La guerra no ha terminado para el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Con los resultados de los comicios del domingo pasado en Coahuila e Hidalgo, se comprobó que al tricolor aún le quedan fuerzas para pelear y defender, por lo menos, sus bastiones.
La historia reciente nos dice que no se puede dar por muerto al partido fundado hace más de 90 años. Sus bases permanecen leales, han aprendido a capitalizar en sus fortalezas, en los errores de sus rivales para salir adelante y, en algunas ocasiones, hasta ganar.
“Los grandes temas de corrupción del pasado no afectaron al partido tricolor porque son ejercicios en donde los electores están votando por cosas mucho más inmediatas, problemas o temas importantes del ámbito municipal o distrital”, explica en entrevista el politólogo Augusto Reynaud.
El domingo pasado en Coahuila, el tricolor ganó en los 16 distritos electorales. Mientras que en Hidalgo consiguieron 32 de las 84 alcaldías.
Esto servirá para fortalecer los gobiernos estatales de los mandatarios priistas Miguel Riquelme Solís y Omar Fayad Meneses. Además de que cimentará la presidencia nacional del PRI de Alejandro Moreno rumbo a los comicios de 2021, los más grandes en la historia del país.
“Nos fue extraordinariamente bien, el PRI detentará al menos 32 municipios (en Hidalgo), toda la zona metropolitana de Pachuca la ganamos (…) el priismo nacional también reconoce el triunfo que tuvimos en Coahuila, cuando hay estrategia, trabajo, cuando se es un partido serio, firme, bajo un liderazgo comprometido, no solo en tierra, que escucha y cercano a la militancia, se obtienen los resultados que el PRI logró en la entidad”, dijo Moreno al respecto.
Incluso, el líder tricolor recordó a los demás partidos que lograron el triunfo solos, pero no descartó alianzas partidistas para los comicios del próximo año.
“En los dos estados, el PRI compitió con candidatos propios, mujeres y hombres de nuestro partido. Fuimos solos en ambas elecciones. El PRI cree en los acuerdos y las coaliciones, pero está claro que el PRI está de regreso, que volvimos a ganar y que en 2021, con propuesta, con proyectos y muy organizados, vamos a recuperar la confianza de los ciudadanos para servirle a México”, agregó.
Respecto a este optimismo, tanto Reynaud como Nicolás Loza, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), reconocen el trabajo del partido, no obstante, aseguran que Morena no está derrotado y que difícilmente el escenario del fin de semana pasado, se repetirá en 2021.
“El PRI demostró dos cosas: la importancia de las estructuras locales. Es decir, todo ese trabajo que va más allá de lo que se ve en medios, en la mañanera, en las redes sociales o de la comunicación omnipresente del gobierno y del partido oficial, y que se le puede ganar a Morena”, dice Reynaud.
Mientras que Loza no ve la victoria priista como algo inusual.
“El PRI nunca ha perdido este tipo de elecciones en particular, está recogiendo lo que es un legado de su fuerza a través de los años.
“Morena es un partido muy joven que continúa en construcción, aún así, en menos de 10 años ha logrado no solo ganar mucho terreno, también posicionarse como la principal oposición en entidades donde ni siquiera existía una competencia política, destronando a muchas otras fuerzas de ese papel como al PAN.
“No se logró una victoria arrolladora como algunos deseaban y esperaban, pero definitivamente tampoco fue un descalabro para el partido en el poder”.
Los altercados por la victoria del PRI
Pese a que el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE) calificaron de “limpias” las elecciones del domingo, se realizaron algunas denuncias por compra de votos, acarreo, propaganda negra, presencia de hombres armados y turismo electoral.
El incidente más grave fue la quema de material electoral por parte de un sujeto presuntamente armado en una casilla en el municipio de Pacula, en la Sierra Gorda de Hidalgo.
“Comandos en Coahuila e Hidalgo, quema de paquetería electoral, compra de votos, intimidación a representantes de partido. El PAN y el PRI con el crimen organizado tratan de torcer la voluntad ciudadana”, acusó el productor Epigmenio Ibarra para más tarde responsabilizar por la derrota al dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar.
A las acusaciones en contra del dirigente interino, se sumaron los aspirantes Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado.
Quien evitó hablar de la victoria priista fue el presidente López Obrador durante su conferencia de prensa matutina de ayer.
“En este caso, lo que celebro es que no hubo violencia, que acudió la gente a votar, muy poca, pero participaron y eso es lo más importante, lo más destacado, ya las autoridades electorales van a decidir quién gana y si hay inconformidades”, expresó el político tabasqueño.
Las elecciones del domingo enfrentaron a la vieja maquinaria del PRI, armada y reforzada durante muchos años a través del trabajo de tocar puertas y de kilómetros de terracería con el motor nuevo de Morena.
Sin embargo, los ejercicios del domingo y la victoria del PRI deben ser tomada con reservas.
“No necesariamente estas elecciones, como muchos dicen, van a anticipar lo que va a pasar en 2021.
“Estos fueron comicios muy locales, en donde el PRI tiene una estructura muy importante, en donde nunca ha habido alternancia y supieron organizarse y trabajar.
“Además, estas elecciones no fueron prioridad para el presidente. No tienen la importancia para él como las del 2021. El escenario del próximo año va a ser muy diferente”.