JOSEFINA, LA CANDIDATA DE LA FAMILIA
Con un discurso carente de contenidos profundos, pero con frases espumosas, una Josefina ronca cerró el sábado 23 su campaña en el DF, en la Plaza de Toros México, ante unas 50 mil personas
Por Raúl Tortolero
Un día después de que la Marina y la PRG tuvieran penosamente que reconocer que Jesús Alfredo Guzmán Salazar -a quien detuvieron luego de un trabajo de “inteligencia”-, no era hijo del Chapo Guzmán, Josefina Vázquez Mota pidió aplausos por las Fuerzas Armadas y la Policía Federal.
“Nunca les voy a fallar con el crimen organizado”, incluso prometió la entusiasmada candidata. Porque “siempre voy a ver por sus familias”.
Con un discurso carente decontenidos profundos, pero con frases espumosas, una Josefina ronca, casi afónica, cerró el sábado 23 su campaña en el DF, a las 12 del día, en una Plaza de Toros México, ante unas 50 mil personas.
Aún le espera otro cierre similar, en Zapopan, el próximo miércoles 27.
La candidata subió al escenario acompañada de su esposo y tres hijas solamente. Acaso queriendo recalcar el mensaje de que es “la candidata de la familia”.
Se regodeó en frases efectistas y algo gastadas, como las siguientes:
“Ni la lluvia, ni el sol, ni el PRI, nada nos detiene”.”Somos el único partido que está a favor de la familia y de la vida”. “Saludos a Margarita”. “Les digo a los niños que cuentan conmigo”. “Si quieren ser de grandes ingenieros, doctores”. “O las niñas piloto de las Fuerzas Armadas, o presidenta de la República”.”Los que salen a este ruedo deben tener corazón”. Y otras cosas por el estilo.
Si se desgrana su discurso, se advierten también recurrencias al “pensamiento mágico”. Por ejemplo, la capitalina y “mexiquense adoptiva”, como se autodefine, narró que en Hermosillo el gobernador Guillermo Padrés le dijo que nunca llovía antes del 24 de junio. Pero cuando ella fue, llovió. Y ella lo interpretó como una señal inequívoca de que va a ganar las elecciones. “El oráculo de la lluvia”, podría llamarle un asombrado Mircea Eliade.
Estuvieron presentes la Canciller Patricia Espinosa; los secretarios de Sedesol, Heriberto Félix, de la Reforma Agraria, Abelardo Escobar, de Semarnat, Juan Rafael Elvira, de Turismo, Gloria Guevara. También, los gobernadores de Jalisco, Emilio González Márquez; de Morelos, Juan Pablo Adame; de Sonora, Guillermo Padrés. Y el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva. Los senadores Santiago Creel y José González Morfín. Algunos diputados y muchos candidatos.
Pero ninguno la acompañó en el estrado para la foto.
Protegen a la candidata de otro desastre
El sol no quemaba. A Isabel Miranda deWallace, la candidata del PAN al DF -quien cerró también su campaña- le advirtieron que sólo haría uso de la palabra tres minutos. Y le cumplieron. No se arriesgaron que la gente se aburriera y se fuera y Josefina quedara mal.
Tomó la palabra Isabel e inició todo. Dijo que el PAN nunca la ha tenido fácil. Pero que ha sabido salir adelante. Recordó a Maquío, pero se equivocó y dijo “Maquía”. Luego corrigió. Que el PAN tiene en Josefina la mejor candidata a la presidencia.
A las 12:15 Josefina tomó la palabra. Los organizadores no podían ocultar el miedo al fracaso. Estaban sólo a unos pasos del Estadio Azul, donde aquel triste (para ellos) domingo 11 de marzo, llegaron menos de 30 mil personas, pero el lugar se fue vaciando. Por hastío.
Aquella vez, habían traído gente de Estados incluso lejanos, como Chihuahua, pero queriendo no dejar a nadie afuera, estiraron mal el “timing”. Los de adentro se cansaron y se fueron, dejando a Josefina hablando sola.
