CNTE, el eterno adversario
La fuerza de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha estado basada en su poder de convocatoria para llevar a cabo movilizaciones y en el chantaje, prácticas que sin importar el partido que llegue al poder utilizan para hacer cumplir sus exigencias y las cuales suelen traer consecuencias negativas especialmente para los estudiantes y la ciudadanía
Carlos Salazar[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_dk4bqp1a” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] El desgaste con uno de los grupos que impulsaron la candidatura de Andrés Manuel López Obrador es evidente. La cuerda se ha tensado y el rompimiento entre la CNTE y el presidente electo se ve más cercano que la reconciliación.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha hecho de la movilización, la protesta, el chantaje y el radicalismo su arma política para obtener prebendas por parte de los gobiernos estatales y para presionar al Gobierno Federal. Está en su naturaleza.
Es cierto también que bajo la omisión de las autoridades se permitió crecer a la Coordinadora, la cual nunca ha sido en realidad un aliado ni tampoco un movimiento al que se pudiera mantener bajo control, aunque era preferible tenerlo como un adversario en tregua que como uno beligerante.
Ante la permisividad de gobiernos locales que fueron cediendo a sus demandas, dándoles recursos y otorgándoles más poder en la rectoría de la educación en sus enclaves, la CNTE aprendió la lección, ganaban más mediante la protesta y el rechazo a la autoridad que mediante el diálogo.
Al exgobernador de Oaxaca Ulises Ruiz Ortiz le tocó enfrentar uno de los momentos más convulsos en el estado debido a las protestas magisteriales, y después de haber intentado negociar durante años con sus líderes, su sentencia es firme: no es posible negociar con ellos.
Después de la promulgación de la reforma educativa en 2013, se vivieron -sobre todo en la capital del país- los meses más difíciles de la resistencia magisterial encabezada por la CNTE.
El bloqueo del aeropuerto, plantones en el Zócalo, en la Secretaría de Gobernación, enfrentamientos con la policía (la CNTE tenía su propio grupo de choque adiestrado para ese propósito) y marchas que se hicieron cotidianas y que pusieron en jaque a las autoridades.
Recordando esta época, el entonces Jefe de Gobierno capitalino y hoy Senador, Miguel Ángel Mancera, reconoce que las negociaciones difícilmente llegaban a algún punto de acuerdo por la propia naturaleza de la CNTE, que al obtener algo sobre la mesa, de inmediato cambiaban de plan y elevaban la apuesta.
“En el día a día se tenían diferentes horarios de acuerdos. Había un acuerdo más o menos a las 8 de la noche, luego un acuerdo que podía cambiar a las 12 de la noche, el mismo que podía cambiar a las 3 de la mañana y después a las 6 de la mañana porque habían asambleas y éstas iban cambiando de posicionamientos. Fue difícil”, concluye.
En los estados del país con fuerte presencia de la CNTE tampoco les ha ido bien en los últimos años. Bloqueos de carreteras, toma de terminales de autobús y de casetas; de aeropuertos, vandalización, incendios de edificios y vehículos. Acciones intermitentes pero constantes.
Otro hecho que retrató a los radicales de la CNTE fue la humillación a la que sometieron a los maestros que se negaban a sumarse a las protestas, como en Chiapas, donde algunos docentes raparon a otros compañeros (tanto hombres como mujeres) y los exhibieron con cartulinas.
Los conflictos de la CNTE
Un hecho que ha caracterizado a la Coordinadora es que sin importar el partido que llegue al poder sus agremiados siempre mantienen una postura beligerante y de oposición.
Se rebelan en Oaxaca
El 14 de junio de 2006, durante el periodo presidencial de Vicente Fox y la gubernatura de Ulises Ruiz, la policía irrumpió con gases lacrimógenos en el zócalo del estado para desalojar a la Sección 22 de la CNTE que exigía que el gobierno atendiera sus peticiones con un plantón y a través de marchas que dejaron durante meses a los alumnos sin clases.
Protestan contra Ley del ISSSTE
El 30 de agosto de 2007, con Felipe Calderón en el poder, la CNTE organizó una jornada de protestas por la nueva Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado implementada por el panista. Entre sus acciones tomaron casetas en las autopistas y dejaron de impartir clases.
Desalojan plantón del Zócalo
El viernes 13 de septiembre de 2013, después de haber ocupado el Zócalo capitalino por más de 20 días, la Policía Federal y los integrantes de la CNTE que protestaban en contra de la reforma educativa tuvieron uno de los enfrentamiento más álgidos. Finalmente los maestros que se resistieron fueron superados y desalojados por las autoridades.
