Ciudades fantasma
Pareciera una escena más de la serie Walking Dead, pero no es así. Tampoco es la filmación para una película sobre el fin del mundo.
Son filas y filas de casas deshabitadas a todo lo ancho y largo de la República Mexicana. Un cementerio de viviendas abandonadas.
De acuerdo al censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2010, en el país existen cinco millones de casas deshabitadas.
Según el estudio, la mayor parte de las viviendas abandonadas se ubican en San Luis Potosí, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Zacatecas, Querétaro, Puebla.
Georgina Howard
Pareciera una escena más de la serie Walking Dead, pero no es así. Tampoco es la filmación para una película sobre el fin del mundo.
Son filas y filas de casas deshabitadas a todo lo ancho y largo de la República Mexicana. Un cementerio de viviendas abandonadas.
De acuerdo al censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2010, en el país existen cinco millones de casas deshabitadas.
Según el estudio, la mayor parte de las viviendas abandonadas se ubican en San Luis Potosí, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Zacatecas, Querétaro, Puebla.
A principios de junio, se realizó el Foro Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial en México organizado por la Cámara de Diputados.
Ahí, algunas de las conclusiones fueron que el abandono se debe, sobre todo, a la mala ubicación en la que las viviendas fueron construidas.
La mayoría de esas viviendas se ubican en zonas muy alejadas, por lo que trasladarse de un lugar a otro le cuesta a cada residente más del 25 por ciento de su ingreso mensual.
El secretario de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial de la Cámara de Diputados, Israel Moreno Rivera, subrayó que el problema de la mala urbanización se arrastra desde hace varias administraciones.
“(Las constructoras) construyen nada más por construir sin el lineamiento de una verdadera política urbana, y con la venia del gobierno sacan los proyectos”, indicó.
El diputado reconoció que algunas personas tienen que dejar sus casas porque están edificadas en las cercanías de los ductos de Petróleos Mexicanos o en otras zonas peligrosas.
Y otras tantas, dijo, se ven obligadas a un desplazamiento provocado por la llegada del narcotráfico.
Jorge Carlos Ramírez Marín, secretario de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial (Sedetu), reconoció que el desempleo también contribuye a agudizar la problemática de casas abandonadas.
Pero a ello se suma la ausencia de una Ley de Desarrollo Urbano y el contubernio entre funcionarios y desarrolladores que, sin una política urbana adecuada, agudizan más este fenómeno.
A la fecha, muchas constructoras se dedican a edificar de dos a cinco mil viviendas en serie, en municipios alejados de la ciudad que no cuentan con servicios, indicó el funcionario.
La construcción de esas casas en línea, además generan una afectación psicológica, pues todas son iguales, no cuentan con buena iluminación, espacios recreativos, escuelas o transporte público.
Advirtió que no existe un reglamento que obligue a las constructoras a edificar viviendas con un esquema de planificación. Mucho menos, señaló, existe una política encaminada a detener el abandono de viviendas por lejanía y carencia de servicios públicos.
De acuerdo al resumen del Canal del Congreso, los participantes del foro coincidieron en que uno de los principales retos en materia legislativa y de políticas públicas es lograr que las viviendas estén cerca de los lugares de trabajo de los habitantes, así como garantizar el acceso a servicios de salud y educación.
Exceso de inventario
De acuerdo al estudio La Necesidad de Vivienda Nueva Urbana para el año 2012 en México se requiere construir aproximadamente 650 mil casas nuevas por año.
En el documento que realizaron en conjunto el Infonavit y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), se advierte que para evitar un exceso de inventario, de esa cantidad, el Infonavit solo debería financiar un máximo 300 mil casas.
En los últimos seis años, el Infonavit ha financiado la un promedio anual de 344 mil 529 viviendas.
El propio instituto reconoce que en el país son nueve los estados que registran excedente de vivienda y que rebasa las 37 mil casas en todo el país: Nuevo León, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Quintana Roo, Yucatán, Coahuila, y Colima.
Subasta, la mejor opción
De enero a mayo de 2013, el Infonavit ha entregado 370 casas y está por entregar 2 mil 797 viviendas más que ha vendido a través de subastas.
En lo que resta del año, estima lanzar 80 convocatorias para subastar viviendas abandonadas o que le han regresado, con las que desplazaría 5 mil casas en estas condiciones.
En un comunicado, la institución informó que en 2012 colocó, mediante este método, 7 mil 45 viviendas.
A través de este proceso, el Infonavit selecciona los desarrollos que presentan concentraciones de viviendas adjudicadas, se realizan avalúos comerciales de estas y se publican convocatorias en su portal, incluyendo el número de casas a subastar y el costo.
“Los interesados realizan un proceso de registro para poder comprar las bases, de ahí tienen un plazo para conocer las viviendas y sus condiciones que es entre 3 y 10 días, presentándose en la fecha de fallo con su postura”, explicó la institución.
En este proceso participan empresas que cubren el proceso de prerregistro donde se valida su constitución legal, sus accionistas, su experiencia en el mercado y su situación económica, comercial y financiera, detalló el Infonavit.
El precio depende de las condiciones, de ubicaciones y está en función del estado donde se ubica cada una de las viviendas.
Las nuevas reglas
Las reglas de operación de la nueva política de vivienda que entra en vigor en enero del 2014, se dirigirán a las entidades y municipios con rezago habitacional y donde todavía se pueda construir vivienda vertical.
Lo que se busca, de acuerdo con la Guía para la Redensificación Habitacional en la Ciudad Interior, elaborada por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), es edificar ciudades sustentables.
A la fecha, en las 129 ciudades con más de 50 mil habitantes, hay más de 495 mil hectáreas de suelo que puede incorporarse al desarrollo urbano.
De éstas, 182 mil hectáreas tienen uso habitacional y equivalen al 17 por ciento del total, el resto son periurbanas.