Por ese desastre Roberto Gil presentó su renuncia, pero Josefina quiso que siguiera coordinando la campaña. Y el pasado sábado 23 aquí estuvo. Serio. Con un cable de comunicación de los que usan los guaruras metido en el oído derecho. Preocupado.
Simpatizantes de varios Estados
Al cierre defeño de Josefina el sábado 23 llegó gente de muchos Estados del país también. Incluso indígenas con sus hijos dormidos en el rebozo. Afuera repartían botellas de agua. Se formaban hileras largas. En todas las calles aledañas, hubo camiones estacionados.
CIERRE DE PEÑA NIETO RECUERDA AL VIEJO PRI
Los organizadores esperaban llenar el Estadio Azteca con 120 mil. Llegaron cerca de 90 mil. Disimulan espacios vacíos con pancartas y lonas que mostraban apoyo al candidato
Por Jonathan Villanueva
El color rojo predominó. Le siguió el blanco y luego el verde. Playeras, gorras y banderines marcaron la tendencia. Todo hacía recordar al viejo PRI.
Los simpatizantes casi llenaron al Estadio Azteca con unos 90 mil asistentes que fueron acarreados de otras entidades del país.
Las butacas vacías fueron cubiertas con mantas y pancartas para disimularlas.
Las matracas
El ruido ensordecedor de las matracas no cesó. El de las trompetas menos. Incluso, hubo espacio para que los banderines ondearan de extremo a extremo, mientras el unísono reiteraba una frase: ¡Peña presidente!
Desde las 6:30 de la mañana inició el arribo desde Ciudad Juárez Chihuahua; Querétaro; Jalisco, Sinaloa y en especial, del Estado de México, ya fuera en camiones de servicio privado o de transporte público concesionado.
A su descenso, cual soldados alistándose para la guerra, los simpatizantes iban armados con todo tipo desouvenirs a favor del candidato de la colación Compromiso por México, Enrique Peña Nieto.
En hilera y por grupos se apostaron frente al Coloso de Santa Úrsula, en espera de indicaciones de sus dirigentes estatales, mientras recibían los tradicionales atoles y tamales.
Camiones, música, tambores, globos
Cuatro horas después los camiones seguían llegando. El congestionamiento vial hacía pensar a los organizadores que el cierre de campaña de la alianza PRI-PVEM en el Distrito Federal sería un éxito.
Al grado que los ríos de gente no paraban de lanzar porras a su candidato.
En los accesos principales del Estado Azteca, la fiesta era inevitable. La música del Recodo amenizaba la estadía de quienes madrugaron. En la explanada tamboras, reguetón, globos y payasos en sancos enmarcaban el paisaje.
La cercanía del medio, combinada con la salida del sol abrumó a los asistentes. Algunos utilizaron de gorra la mascara de cartón de Peña Nieto. Otros no paraban de mirar el reloj.
El evento comenzó con media hora de retraso. Hubo tiempo para que Enrique Jakcson, Manuel Espino y algunos políticos más intercambiaran opinión y posaran para la foto.
En el pódium los reflectores puestos. Los alfiles tricolor formaron una valla. Un grupo de mujeres atractivas con la leyenda “somos gaviotas” paseaba de un lado del estadio al otro.
Y llega el rockstar con sus acólitos
El animador gritó: ¡ya llegó! La ovación no se hizo esperar. La música de fondo anunciaba el arribo de un rockstar. Tan así, que al tomar el micrófono, Peña Nieto agradeció la asistencia de políticos, simpatizantes, medios de comunicación y hasta de su club de fans.
Así, suelto. Con camisa blanca remangada y estrechando la mano de sus seguidores ingresó el candidato. Atrás de él, su esposa y la plana mayor del tricolor.
Entre ellos, Pedro Joaquín Coldwell, Cesar Duarte, Beatriz Paredes…
Fotos y ademanes efusivos fueron el preludio de su discurso.
“Hay un enorme deseo de cambio en el país. Los mexicanos estamos listos para superar el estancamiento económico, el rezago social y la violencia y hoy es la oportunidad de lograrlo”.
