Clínica Condesa: parteaguas sindical
La intervención del Gobierno de la Ciudad de México para que la nueva titular de la institución, Andrea González, pudiera asumir el control pese a los desacuerdos con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, sentó el precedente para la resolución de futuros conflictos laborales
Eduardo BuendiaEl reciente conflicto laboral al interior de la Clínica Especializada Condesa es el primero que enfrenta el Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo y su resolución marcará la pauta sobre cómo se definirán las disputas con los sindicatos durante su sexenio en la Ciudad de México.
Después del enfrentamiento ocurrido el viernes 29 de marzo entre empleados de base pertenecientes al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) y personal de honorarios y eventuales apoyados por organizaciones de la sociedad civil, la respuesta de las autoridades capitalinas fue “no ceder a los chantajes”.
Por una parte, la sección 18 del SNTSA se opone al reciente nombramiento de Andrea González Rodríguez como responsable de la Clínica, esto al señalarlo como una imposición, mientras que la administración señala en contraste una falta de vocación de este sindicato para atender a los pacientes de VIH que acuden a recibir servicios de salud en este lugar. En el centro de la discusión, también se encuentra la asignación de plazas de escalafón para el ascenso de 18 trabajadores de la institución, detenidas desde el año pasado.
La Clínica Condesa es un espacio de salud que atiende a 13 mil usuarios y en el que conviven por igual personal sindicalizado, empleados gubernamentales y personas de la sociedad civil organizada que ayudan en la creación de redes de apoyo cuando los pacientes de este organismo son diagnosticados con VIH.
Pese a que actualmente este centro de salud funciona de manera normal, todavía hay resabios de lo que ocurrió hace unas semanas; dando como resultado una oficina, la sede del SNTSA, clausurada y bajo la custodia de cuatro elementos de seguridad pública que resguardan las instalaciones.
Ante toda esta problemática, no ha existido consenso para que se establezca una mesa de diálogo entre autoridades de la Secretaría de Salud (Sedesa) capitalina y el propio sindicato.
Las razones del conflicto
El pasado 5 de febrero, Andrea González fue designada como responsable de la Dirección de la Clínica Condesa, por parte de Jorge Alfredo Ochoa Moreno, director general de Servicios de Salud Pública.
Ese mismo día, Ricardo Hernández, dirigente de la sección 18 del SNTSA, exigió mediante un oficio conocer el nombre de la persona que sería directora de la Clínica y también con el propósito de que se reinstalaran comisiones mixtas de escalafón, para definir el ascenso en 18 plazas, y comisiones de Seguridad e Higiene.
Fue hasta el 8 de febrero que Hernández Carmona recibió la notificación del nombramiento. Pero la postura del dirigente de la sección sindical fue considerar improcedente la asignación de González Rodríguez como responsable, bajo el argumento de que ese cargo –el de “responsable”– no se encuentra estipulado en la ley
Ochoa Moreno, según el artículo 4 del estatuto orgánico de los servicios de salud pública de la Ciudad de México, únicamente puede nombrar a directores ejecutivos de servicios de salud, sin embargo, el argumento sindical es que González no fue designada directora sino solamente responsable de la unidad médica.
En otro oficio con fecha del 6 de marzo, enviado a Juan José Serrano Mendoza, titular de la Contraloría General, la sección sindical rechazó el nombramiento al considerar esta acción como una imposición, además de solicitar al funcionario que observara el “tráfico de influencias y abuso de poder” por parte de González Rodríguez.
“Al reconocerla (a la nueva responsable) estamos cometiendo una falta grave administrativa, ya que la C. Andrea González Rodríguez ocupa el cargo de Directora Ejecutiva del Programa VIH-Sida de la Ciudad de México, perteneciente a la Secretaría de Salud”, señala el documento.
Con respecto a los señalamientos del sindicato, González Rodríguez no negó mantener sus funciones, pero responde que su nombramiento ocurrió en la legalidad.
“El año pasado yo era directora ejecutiva del Centro para la Prevención y Atención Integral del VIH en la Ciudad de México, actualmente ese es el puesto que tengo, sin embargo, frente a la modificación de la estructura que se hizo me comisionaron a los servicios de salud pública y me nombraron responsable de la Clínica Condesa, entonces tengo el nombramiento de responsable de la dirección y es absolutamente legal”, explicó Andrea González en entrevista con Reporte Indigo.
La responsable de la Clínica Condesa agregó que las acusaciones de tráfico de influencias son infundadas, debido a que en los servicios de la salud de la Ciudad de México no tiene familiares directos. También expone que en estos momentos se está buscando modificar la estructura y esos cambios impactarían en leyes orgánicas y en una reducción de cargos
“Ese proceso de modificación existe, sin embargo, yo tengo muy claro mi manual administrativo. Soy responsable de todos los puntos de la dirección, soy auditable y contraigo todas las obligaciones sin excepción alguna”, indicó.
Candados y custodia
La última semana de marzo, el conflicto escaló. En un inicio, el SNTSA decidió cerrarle el paso a la encargada de la Clínica y no dejarla entrar a sus oficinas. Pero la respuesta vino de forma automática.
El viernes 29 de marzo, Andrea González en compañía de trabajadores eventuales y por honorarios ingresaron al recinto desatando un altercado con los trabajadores e integrantes del sindicato.
González, quien se hizo acompañar por un grupo de activistas y personas de la sociedad civil, exigieron la salida del sindicato, logrando así su repliegue y salida del centro de salud.
Después del enfrentamiento, Ochoa Moreno dirigió un oficio a Ricardo Hernández para prohibirle la entrada a él y a otros miembros del Comité Ejecutivo de la sección 18 al lugar, todas ellas acciones con las cuales el dirigente del SNTSA dijo no estar de acuerdo.
“Lo interpretamos de una forma arbitraria, porque sí le bloqueamos la entrada, pero nunca íbamos a llegar a golpes, la prueba está en que nunca se le tocó y el resguardo que llevaba, que eran como tres o cuatro retenes de mujeres y hombres. Nosotros no teníamos nada más que nuestro cuerpo, ellos traían palos”, agrega.
En tanto, González Rodríguez presume que para retomar el control de las instalaciones, el respaldo por parte de las autoridades capitalinas fue determinante.
“Creo que el respaldo que dio tanto la secretaria de Salud como la jefa de Gobierno fueron absolutamente claros”, considerando a la vez que se debe modernizar la forma en la que trabajan los sindicatos para que todos hagan lo que les corresponde.