Comienza el año dos de AMLO y la 4T
Con todas las herramientas necesarias en materia legislativa, con una oposición desdibujada y todavía con un fuerte respaldo de varios sectores de la sociedad, Andrés Manuel López Obrador ya inició su segundo año de mandato, en el cual las reformas y cambios logrados hasta ahora deberán reflejarse de manera positiva y tangible
Laura IslasLa primera prueba de fuego del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la 4T ya pasó.
Ahora el tabasqueño llega a su segundo año en el poder con la confianza de que en 12 meses más podrá consolidar su proyecto de nación el cual todavía cuenta con un amplio respaldo ciudadano.
Sin embargo, esta nueva etapa de la 4T inicia en medio de cuestionamientos, principalmente en materia de seguridad y crecimiento económico, dos de las principales deudas del Gobierno federal con la ciudadanía.
Ante los nulos avances en éstas y otras áreas, los tiempos límites originales establecidos por la Federación para la obtención de resultados plausibles se han tenido que aplazar, lo que levanta dudas sobre los compromisos adquiridos para su segundo año de mandato.
4T Sin rumbo claro
Por su parte, la oposición, a pesar de los llamados a unirse en contra de la 4T, continúa extraviada, carente de liderazgos con credibilidad y sin un proyecto político claro que le permita recuperar los espacios perdidos tras la debacle electoral de 2018.
“Tenemos por un lado a un presidente que tiene un poder enorme con las mayorías (en el Congreso), con una agenda muy ambiciosa que pasa por la reconstrucción y la desaparición de muchas instituciones que no le gustan.
“Y tenemos una oposición reducida en términos numéricos que no ha terminado de articular una agenda alternativa a lo que estamos viendo en términos del proyecto de la 4T.
“Hay fracturas al interior del PAN, también vemos a un PRI que no termina de entender con claridad cuál es su papel de oposición”, explica Javier Martín Reyes, integrante del Centro de Investigación y Docencia Académica (CIDE).
El pasado domingo 1 de diciembre sirvió como un termómetro del momento que se vive política y socialmente en el país, con una polarización que cada vez se ahonda más en el país.
Mientras miles de personas afines a AMLO celebraban en el Zócalo su primer año de gobierno, otras más se manifestaban frente al Monumento a la Revolución en contra de su forma de administrar el país.
Retos a enfrentar para AMLO y la 4T
Para Javier Martín Reyes, el gran desafío del mandatario y de la 4T es demostrar que sí tienen un diseño institucional alternativo y funcional, pues para consolidarlo han debilitado o eliminado dependencias que no les gustaban o consideraban innecesarias y muy costosas.
La oposición, por su parte, si quiere volver a ser relevante, deberá construir una agenda propia que atienda lo que pide la ciudadanía que está inconforme, lo cual es fundamental para el país.
“Todos los contrapesos son necesarios para evitar un sistema autoritario, siempre son saludables para cualquier sistema democrático, por eso es esencial que los órganos autónomos consoliden su autonomía, dice Arturo Argente, director del departamento de derecho del Tec de Monterrey Campus Toluca.
Argente explica que para volver a tener credibilidad, cada uno de los partidos de oposición necesita hacer una autocrítica y una reforma interna; mientras que el sector empresarial y la sociedad civil requieren organizarse.
“Desafortunadamente vemos que la sociedad civil se encuentra muy dividida, entonces ya se ha convertido esto en una lucha no tanto de ideologías, sino de identidad”, menciona.
En la llamada marcha anti-AMLO del 1 de diciembre, quedó en evidencia que no todas las fuerzas políticas están dispuestas a hacer un frente común.
Aunque el PAN y el PRD participaron en bloque, Movimiento Ciudadano se deslindó, a pesar de que en el pasado proceso electoral federal fue parte del llamado Frente por México.
El PRI por su parte continúa sin tomar una postura clara, pues aunque en ocasiones se ha mostrado crítico con la actual administración, en otras ha acompañado su agenda de reformas, lo que pone en entredicho su ya mermada credibilidad.
Javier Martín Reyes, quien es profesor de tiempo completo en la División de Estudios Jurídicos del CIDE, menciona que también se necesitan rostros nuevos.
“Uno de los grandes problemas que ha tenido la oposición es que para bien o para mal, muchos de sus líderes históricos precisamente fueron los que perdieron las elecciones, lo que hace falta es una renovación en los liderazgos”.
Las cartas sobre la mesa
Andrés Manuel López Obrador terminó su primer año de gobierno como el presidente más poderoso de México en los últimos sexenios y con miras a mantener esa hegemonía para el próximo periodo electoral de 2021.
“Llegamos a un escenario donde no solo por la victoria en las urnas, sino por la mayoría que ha logrado consolidar en el Congreso, estamos frente al presidente más poderoso en la historia democrática de México”, dice Javier Martín Reyes, profesor en la División de Estudios Jurídicos del CIDE.
Entre estas se encuentra la formación de la Guardia Nacional, la nueva Reforma Educativa, la revocación de mandato, la desaparición del Seguro Popular y la creación del Insabi, así como la extinción de dominio o la Ley federal de Austeridad Republicana, por mencionar algunas reformas.
Sin embargo, Martín Reyes advierte que el reto de este nuevo año es demostrar que los cambios que ha realizado tanto en dependencias como en programas sociales son efectivos, y que benefician a la ciudadanía en general, no solo a las mayorías que votaron por él.
Rumbo a 2021
El papel que desempeñe tanto la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador como la oposición en este segundo año de gobierno definiría los resultados de las elecciones intermedias de 2021.
“Sí creo que en este momento es claro que el favorito a ganar las elecciones intermedias de 2021 es todavía Morena; la oposición yo creo que tiene todavía más retos porque han perdido batallas legislativas muy importantes”, dice Martín Reyes.
Además, el especialista opina que la oposición también debe empezar a construir un discurso alterno y partidos como el PRI y el PAN deben entender las razones por las cuales ganó López Obrador en 2018.
“Aunado a ello, para que la oposición pueda ganar más espacios en 2021 y eventualmente en 2024, resulta importantísimo trabajar en nuevos liderazgos que sean creíbles, que tengan una buena reputación y que pongan sobre la mesa un proyecto de contraste y distinto a la Cuarta Transformación”, dice el especialista del CIDE.