Los simpatizantes lo interrumpieron con aplausos. Tomó aire para continuar con su discurso: “los ciudadanos tienen tres opciones para elegir. Uno que representa más de lo mismo, inseguridad y violencia, desempleo y más pobreza para México.
“Otro, que es el del populismo autoritario, que no rinde cuentas, que no respeta las reglas y desprecia las instituciones. Los mexicanos ya no quieren más”, y levantó el puño en señal de triunfo.
Mientras transcurría el discurso de 25 minutos, los asistentes se cubrían del sol con las cartulinas y aprovechaban para tomarse la foto del recuerdo.
Dentro de la zona general, las plateas y el especial bajo se observaban los huecos. Una, dos, tres filas consecutivas sin gente. También a ras de cancha se encontraron asientos vacíos: las dos hileras detrás del espacio asignado para medios, principalmente.
Sobre el Coloso de Santa Úrsula volaban en círculos dos helicópteros y un globo aerostático, el cual promovía el nombre de candidato a la Presidencia de la República.
AMLO SE MONTA EN OLA ALFARISTA
En el cierre de campaña de Alfaro frente a miles de seguidores del candidato al gobierno de Jalisco, López Obrador dio un discurso donde resaltó las coincidencias con el aspirante jalisciense
Por Paloma Robles
Andrés Manuel López Obrador sabe la importancia de Jalisco en las elecciones y no desaprovechó la oportunidad.
Asistió al cierre de campaña del candidato de Movimiento Ciudadano al gobierno de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez, con un discurso que resaltó las coincidencias entre ambos.
De hecho a pesar de tratarse de un evento organizado por el alfarismo, López Obrador habló por más de 50 minutos, en contraste con el candidato jalisciense que tuvo la palabra por menos de 10 minutos.
López Obrador habló frente a más de 35 mil seguidores del candidato jalisciense de la importancia del voto útil y de la conciliación entre panistas y priistas de abajo, tal como Alfaro Ramírez se refirió a su acercamiento con grupos de ambos partidos.
“No debemos de pelearnos con priistas o panistas aquí en Jalisco, no es el pleito con ellos, ellos están igual de amolados”, señaló el tabasqueño.
Mencionó larevocación de mandato, figura que Alfaro Ramírez utilizó durante su gestióncomo alcalde en el municipio metropolitano de Guadalajara Tlajomulco de Zúñiga.
Señaló que “Alfaro va a ser un buen gobernador” porque cuenta con las tres “C” que se necesita en un buen gobernante: “Tiene cabeza, tiene corazón y tiene carácter”.
Pero la relación entre ambos candidatos, aunque parece fortalecida, guarda una sana distancia.
Y es que para el conservador electorado jalisciense Andrés Manuel López Obrador sigue representando una izquierda radical, por ende, miedo para un sector tradicionalmente panista.
Pero el candidato presidencial sabe que justamente este sector de desilusionados panistas podría significar una cantidad importante de votos en las próximas elecciones.
Se sabe que Jalisco representa el 6.62 por ciento del electorado nacional.
La sana distancia
El empresariado jalisciense no se termina de convencer sobre el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
Por eso el candidato de Movimiento Ciudadano Enrique Alfaro Ramírez ha omidito en su propaganda electoral la relación con el tabasqueño.
Incluso ayer durante el cierre de campaña fue mínima la interacción entre ambos candidatos.
Alfaro Ramírez solo hizo referencia a Andrés Manuel en dos ocasiones.
Se sabe que tal distancia deviene del último mitin en el que ambos candidatos estuvieron juntos y abrazos y aseguraron que encabezarían el “cambio verdadero”.
La cercanía entre ambos candidatos no agradó a las cúpulas empresariales que apoyan a Alfaro y que desde entonces le condicionaron este respaldo.
Y es que a pesar de que Alfaro es un candidato de izquierda sus posicionamientos ante temas controversiales, como el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto, no han sido parte de su agenda.
Por eso ahora en el cierre de campaña incluso López Obrador insistió en que: “No voy a tomar ninguna decisión polémica sino consulto a la gente”, haciendo alusión a los temas que le restan popularidad en Jalisco.