Rapan a maestros
El 31 de mayo de 2016 integrantes de grupos sociales que apoyaban a la CNTE de Chiapas raparon y humillaron a 6 maestros que no participaron en las protestas en contra de la reforma educativa en el estado. A pesar de que el magisterio se deslindó de las acciones, algunos de sus líderes apoyaron este tipo de acciones de manera pública.
Intentan llegar al aeropuerto
Entre las acciones de oposición a la reforma educativa, el 3 de junio de 2016, cerca de 5 mil maestros trataron de bloquear el Aeropuerto capitalino provocando que varias líneas del Metro fueran cerradas además de causar graves problemas vehiculares. Ante la presencia de las autoridades se vieron obligados a regresar al plantón que mantenían en la Ciudadela.
Nochixtlán
El 19 de junio de 2016 policías federales desalojaron a profesores y padres de familia que protestaban ante la reforma educativa en Oaxaca. El operativo dejó al menos seis muertos y 108 heridos de acuerdo a las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad. Desde entonces cada año los integrantes de la CNTE realizan marchas y protestas exigiendo justicia.
Simular un cambio
¿Es posible mantener un acuerdo permanente con un adversario como la CNTE? ¿Pecaron de ingenuidad AMLO y Morena al elegir a la Coordinadora como aliado?
Hacia el final del sexenio, después de haberse mantenido como la más férrea oposición y la más grande piedra en el zapato para la implementación de la reforma educativa, la Coordinadora pareció entrar en una nueva etapa: un acuerdo de no agresión con el gobierno electo, sin embargo, todo fue un espejismo.
En días recientes, saltó el primer conflicto entre la CNTE y el presidente electo Andrés Manuel Lopez Obrador, la razón: el control de la nómina del magisterio, un apetitoso botín que antes de la reforma estaba en manos de los gobiernos estatales (un acuerdo conveniente para el magisterio) y que el tabasqueño se resiste a devolverles.
Con la promulgación de la reforma educativa se creó el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo, lo que posibilitó la centralización de los fondos federales para financiar los sistemas educativos estatales.
Anteriormente esta función la concentraba el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal, que enviaba los recursos a las entidades para que solventaran el pago de la nómina magisterial.
El poder que representa el control de ese recurso podría ser el detonante de un nuevo conflicto y el regreso de las prácticas más oscuras de la disidencia magisterial.
El presidente electo hizo un llamado a la CNTE a que dejara la protesta y regresara a las aulas a dar clase todos los días a cambio de ‘tirar’ la reforma educativa, una petición que fue ignorada por la coordinadora, argumentando que no le debían nada a AMLO.
A todo ello se suma el rechazo del sector más radical del CNTE, que cuestiona la injerencia de Elba Esther Gordillo y de figuras del SNTE cercanos a la exlideresa en la política educativa del próximo gobierno. Una inconformidad que ya estalló cuando radicales del Ceteg reventaron uno de los foros organizados por Esteban Moctezuma, futuro Secretario de Educación.
Especialistas afirman que fue un error político haber integrado en una misma coalición (aunque sólo fuera de facto) a dos antagónicos como el Sindicato y la Coordinadora debido a que sus intereses en lo general se contraponen, y será difícil mantener contentos a ambos ‘aliados’.
Precisamente la CNTE, en un afán de expansión, estaría intentando entrar en los estados que controla el SNTE, lo que ya ha originado nuevas fricciones.
“Era previsible. Le apostaron en campaña a construir una alianza muy diversa con intereses muy encontrados y que si bien en el periodo electoral tenía lógica, ya está empezando a reventar ahora que se trata de repartir posiciones de poder, de devolver favores o de cobrar el apoyo”, asegura el politólogo Augusto Reynaud.
El único que los defendía, el que los sumó a su proyecto, aquel que les prometió derogar la reforma educativa ya marcó distancia públicamente; y aunque dentro del partido gobernante existen muchos defensores de la CNTE, podría haber una mayoría que apoye un deslinde en toda regla.
Tanto el gobierno que entrará en funciones como la Coordinadora han comenzado a enviar señales de deslinde, por lo que la ruptura estaría más cerca de lo que se pronostica, incluso podría consumarse antes de que el nuevo gobierno entre en funciones. Sólo es cuestión de tiempo.
Ambos bandos parecen estar dándose cuenta de realidades que se habían negado a reconocer. Los maestros comienzan a percibir que aún con la derogación de la reforma educativa, podrían no recuperar las prebendas y los privilegios que tenían antes de la implementación de la misma.
