concepción Ramírez, diputada federal por San Luis Potosí.
En los estados, otros procesos
En Yucatán, Baja California Sur, Nuevo León y el Distrito Federal también se realizarán procesos concurrentes para elegir a los dirigentes estatales.
En dichos procesos, los militantes de esas entidades votarán por sus nuevos dirigentes mediante un sufragio directo y secreto.
En el Distrito Federal, Mauricio Tabe Echartea es el único candidato inscrito en la contienda, por lo que ya tiene asegurada su reelección, ya que actualmente es el líder del albiazul en la capital del país.
Lo mismo ocurrió en Baja California Sur, donde solo se registró Rigoberto Mares, quien fuera secretario general del partido en esa entidad.
En Nuevo León, en cambio, hay tres candidatos registrados. Se trata de Teresa García de Madero, exalcaldesa del municipio de San Pedro; Mauro Guerra, exsecretario general del PAN estatal; y Francisco Bustillos, exdiputado local.
En Yucatán la contienda será entre Alfredo Rodríguez, exsenador de la República; y Raúl Paz, diputado federal.