Del lado del presidente electo ya hay señales de un intento de desmarcarse de este grupo. La impresión es que tardaron mucho tiempo en darse cuenta de que la Coordinadora era un peligroso aliado que en cualquier momento se podría rebelar y convertirse en un incómodo adversario.
En algún momento, tanto el magisterio agrupado en la CNTE como Andrés Manuel López Obrador y sus operadores compartieron intereses comunes, y si bien nunca reconocieron una alianza formal, el acuerdo era tácito. La Coordinadora, o bien la mayoría de sus agremiados, se volcaron con el tabasqueño, el único que prometió la derogación de la reforma.
Hoy, pasadas las elecciones y conforme se van delineando las políticas del próximo gobierno, la CNTE, al haber cumplido su propósito en los comicios, quizá ya no sea tan necesaria para el proyecto de la ‘cuarta transformación’, y si bien cada parte podría seguir su propio camino y buscar lo mejor para sus propios intereses, estos podrían chocar.
De confirmarse el divorcio, difícilmente sería un proceso civilizado. Una nueva radicalización de la CNTE podría ser una de las primeras crisis para el próximo gobierno y un duro golpe por el cual pagaría un alto costo político.
Las señales y los antecedentes están ahí. La costumbre es más fuerte que el amor y la Coordinadora está acostumbrada a ser el adversario. Un enemigo que al gobierno no le conviene tener.
Sin criterio para negociar
El exgobernador de Oaxaca entre 2004 y 2010, Ulises Ruiz Ortiz, no tiene gratos recuerdos relacionados con la Coordinadora.
De su experiencia negociando el retiro del plantón en el Centro Histórico de Oaxaca o para ponerle fin a las movilizaciones en el estado, Ulises Ruiz obtuvo muchas certezas, una de ellas: con la CNTE no se puede negociar.
“Es muy difícil negociar con ellos porque lo que quieren es que le entregues todo, que le entregues el IEPO, que le entregues los recursos económicos, que sigan teniendo mesas para sacar a gente que ha cometido delitos como homicidios o incluso secuestros y salen a través de las negociaciones”.
Para el exmandatario, la CNTE no conoce otro método de negociación que no sea la protesta, lo cual ha sido históricamente redituable para ellos, por lo que a su juicio, el ceder a las peticiones de los líderes magisteriales no es el camino para el futuro gobierno.
Asimismo, señala que fue una decisión acertada el que la Federación, a través de la reforma educativa, haya centralizado la nómina magisterial, y también respaldó la decisión de Andrés Manuel López Obrador de mantener esa línea.
“Qué bueno que se centralizó el pago, precisamente para que no haya ese tipo de desvíos y controles y que los estados estén prácticamente de rehenes del propio magisterio, de estos líderes corruptos que tienen la Coordinara. Es sano que no se maneje en los estados, es sano que sea una sola negociación”, concluye.
Cálculo político
Para el politólogo Augusto Reynaud, las demandas de la CNTE y la presión que ejercen al gobierno electo son acciones que se insertan como parte de una estrategia de cálculo político de sus líderes, sabedores de que su movimiento está delineado no para el acuerdo, sino para el chantaje.
De cara a la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador, y tomando en cuenta el desgaste que ya está teniendo aún antes de llegar a Palacio Nacional, el tabasqueño podría terminar cediendo a las demandas de la CNTE en aras de librarse de un conflicto en los albores de su mandato.
“Calcula muy bien (la CNTE) que el gobierno de López Obrador, sobre todo en sus primeros meses de gobierno no se puede dar el lujo de tener grandes escándalos. Está tan legitimado y llega con una expectativa tan alta que me parece que es más un chantaje, una palanca de negociación.
Jamás va a permitir que en sus primeros días de gobierno le reviente una protesta importante magisterial o de cualquier tipo, y creo que están un poco confiando en que eso de alguna manera forzará a que tenga que ceder de manera importante ante ellos”, advierte Reynaud.
Además, el maestro en Ciencia Política, señala que un conflicto del hoy gobierno electo con la Coordinadora era previsible. En primer lugar porque se sabía que iba a haber una postura en campaña, y que esta podría cambiar ya como gobierno electo. Y en segundo, por la convivencia en una misma ‘coalición’ de adversarios declarados como el Sindicato y la Coordinadora.
“Le apostaron en campaña a construir una alianza muy diversa, con intereses muy encontrados y que si bien en campaña tenía la lógica de sumar ya está empezando a reventar ahora que se trata ya de futuro gobierno, de repartir posiciones de poder, de devolver favores o de devolver apoyo”, sentencia.